El 7 de septiembre, por fin, el gobierno apareció con el marco teórico del nuevo modelo. Ya podemos formarnos una idea de cuál es el rumbo propuesto. Veamos.
La crisis que hoy vivimos descansa sobre algunas contradicciones no resueltas, he allí el núcleo del problema. El abandono del rumbo de Chávez, el adoptar el modelo populista, afirmó el rasgo mercenario de la sociedad que hoy sufre la infección del "dakismo", la ruptura de la conexión esfuerzo-logro. Y allí tropezamos con la primera contradicción: no hay dinero para mantener el populismo, hay un vacío entre los recursos y las expectativas de consumo de la población. Y no es un asunto de conseguir más dólares, o más monedas de judas, en el capitalismo las expectativas de consumo son creciente, no tienen saciedad.
Otra contradicción del gobierno es la que se establece entre su discurso chavista, socialista, y su práctica capitalista. Las promesas del discurso, las metas de la oralidad, se ven desmentidas por la realidad. La ética que se exige a la población choca con la conducta de la costra gobernante.
Otra contradicción es entre el capitalismo que el gobierno estimula y el capitalismo humano que el gobierno propone. Esta podría llamarse la contradicción central de la socialdemocracia. Su anhelo es construir un nuevo mundo, un nuevo modelo económico sin salir del capitalismo. Algo así como "guardar vino nuevo en odre viejo". Esta pretensión está destinada al fracaso.
El gobierno, la noche del jueves 7 de septiembre, no resolvió ninguna de estas contradicciones, lo que significa que sus medidas serán una más de las que toma el reformismo, no resolverán nada, son puro humo. Y el gobierno no resuelve las contradicciones porque no resuelve el problema central, sigue atado al capitalismo. El presidente maduro dice en su discurso:
"Ha llegado el momento que esperábamos. Ha llegado el momento de la contraofensiva general del modelo económico socialista frente al modelo económico capitalista de la guerra económica. Esa es la esencia del planteamiento que he venido a traer. Solo por la vía del socialismo, pero no un socialismo dogmático, estatizante, paralizante. No. Un socialismo creador, productivo, integrador, un socialismo del siglo 21, del año 2017".
"Sí. Nuestro comandante echó las bases y hemos abandonado muchas de ellas. Lo digo con dolor y con ira. Soy el responsable máximo e la política y asumo toda la responsabilidad que me toque pero abandonamos muchas bases… que nuestro comandante sembró. Hay quienes creen que la solución es más capitalismo. No. Es al revés. O impulsamos el socialismo productivo, integrador y mixto o nos traga el bachaquerismo, el capitalismo bachaquero, el capitalismo trumpista y borgista. Estoy seguro que así como logramos la paz política vamos a lograr la paz, el equilibrio y la prosperidad económica con la asamblea nacional constituyente".
En el primer párrafo habla de socialismo e inmediatamente voltea para los capitalistas y los tranquiliza: socialismo pero no tanto, pero no maluco, no se preocupen, socialismo retórico.
En el segundo párrafo habla a la masa engañada, y reconoce que abandonó las bases que Chávez dejó (a los que alertaron el abandono él mismo los acusó de agentes de la cia, ¡sorpresas te da la vida!). Pero este reconocimiento fue sólo de palabras, rápidamente le rinde culto a los populistas y dice: el ¡dakazo fue un éxito! Al final los capitalistas tranquilos, los populistas siguen durmiendo tranquilos y la masa ya no tiene circo ni pan. El gobierno languidece víctima de sus contradicciones, el país continúa su camino al infierno que construimos.