La revolución bolivariana en Venezuela cada vez se afianza más al contar con la robusta espiritualidad de la mayoría de los habitantes de este país, que la apoya y que lucha por lograr se consolide y por ello la verdadera unidad del pueblo, unidad que se está consiguiendo con tal fuerza y dignidad que no será posible engañar nuevamente al pueblo. Esa robustez de espíritu se debe a que el pueblo observa la voluntad de trabajo y entrega de sus gobernantes, poniéndose como ejemplo al primer mandatario nacional en quien se ve vitalidad y ganas de echar adelante al país, su fe de alcanzar un futuro mejor para Venezuela es admirable y es contagioso el amor que transmite a toda la población, es un amor incesante y se percibe en él a una persona de alma pulcra, noble y generosa.
Es hermosa la percepción que predomina en la conciencia de la mayoría del pueblo, éste sabe que nunca será traicionado por su líder, él tiene confianza en que Nicolás Maduro está en una permanente búsqueda de mayor democracia, justicia y progreso para todas las personas que viven en este país; sin exclusión de nadie. Fue tal el sentimiento nacional que significó la candidatura de Hugo Chávez Frías en 1.998, que al pueblo se le ha retribuido con la puesta en práctica de una mayor y auténtica democracia, vivir con la sensación de gozar de una mayor libertad y experimentar una palpable solidaridad; de manera que aquellas expectativas ya se convirtieron en certeza y es por ello que el pueblo defiende el proceso de transformaciones que lidera ahora el Presidente Nicolás Maduro.
Este proceso de cambios en lo político y social de Venezuela, vino a sustituir la inmensa desilusión que el pueblo sintió por la malévola actuación de aquellos hombres y mujeres que gobernaron este país desde 1.958 hasta 1.998, 40 años de saqueos e inmoralidad; degeneraciones llevadas a la deshonra sin el más mínimo recato. Y para muestra un botón, fue tan cierta la decadencia de la política practicada por el puntofijismo, que uno de los elementos claves de aquel sistema de gobierno, el Dr. Gonzalo Barrios, en pleno auge del Pacto de Punto Fijo, tuvo el atrevimiento de acuñar aquella devastadora frase para la moral del venezolano probo:
"En Venezuela se roba porque no hay razón para no hacerlo" Fueron tan enormes y permanentes los hechos de corrupción en que se desenvolvía el puntofijismo, que lamentablemente hubo que reconocerle al adalid adeco, tenía plena razón. Fue una frase que evidenció, sin lugar a ninguna duda, la putrefacción del sistema puntofijista y el desprecio que se sentía por la dignidad del pueblo. Aquella fue una frase muy triste, cínica, grosera, deprimente, sarcástica y asesina de la esperanza de ver alguna decencia del gobierno de turno, siendo por ello, y mucho más, que el 3 de diciembre de1998 el pueblo venezolano brindo una rotunda victoria a quien había asumido su responsabilidad en la incursión subversiva del 4 de febrero de 1992 y pronunciando aquel POR AHORA que marcó y más tarde liquidó al puntofijismo.
Aquel resultado electoral confirmó, que los partidos políticos tradicionales y sus diferentes ramificaciones, o derivados, quedaron fuera de toda posibilidad de acceder al poder político nuevamente o por lo menos durante décadas. Venezuela tiene fe en que el Presidente Maduro cambiará para bien todas las calamidades inducidas por factores de intolerancias, sabotajes y anti patriotismo de la opaca oposición y sus colaboradores externos. Lea como todavía algunas mala herencia del puntofijismo está causando grave daño a la patria, se trata de algunas concesiones que se les otorgó a instituciones privadas, en este caso referido a los Colegios Profesionales, entre cuyas facultades es la autorización de llevar y administrar el registro de los egresados universitarios y juzgar a sus agremiados que no sigan los lineamientos que imponga la directiva.
Además, uno de estos Colegios, el de Abogados, sigue estando autorizado para cobrar un impuesto por cada documento que se notaríe o registre, impuesto que no se entera al Fisco Nacional, si no que va a incrementar las reservas financieras de aquel ente privado para que sea administrado según el real saber y entender de sus directivos. Como sería, y es todavía, la benevolencia del Estado con aquel Colegio en particular, que los recaudadores del impuesto privado tiene sus oficinas en los locales que ocupan los registros y notarías en donde no aportan ni un bolívar para el gasto del café.