Como a Marx y Engels, al chavismo científico

Quisiera no ir tan lejos -hacia Marx y Engels- para intentar postular la alternativa del planteo riguroso de la vigencia y el desarrollo del chavismo científico, pero no tengo a mi alcance otra apropiada referencia.

Para ello se requieren algo más que competencias metodológicas; lo empírico por si solo y como muchos solemos abordar esa empresa, no basta; obviaré referirme a Vladímir Ilich Uliánov, históricamente mejor conocido por el alias de Lenín; e igualmente respecto a Fidel y al Ché; por ahora sólo postulo plantear a secas el chavismo, rigurosamente.

Estimo que, dado el impacto del avance científico y tecnológico sobre las comunicaciones, éstas han sido puestas en alto grado al servicio de contraindicaciones éticas a tal extremo que han sido usadas para permear deliberadamente la imaginería colectiva y contaminado de burdas falsedades puestas a rodar por corporaciones de la comunicación; dicho de otra manera, la comunicación ha sido convertida en una máquina de guerra.

Pero, el chavismo es una ideología en desarrollo y de no ser abordada metodológica y coetáneamente ahora, hacerlo más tarde podría ser erróneo el enfoque y en consecuencia podría surgir una teoría torcida, no potable para los pueblos, que al fin y al cabo es a éstos a quienes corresponde conocer que es chavismo real.

El ultra fascismo imperial -y sus derivados sucursales lamebotas y afines- pretende hacer desaparecer a Chávez y, en consecuencia, a Bolivar, desfigurándolos primero; pero, a contraparte, el recurso más expedito y sustentable para que eso no ocurra ha de ser el conocimiento real que de ello tenga el pueblo; por tanto, nada mejor que un desapasionado y riguroso estudio científico de la impronta del chavismo, aquende y allende Venezuela Bolivariana.

Por ahí hay charlatán que juega garrote haciéndose pasar por chavista y echándole plomo a tutilimundi y en especial contra el Presidente Maduro; uno de esos tirapiedras es el menchevique Corin Tellado, un solemne defensor de la Exfiscal Ortega Díaz y quien huyo "valientemente" a Colombia a disfrutar de su botín.

Más respeto merece un furibundo opositor que entrompe contra el chavismo a sangre y fuego, por la calle del medio, por ejemplo Capriles, Guevara, R Allup, Borges y etc, que un agazapado como el señor Corín y otros de su calaña, que se la pasan camuflados porque son incapaces de reconocerse en sí mismos; pero bien dice el pueblo, que todo traidor hace donde va lo que hizo donde estaba; así que su destino es que nadie los quiere ni aquí ni allá.



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Guillermo Guzmán


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