El arado y el mar

De traidores y otras alimañas

Siempre lo internacional estuvo presente en las luchas nuestras, desde la misma independencia. Miranda fue, quizá, el más internacionalista de los próceres. Bolívar, Bello tuvieron negociaciones internacionales. Bolívar recibió ayuda material y espiritual de Haití. Jamaica lo cobijó, Cartagena fue decisiva en la independencia. La Legión Británica regó con su sangre y heroísmo los campos de batallas americanas. Más reciente, venezolanos han ido a pelear por la revolución más allá de las fronteras, Gustavo Machado, Carlos Aponte, Jorge Giordani, Ali Gómez llevaron sus modestos esfuerzos por el continente.

Lo internacional es consustancial a la Revolución, tanto como el nacionalismo mezquino está ligado a las manifestaciones más horrendas de la humanidad: Hitler, las dictaduras militares del cono sur, franco, mussolini.

Ahora el madurismo desempolva la "traición de la patria" como arma política. La medida es aceptada por muchos y esto la hace más peligrosa y reclama nuestra atención. Hay que pensar en lo artero de la situación. Veamos.

El concepto del nacionalismo liquida la lucha de clases. Según este concepto, pedir ayuda a los revolucionarios del mundo es traición, que vengan brigadas internacionales a ayudar en la paz y en la guerra, es traición. El concepto, restringido a las fronteras no puede explicar lo que ocurre en la realidad. ¿Por qué una ayuda es buena y otra es mala?... La respuesta sólo se encuentra en la lucha de clases, en las luchas de las Revoluciones... cuando son verdaderas.

El madurismo no puede darle un contenido de clase a la lucha nacional o internacional porque quedaría en evidencia que no es revolucionario, ni en lo nacional ni en lo internacional. Por eso, necesariamente cae en el peligroso nacionalismo. Si le da contenido de clase, revolucionario, no podría explicar el impulso al capitalismo, la entrega de territorio a las transnacionales, la traición al concepto de Patria que nos dejó Chávez: Patria Socialista; tampoco podría explicar las alianzas con los capitalistas, ya asoman en la constituyente los argumentos y las nuevas excusas para la entrega.

Con este peligroso precedente, de juzgar desde un nacionalismo mezquino, miope, se fundamentan las bases psicológicas, éticas para el fascismo. Sectores del gobierno tienen vocación represiva, quisieron acabar con la delincuencia a la brava, con aquel olp, violando los derechos humanos, y hoy después de quinientos o seiscientos asesinados sin que nadie de cuenta, la delincuencia "sigue allí" como el dinosaurio de Monterroso. Quien no es igual es delincuente, es culpable. El extranjero es sospechoso, es condenado de antemano. El diferente se persigue. Desde esa vocación represiva miserable usan la traición a la Patria como zancadilla, y mañana serán fascistas consumados.

Hay que detener el peligro, regresar al concepto de Chávez: sólo es posible la Patria si es Socialista, ir a la raíz y la raíz es el hombre, el humano. El Humanismo debe estar en la base de toda la lucha.

Suena ridículo andar persiguiendo a los de la mud porque dijeron, porque pidieron, porque fueron allá y se abrazaron, parece conflicto de nenes celosos. Hay que darle contenido ideológico a esta lucha. Si no se hace, de continuar con esta trivialidad, le estamos abriendo las puertas al fascismo, estamos mal educando a la masa para que acepte el fascismo que hoy luce inevitable.



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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