19 aniversario: Opinión de un votante

Este es un año de alta celebración histórica, dos acontecimientos: uno en el Hemisferio Sur y otro en el Norte señalaron rumbos a la humanidad, fueron dos eventos antiimperialistas, uno en 1817, cuando los patriotas venezolanos dirigidos por los estrategas Simón Bolívar y Manuel Piar, liberaron Guayana (Batalla de San Félix) donde se estableció la III República, base fundamental para organizar la gran empresa libertadora que expulsó al Imperio Español de la América del Sur y, cuyo fuego se mantiene vivo en muchos pueblos de la América y del mundo. Un siglo más tarde los rusos Vladimir. I. Lenin, y un lúcido liderazgo político revolucionario, interpretando el hartazgo de su pueblo en cuanto a las desigualdades sociales y valorando y apoyándose en la construcción genuinamente popular de los Soviets, desalojaron del poder del inmenso imperio ruso a los Zares y a sus servidores.

Después de esos dos gigantescos asaltos al cielo, en los siglos XIX y XX, con sus características que, seguirán soportando todos los puntos de vista y, permanecerán como cátedras permanentes del pensamiento político; puesto que la vida no se detiene, pues los pueblos siguen buscando caminos, estas búsquedas nos traen al XXI y específicamente al actual proceso político venezolano que arribó a los 19 años en el poder y, del cual, millones de venezolanos hemos sido consecuentes votantes, en muchos casos por antigua convicción política e ideológica, enmarcada en las tesis anticapitalistas y antiimperialistas y, además porque la presencia de Chávez en la década del 90 en el escenario político abrió una posibilidad de cambio en esta República, fortalecido con factores claves frescos, de recuperación de los valores nacionales, de la venezolanidad, simbolizados en Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora y abierto al pensamiento nuestro americano.

La Epopeya foránea y la nuestra, en dos siglos diferentes, es un acicate para rememorar el espíritu transformador y el respeto por aquellos históricos procesos, y nos anima a ventilar la situación actual venezolana con nuestras opiniones, con la autoridad que tenemos como corresponsables de este proceso, en nuestra condición de ciudadanos participes votantes.

Hay consternación en unos cuantos de nosotros, por lo que pareciera una fuga masiva de los contenidos de la Caja de Pandora, donde aquel último elemento, que permanece allá en el fondo al cual todos quisiéramos aferrarnos, no se percibe con nitidez, nos referimos a la salida del país nacional al caos que nos agobia. Dentro de estas circunstancias resaltan unas cuantas medidas, burocráticas, policiales, judiciales, con mucho acompañamiento mediático, que se están tomando, con la Gallina de los Huevos de Oro (PDVSA) por la enrarecida situación de corruptelas que podrían estar orientadas al desmantelamiento de la industria con fines privatizadores o en el menos grave simple delincuencia. El caso es, ¿Como resarcir los daños económicos ocasionados a la Nación con la prontitud que la actual situación requiere? y lo más grave aún, es lo mal parado que está quedando el Estado y el Gobierno y la comunidad venezolana, ante el mundo, con la implantación de la idea de precariedad en la conducción político- empresarial no solamente en el área petrolera. El meollo reside, en que no debe confundirse según versados analistas estas consecuencias, y derivaciones, con las multiformes causalidades Reponerse de esto será largo.

La extrema derecha venezolana, y sus asociados foráneos, han sido consistentes en su macabro juego de deterioro del país con las finalidades que todos conocemos, y lo han hecho con cierto éxito, bien asesorados y seguramente en comandita con sujetos muy bien ubicados dentro de la estructura político-gubernamental. Pero el asunto no está allí, los zánganos, siempre estarán en lo suyo, es su naturaleza, Chávez (dixit).

Lo cierto y es doloroso decirlo, que en esta mala hora venezolana hay mucha responsabilidad de los altos cargos políticos. Ninguna sociedad que pretenda hacer una transformación revolucionaria encontrará buen rumbo con una organización política repetidora de los métodos de las organizaciones tradicionales de la socialdemocracia, con integrantes que confunden la mudez y la acriticidad con disciplina, el abuso de la lisonja y de las consignas insustanciales, las frases y discursos huecos se quedan en ruidos, el "calco y copia", !Ay Mariátegui¡ nunca será bueno, la dádiva y el clientelismo político duran hasta que se agote la alcancía pública, y eso en Venezuela está ocurriendo. La Social Democracia Puntofijista, en sus largos 40 años de desmadre nacional nos dejó lecciones de todos los tamaños, dijera Chávez para el que quiso "ver y oír".

LA REVOLUCION ES CULTURAL



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Rafael Castro

Especializado en Gestión Cultural. Colaborador y Fundador de Instituciones de la Cultura, en el Sector Público y Privado.

 racasce@gmail.com      @racas42

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