Politiporrazo

Dos calvos con distinto frente… de conciencia general

El ascenso de Manuel Quevedo al frente de PDVSA ha recibido de cierta prensa corrupta entregada a intereses bastardos de las petromafias, similares titulares a los de hace 3 quinquenios, en los primeros años de la Presidencia del Comandante Hugo Chávez. Venezuela se sorprendió porque un General e Ingeniero Nuclear, fue designado a dirigir la política de nuestra industria petrolera.  Pese a los títulos universitarios y meritorios estudios del personaje,  El Nacional que (iniciaba el cambio de nombre hacia El Nazi-onal),  noticiaba titulando “se militariza PDVSA”. 

Llamaba la atención la calvicie total del militar de alta graduación en la presidencia del ente más importante de la nación en la industria de los hidrocarburos, quien resultó vendido a la corruptocracia “cívica” progringa y depredadora,  pese a ser honestamente reconocida su preparación y estudios, elogiado por la humildad del Comandante Presidente, Guaicaipuro Lameda, General del Ejército,  escondía -y lo demostró el 11 de Abril 2002-, un pensamiento y conducta pinochetista, bajo la gorra militar, o vestido de civil, resaltando aún más su amplia frente.

Quince años más tarde la revolución profundiza la nacionalización petrolera de intenciones socialistas, hacia una auténtica soberanía e independencia, basada en la limpieza de corruptos en PDVSA, lucha a cargo del Fiscal General de la República, Tareck William Saab,  con pleno apoyo del Jefe de Estado Maduro Moros.  Otro representante castrense, General y un poco menos notorio por su calvicie, con estudios en economía y tras su exitosa gestión en el Ministerio de Vivienda y Hábitat, se compromete junto el Presidente sindicalista, a ser el obrero jefe del frente que dignamente recuperará e intensificará la producción de barriles de petróleo, y la efectividad de PDVSA.

Venderemos al mundo entero el codiciado oro negro que antes de Chávez, pésimos gobiernos entregaron a manos llenas a compañías petroleras y gobiernos extranjeros, negociándolos con disimulocracia contratista.  Dos calvos que, en general, nos permiten apreciar la diferencia entre el capitalismo salvaje de notorias fichas pitiyanquis, (Guaicaipuro Lameda), y lo que representa un patriota heredero del glorioso sector castrense bolivariano antiimperialista, Manuel Quevedo. Venezuela vence el cerco económico internacional, para continuar ganándole la pelea a la maldad disimulócrata fascista, arrastrada al mercantilismo explotador, que interviene países, asesina y destruye a bombazos, para reconstruir la mal llamada “democracia representativa”.



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Luis Sánchez Ibarra


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