Apreciado tocayo, leí tu artículo, sobre el helicóptero publicado en este portal, este domingo 02 de julio del año en curso, y como se trataba de vuelos, recordé un cuento que un padre preocupado nos narró, vivía él en un apartamento por los lados de la avenida Victoria, en Caracas, y un buen día uno de sus hijos se colocó una capa cual supermán se trepó sobre una mesa y tremendo taparazo se dio, a todas estas sus padres trataron de persuadirlo de que ese personaje era ficción, pero el niño tenía su criterio y les dijo—No, la solución es que debo lanzarme de un sitio más alto--que dolor de cabeza, ellos vivían en un segundo piso.
Y ese padre, era el tuyo, era Darío, que conocíamos como Desiderio, (Seudónimo) un gran amigo, de profesión economista, quién fue Comisario Político de nuestra Brigada de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), en la lejana década del 60. Esto lo menciono, puesto que fue un honor haber sido su compañero en las lides de la Liberación Nacional. La dinámica revolucionaria nos separó, a mi me correspondió la cárcel durante años. Cuando volví a ver la luz ciudadana, tuvimos la inmensa alegría de vernos en un vuelo de Mérida a Maiquetía que hacía escala en Valera, él era integrante de una familia trujillana propietaria de una importante torrefactora de café en esa zona.
La derrota político-militar (no ideológica) de aquellos años nos llevó a los camaradas sobrevivientes a tomar senderos de vida diferentes, los que habíamos estado en las prisiones atravesamos nuestro desierto: ganarnos la vida, estudiar, atender nuestras familias que vivían en precarias condiciones, pero desbordantes de dignidad.
Tocayo, la vida nos permitió que nos encontrásemos, en un momento poco grato, y fue en el velatorio de Diego Salazar, (2003) en la Asamblea Nacional, quien había sido comandante de nuestra Brigada, allí también estaba la viuda de Kleber Ramírez, y otros antiguos combatientes de la guerra urbana y rural. Allí se presentó el Presidente Chávez, con quién había compartido labores docentes en la Academia Militar, en la década del 80.
Rafael, la existencia de estos referentes me hacen ser cuidadoso con la lecturas de tus artículos, y este último lo sigo sopesando , revisando cada palabra, es un texto , fuerte y respetuosamente critico, es más, haces un llamado a “animar la discusión , la reflexión y la acción en el campo bolivariano” entiendo que te refieres a una discusión integral: político, ideológico, estructural, coyuntural, táctico, estratégico, contextual, global, e histórica y, no es esto una yuxtaposición de palabras colocadas al voleo, son elementos sencillos, básicos de discusión de cualquier proceso político revolucionario.
Una situación distinta sería propia de facciones caudillistas dirigidas por dedos omnipotentes o de iglesias regidas por verdades absolutas. Se trata de buscar caminos, persuadidos de que no hay un manual, pero sí sabemos que hay talentos y, lo más importante es la sabiduría lograda de las sinergias derivadas en el trabajo en equipo, único antídoto contra el caudillismo, la soberbia, las posturas acríticas, los vicios y debilidades burocráticas, y como lo han dicho muchos venezolanos, cosa que tu también señalas:
“Hay mucha confusión, debe tenerse cuidado con las descalificaciones, acusaciones y señalamientos. Es momento de escuchar, revisar, rectificar y siempre desde el campo de la revolución”
Tocayo, estamos en un momento crucial en nuestra nación, y pienso que hay alarmas encendidas, en sectores importantes de la población, que no necesariamente son chavistas, que como tú lo señalas entienden que:
“sería una tragedia para nuestro pueblo perder lo conquistado y, en el caso de volver la oligarquía y el imperialismo a someter a nuestro país, no tendremos ni paz, ni gobernabilidad, ni futuro por muchos años”
Amigo, en la década del 60, los revolucionarios andábamos en la completa penuria, tanto en el campo como en la ciudad, a veces sin tener el “mediecito” para tomar el autobús para ir a hacer un “contacto” (tu padre fue testigo de ello). Tal situación nos obligó a buscar trabajo, y así fue que unos cuantos camaradas con Diego Salazar a la cabeza, nos hicimos visitadores médicos, para poder sostenernos, alquilar viviendas para crear “conchas” para asistir a los camaradas que venían de las montañas, heridos, o enfermos.
No intento extrapolar tiempos históricos, pero un desalojo del poder de este proceso político, que independientemente de la contrarrevolución nacional e internacional actuante desde el comienzo de la llegada de Chávez al poder, sería grave, injustificable o muy enrevesado explicarlo, obviando nuestras graves deficiencias en su conducción. Ninguna revolución que se precie de tal, no puede pretender la benevolencia de sus enemigos y tampoco puede alegar en su defensa su propia torpeza.
Camarada Rafael, durante años en este portal Aporrea, así como en otros se han publicado miles de opiniones de toda naturaleza, entre ellas han habido muchas críticas a la conducción gubernamental, entre ellas gente con formación profesional, ajenos al clientelismo político, identificados con una nación independiente, antiimperialista, socialista. Sin que nos flagelemos debemos recordar la leyenda del mundo antiguo sobre “Las vacas gordas y las vacas flacas” o en el siglo XX, “La siembra del Petróleo” a las cuales por razones de inercia, formación cultural o ideológica, no le paramos, o fuimos más discursivos que realizadores.
Tocayo, a propósito de esta calamitosa crisis política y económica que nos agobia y que tiene a la República al borde de peores situaciones, tiene causas y un desarrollo, que no debe atascarse en las simples repeticiones propagandísticas con las cuales pretendemos ocultar las responsabilidades del liderazgo, y tu, que tuviste tan alta responsabilidad en la economía nos haces unos comentarios que son muy reveladores: “Por eso dijimos que íbamos a “pulverizar al paralelo”, había como hacerlo. Faltó apoyo y comprensión política sobre este tema”. Y agregas:
“siempre se ha temido, y con razón, a las consecuencias políticas y sociales de las decisiones económicas, pero lamentablemente ya se ha causado un daño a la población, porque son los especuladores los que han mantenido la ofensiva en estos últimos años”.
Amigo, muchos de nosotros, ciudadanos comunes vivimos una situación de angustia y le confieso de molestia, mucha molestia, ante esa realidad que describes y que la mayoría de la población padece. Esto ni siquiera es capitalismo, esto es una brutal expropiación violenta de la vida, es un asesinato masivo, asunto de lesa humanidad. El Estado venezolano cada cierto tiempo acuerda aumentos salariales, para intentar paliar en algo los desequilibrios, pero nada, el pueblo se sigue deslizando hacia la pobreza, son, recursos dinerarios que a velocidades hipersónicas, después de dar unas vueltas en las ávidas manos de los especuladores, terminan en las garras de los grandes acumuladores del capital. Es el Estado haciendo más ricos a un grupito.
A todas estas, se ha tenido el poder político: Alcaldías y Cámaras Municipales Gobernaciones, los Poderes Nacionales, Consejos legislativos, el Parlamento Nacional, (estuvo muchos años en la revolución). Además durante un buen tiempo se dispuso; de ingentes recursos económicos, y a pesar de las fuertes inversiones sociales con las misiones, el panorama actual y el futuro no lucen diáfanos.
LA REVOLUCION ES CULTURAL
Nota de Aporrea: El autor se refiere a Rafael Ramírez Carreño y su artículo publicado el domingo 2 de julio.
https://www.aporrea.org/actualidad/a248544.html