Entre los organismos creados por la Organización de las Naciones Unidas se encuentra el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) el cual se encarga de promover “los conocimientos, la experiencia y los recursos necesarios para ayudar a los pueblos a forjar una vida mejor”, trabajando para ello en tres áreas fundamentales: el Desarrollo Sostenible; la Gobernanza democrática y mantenimiento de la paz; y el tema del Medio Ambiente y la resiliencia frente a los desastres naturales.
En los últimos años han destacado por el seguimiento a los compromisos y Metas del Milenio con el “objetivo trascendental de reducir la pobreza extrema a la mitad”. También cuentan con programas y fondos para la promoción de la paz y el desarrollo mundial con equidad. Su principal objetivo es “la erradicación de la pobreza, y la reducción de las desigualdades y la exclusión”.
El PNUD es el responsable de coordinar y publicar el Índice de Desarrollo Humano, el cual es un “indicador sintético de los logros medios obtenidos en las dimensiones fundamentales del desarrollo humano, a saber, tener una vida larga y saludable (esperanza de vida al nacer), adquirir conocimientos (escolaridad) y disfrutar de un nivel de vida digno (ingreso per cápita)”. Además, se incorporan otros “índices compuestos” para medir la desigualdad, el desarrollo de género, la desigualdad de género y el índice de pobreza multidimensional.
La integración y evaluación en conjunto de todos estos valores permiten obtener un preciso panorama de la situación mundial, principalmente la recurrencia en el aumento o disminución de las desigualdades, las privaciones de los servicios básicos fundamentales, las distintas formas de discriminación y temas de alto impacto local o regional como los desastres naturales, las sequias, las guerras o los refugiados.
En el informe del Índice de Desarrollo Humano 2016 se destaca que los países de la ONU se han comprometido con la Agenda 2030, donde “El mundo dispone de menos de 15 años para cumplir su ambiciosa agenda de no dejar a nadie atrás. Es fundamental reducir la brecha del desarrollo humano, y también garantizar las mismas —o incluso mejores— oportunidades para las generaciones futuras”. Y recuerdan que este planeta donde impera el capitalismo salvaje y depredador “el desarrollo humano ha sido desigual y las carencias humanas persisten. El progreso ha pasado por alto a grupos, comunidades y sociedades, y hay personas que se han quedado al margen. Algunas solo han logrado lo básico”. Destacando que en muchos países persisten sistemáticas formas de discriminación que impiden o limitan la inclusión plena de las mujeres, las minorías etnias, los grupos sexo diversos, etc.
El PNUD señala la imperiosa necesidad de instaurar “políticas universales para llegar a los excluidos”. Es importante destacar que, de las máximas prioridades de atención recomendadas por el organismo, Venezuela, bajo la conducción del Comandante Chávez, creó un inmenso paraguas de protección para el pueblo que ha permitido garantizar la inclusión y generar mejores condiciones de vida para los más necesitados. Todo lo recomendado por el PNUD, lo encontramos en pleno proceso de ejecución en nuestro país en programas específicos o bajo el Sistema de Misiones y Grandes Misiones. Hemos garantizado la educación universal y gratuita en todos los niveles de enseñanza, tenemos programas de formación laboral para los más jóvenes, poseemos un inclusivo sistema de pensiones para nuestros adultos mayores (Amor Mayor), se ha avanzado en la dignificación de los pueblos indígenas y las personas con discapacidad, y más recientemente el presidente Nicolás Maduro amplió la protección social a las familias más vulnerables con “el suministro de unos ingresos mínimos vitales” (como recomienda el PNUD), a través de las tarjetas de los Hogares de la Patria.
Es por todo esto que Venezuela, a pesar de la Guerra Económica, la especulación, el contrabando, el bloqueo financiero y la satanización por parte de la derecha mundial, se ha mantenido con un Índice de Desarrollo Humano Alto, alcanzando el puesto 71 entre 188 países. La prioridad en la protección del pueblo nos ha permitido superar, en condiciones totalmente adversas, a los países neoliberales de la Alianza del Pacífico como México (puesto 77), Colombia (puesto 95) y Perú (puesto 87).
Destaca en el informe Afganistán, país “ocupado” por Estados Unidos desde el año 2001, pero que se mantiene entre los países con mayor pobreza y carencias de todo el mundo (puesto 169). El Tío Sam solo siembra caos y destrucción por donde pasa. Nunca llevan bienestar o desarrollo a los pueblos “liberados” por sus marines. Caso contrario es Palestina, un pueblo heroico y aguerrido, que a pesar de tener décadas ocupado, bloqueado y oprimido, tiene un respetable Índice de Desarrollo Humano Medio, alcanzando el puesto 114.
Muchos países salen muy mal retratados. Sobreviven sus pueblos llenos de exclusión y miseria, a pesar de seguir al pie de la letra el modelo neoliberal impuesto por el imperio norteamericano. De nada les sirve a sus gobiernos vivir arrodillados ante el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial si las riquezas de los países se quedan en las arcas de la burguesía y los banqueros, y absolutamente nada llega al pueblo humilde.
Nos quedamos de corazón con esta hermosa frase: “El empeño de no dejar a nadie atrás debe definir cada acción que emprendamos como comunidad global”.