La lucha por el poder en las entrañas del Partido "Socialista Unido" de Venezuela (PSUV), podemos definirla de manera coloquial como una pelea "a cuchillo".
En efecto, dijimos que el PSUV estaba dividido en tres bloques¹, todos ambiciosos por adueñarse de Venezuela, lo cual no sólo ha quedado demostrado, sino que hemos acertado desde el ascenso de Tarek El Aissami en la vicepresidencia, hasta dejar en entredicho que Diosdado Cabello no iba a quedarse refrenado por las decisiones de Maduro, e incluso también alertamos que este "diputado" nunca había condenado la acción de grupos violentos y "colectivos" armados, en especial, el ataque que tales huestes realizaron en pleno hemiciclo de la Asamblea Nacional.
Tal es la disputa que se ciñe sobre los factores envilecidos por el poder, que también advertimos que la última carta de unión que le quedaba a Maduro era llevar a Cabello hasta la vicepresidencia, más aún, ante las graves denuncias que Estados Unidos desató sobre El Aissami, lo cual prácticamente inhabilitaron a éste último para semejantes funciones, pero al parecer, es evidente que esos dos seres, es decir, los autodenominados "hijos de Chávez", no presentan una simple disputa, sino un exacerbado control tanto por las estructuras del partido, como por las del Estado en su conjunto, desde una visión que sea estrictamente mantenida por un caudillo, cuyas decisiones deben resultar ortodoxas e inapelables.
En tal contexto, hay dos elementos, los cuales, aunque intenten disfrazarlos, distancian a Maduro y Cabello en el plano de lo que pudiéramos llamar diferencias irreconciliables. Sobre este planteamiento, hemos dicho que el madurismo es una corriente neototalitaria basada en las peores anuencias políticas del fascismo, el nazismo y el estalinismo, factores sobre los cuales, también pudieran emerger algunas características clásicas del peronismo, en relación con las posiciones cómodas que tienen los militares que acompañan a la bazofia gubernamental en altas funciones burocráticas.
El primero de los elementos, es el saber quién de los dos, entre Maduro y Cabello es de "izquierda" o de "derecha". En tal sentido, surgen varias interrogantes, ¿Por qué Hugo Chávez tan dado al plano ideológico, el día de su última intervención pública, colocó al "sucesor" a su izquierda, pero al otro "hijo" a su derecha? ¿Por qué no colocó a los dos a su izquierda? ¿Acaso esa representación terminó siendo un metamensaje, explicando a sus seguidores más cercanos el plano ideológico tanto de Maduro como de Cabello?
Ahora bien, cuando analizamos la conducta de Maduro y Cabello en el pensamiento político (hegemonía del poder) vemos que son dos individuos autoritarios, quienes no rinden cuentas a nadie. Maduro pretende convocar la "constituyente" sin consultarle al pueblo. Cabello tiene rasgos militaristas, no sólo con su prepotente "discurso", si podemos llamarme "discurso" a sus palabras, sino que siendo un civil, con rango de capitán retirado del ejército, exige a los militares activos, incluyendo generales, que se encuentre en su presencia, la clara salutación en posición firme, es decir, una acción que sólo se asemeja al estilo más rancio del nazismo.
Del mismo modo, el hecho de que la guardia nacional reprima con todo el poder militar a los manifestantes, obviamente con órdenes emanadas desde Miraflores, mientras que los llamados "colectivos" armados, enfrentan con máxima barbarie a parte de la ciudadanía, sobre los cuales Cabello nunca los condena, sino por el contrario, los apoya dándoles a tales individuos, las características precisamente de "pueblo", es otra prueba que cada quien maneja su parcela con el mismo fin de subyugar a una población con el uso indiscriminado y aberrante de las armas.
No obstante, en lo que sí se parecen Maduro y Cabello tiene que ver con la tendencia capitalista y neoliberal que ambos manifiestan en sus acciones y niveles de vida. O sea, de pensamiento derechista. No sólo porque ellos y sus familiares viven en sendas mansiones, o se desplazan en potentes y lujosas camionetas, o que viajen por el mundo en "jets" privados, sino porque se rinden a los pies de quienes son dueños del poder financiero mundial. Verbigracia, "los hijos de Chávez" quedan en evidencia que prefieren vender el alma al diablo cuando de plata se refiere. Por ejemplo, el pagar deuda externa anteponiendo las prioridades de alimentos y medicinas de los venezolanos, echa por la borda cualquier tesis para llamarlos "socialistas".
El segundo elemento, que muestra divergencias irreconciliables entre ambos está en la manera sobre el cómo se repartieron el poder después de la muerte de Chávez. Maduro controla la renta petrolera, lo cual quedó comprobado desde el momento en que desplazó a Rafael Ramírez de la presidencia de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y esta empresa fue asumida por Eulogio del Pino. Cabello maneja los impuestos del país por intermedio del Servicio Nacional de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat), donde su hermano, José David Cabello, se ha mantenido incólume, organismo por cierto que muy pocas loas hace a Maduro, no sólo en las concentraciones oficialistas, sino también en las llamadas redes sociales (para lo cual bastaría revisar antecedentes).
Ahora bien, por qué Maduro, a pesar de esas indiscutibles razones que demuestran una confrontación interna con Cabello no lo llevó hasta la vicepresidencia para mantenerlo controlado, más aún cuando en una oportunidad, el presidente de la República denunció que había unos cuantos traidores cercanos al poder que representa. La respuesta es inequívoca. Cabello simplemente no ha aceptado ser el segundón de Maduro. Cabello prefiere mantenerse desde sus espacios combatiendo no sólo al propio Maduro, sino tratando de imponer su visión estalinista de gobernar en lo político, con una visión ampliamente represiva al estilo nazi. Por eso, no negocia con Maduro una eventual vicepresidencia, a la cual pudo acceder, desde el mismo momento en que el PSUV perdió el control de la Asamblea Nacional, sino por el contrario, al parecer las grietas entre ambos individuos se profundizaron en términos políticos.
Por ello, ante el llamado que realizó Maduro de una "constituyente", resulta curioso que el día en que Cabello "lanzó" su candidatura por el estado Monagas², (por cierto, a partir de ese día Cabello aprendió a pluralizar el verbo haber: ¿habrá leído nuestro artículo?)³, apenas transcurridas pocas horas, Maduro anunció la candidatura de Cilia Flores, Aristóbulo Istúriz, Carmen Meléndez, Eulogio Del Pino y de Mario Silva, quien con su famoso audio (aún no desmentido), si algo dejo claro, es ser acérrimo opositor a Cabello.
Otro hecho que llama la atención, es que Maduro no "aplaudió", la postulación de Cabello a la "constituyente" ¿Se "lanzó" Cabello a la "constituyente" con la anuencia de Maduro? No lo creo. Cabello sí algo ha demostrado durante el ejercicio de la presidencia de Maduro es que hace lo que le da la gana, sobre todo, desde el momento en que el madurismo como cúpula gubernamental perdió el control de la Asamblea Nacional, o lo que es lo mismo, Cabello perdió el poder político.
Estas circunstancias plantean a Cabello recobrar con suma urgencia el control político de alguna institución. Esa es la razón por la cual, tal vez sin estar en los cálculos de Maduro, éste jamás pensó que Cabello iría por la "constituyente". Es más, sí alguien ha hablado como si él fuera el inminente presidente de esa "constituyente" es Cabello, al decir que colocarán "patas arriba" al ministerio público, en contraposición a Maduro y sus panegíricos quienes dicen que esa "constituyente" será para "cambiar lo que tenga que cambiarse". De hecho, Maduro ha optado por el discurso radical de otros "revolucionarios", como el caso de Isaías Rodríguez⁴, quien por cierto, habló de acabar con los "parásitos" de la burocracia y "arrasar", acabar y "aniquilar" con la "derecha" (¿será un mensaje para Cabello?), porque en esta oportunidad no tendrán los "frenos" que tenían en la anterior constituyente.
Por ahora, internamente, se ha desenfrenado una lucha sin cuartel por la presidencia de la "constituyente". En síntesis, en el medio de la crisis política y el caos económico que vive el país, se ha sumado otro conflicto con características autodemoledoras para el gobierno, como lo es la confrontación inevitable que más temprano que tarde, aparecerá públicamente entre Maduro y Cabello. Con el agravante para el primero, que anda desesperado buscando divisas para enfrentar la campaña, por no decir compra de conciencias, aunque ello implique rematar los últimos bonos de la república, mientras que en el caso del segundo, le sobra el dinero para la campaña, como producto del control que tiene en el Seniat a través de la recaudación de los impuestos.
En consecuencia, ¿quién se quedará con la presidencia de esa "constituyente" si llegara a instalarse? ¿O se dará cuenta Maduro que ha puesto en bandeja de plata, la posibilidad de que el "traidor" que tanto ha denunciado, termine por desbancarlo de la presidencia, y peor, desatando los demonios de la guerra civil en Venezuela? A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
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¹ https://www.aporrea.org/ideologia/a236111.html
²http://www.panorama.com.ve/politicayeconomia/Diosdado-Cabello-inscribio-su-candidatura-a-la-Constituyente-20170601-0074.html
³ https://www.aporrea.org/ideologia/a246053.html
⁴https://www.youtube.com/watch?v=B7l-if5V8Os