Los clap son una extraña figura organizativa, Se publicitan como la panacea, como las nuevas comunas, los soviets del trópico. Es imprescindibles estudiarlos: ¿son un fraude o un aporte a la marcha revolucionaria? Veamos.
El gobierno que sucedió al Comandante Chávez muy rápidamente devino en un gobierno socialdemócrata. Lo primero que hizo, fiel a su nueva doctrina, fue llamar a cisneros y a mendoza a Miraflores, después los altos voceros hablaron de la necesidad de la burguesía para elevar las fuerzas productivas. Así el Socialismo se fue desdibujando, sólo quedó la imagen necesaria para engañar. Los dólares fluyeron a esos bolsillos, la Faja abrió sus riquezas a los empresarios, cisneros hincó allí su garra, el Arco Minero fue hollado nuevamente por la planta de las trasnacionales que Chávez había expulsado, rescatado soberanía en esas tierras. Quien se opuso, quien alertó, conoció el peso de la canalla, fue acusado de agente extranjero. Es así, temprano el gobierno mostró su carácter capitalista en su versión fascista.
En este cuadro es que debemos estudiar a los clap y al carnet: son modos “organizativos” que fragmentan a la sociedad, son base para el egoísmo, el individualismo, y ya sabemos que el fundamento ético del capitalismo es el egoísmo, la conciencia nosocial. Al elevar la fragmentación social está sentando las base psicológicas y sociales para que prosperar el capitalismo, ¡su lógica!
Los clap se inscriben en la necesidad de tomar medidas con aroma socialista, chavista, pero sin tocar la esencia del capitalismo, al contrario, apuntalarlo. Por eso ensayan una suerte de Socialismo de distribución, que no pasa de ser una medida clientelar, propia del populismo rentista. Los clap no son una organización social, su visión no va más allá del mezquino entorno, de las cuatro paredes de la caja, del grupo que los conforma.
No son una medida nueva, ya en el puntofijismo había de estas reparticiones, recordemos los repartos de láminas de zinc y sacos de cemento con los que el gobierno adeco ganó algunas elecciones, y más cercano recordemos la propuesta de rosales de la tarjeta “mi negra”. El clientelismo rentista tiene poca creatividad.
Si el gobierno tomó el camino socialdemócrata es lógico pensar que asuma sus triquiñuelas para ganar elecciones, los clap son una maniobra antisocialista y también una vil manera, un chantaje para ganar elecciones sin importar la conciencia mercenaria que dejan sembrada en la gente.
El carnet de la Patria es una forma de atomizar a la sociedad que difícilmente tenga parangón en la historia, ni los adecos, ni las dictaduras se atrevieron a tanto. Es un nuevo concepto de organización, no hay agrupamiento, no hay organismos sólo individuos; de esta manera la falsaorganización es la suma de millones de átomos, no hay moléculas, no hay partido, ¡no hay organización! Consiguieron inventar la antiorganización, pasaron por encima a los Consejos Comunales, a las Comunas. Nada más alejado del Socialismo, nada más apartado del pensamiento de Chávez.
El gobierno de transición al capitalismo está haciendo bien su labor. En lo económico apoya al capitalismo, en lo social fragmenta a la población, despolitiza a la masa. Consiguió montar el circo de las elecciones burguesas, las masas se distraen fumando ese opio. La operación de desmontaje del Chavismo va con éxito, hasta consiguieron poner a los incautos chavistas honestos a trabajar para esa operación. Estos son años ganados por el capitalismo y perdidos para el Chavismo.