Vivo feliz, a veces indocumentado, (si extravío la cédula vigente, los bancos no me pagan porque "usted carga una cédula vencida…"), pero resido en la Venezuela siglo XXI de inmensas posibilidades, para desarrollar la extrema potencia de nuestros recursos, que hasta 1999 fueron propiedad del capitalismo salvaje, aplicado por EEUU, y las corporaciones mundiales del mercantilismo privado, privado de humanidad.
Acudo a elecciones; más de 20 comicios desde 1999. Millones de votantes damos lecciones de ejemplar democracia electiva, pero, si se sospecha que me agrada la revolución bolivariana socialismo siglo XXI, me gritan "asesino, sucio, chavista, c de m". Al contrario, alegres simpatizantes del chavismo y del Presidente Maduro Moros, que asisten a marchas en hermandad soberana, no le gritan a los "escuálidos" algo insultante, en respuesta a sus términos empapados de odio.
Los venezolanos "oficialistas" desde la llegada de Hugo Chávez al poder, les "maman gallo", quiero decir que hacen burla pacíficamente a la amargura de los contrarrevolucionarios, sin desearles la muerte. Rogamos que no desaparezcan para que vean y aprendan, el porqué de la revolución venezolana, pese a que se ocultan noticias de bienestar para conocimiento del mundo, y cuando logramos saltar la desinformación internacional intencional, evidenciamos el sano propósito socialista.
El capitalismo salvaje persiste en el engaño de decir que vivimos "un peligroso comunismo a la cubana", confiando en la ignorancia sembrada a gente de condición humilde, que pueda dar "vivas" a una intervención militar anunciada por Donald Trump. Una frase del Prof. español Juan Carlos Monedero, es demoledora respecto a ese neo colonialismo del capitalismo salvaje, "la propaganda de los dueños de la propaganda, termina por lograr que el oprimido, ame a su opresor".
