Desde la campaña electoral de 1998 en que el pueblo venezolano anunció elegiría Presidente al joven militar nacido en Barinas en 1954, líder del 4-F 1992, una asonada militar cívica justificada en la necesidad de acabar 40 años de corruptelas bipartidista burguesa, han transcurrido 19 años del Martes 2 de Febrero, cuando el electo Jefe de Estado afirmó tajante “juro sobre esta moribunda Constitución…”.
Hugo Chávez inició y desarrolló una política socialista, algo satanizado bajo partidos tradicionales arropados por el capitalismo mercantilista de gobiernos vasallos en América y Europa, que nos rindieron de 1959 a 1999 con la “democracia representativa” falaz de la cual el Canciller gringo Henry Kissinger, dijo “en Latinoamérica se lanza una bomba H, y no pasa nada en el mundo”.
La colectividad despertó con Chávez y comenzó a conocer el pensamiento antiimperialista de Simón Bolívar, José Martí, y preclaros libertadores del yugo imperialista español, que intuyeron acerca de la “democracia” del coloso del norte”, que nos acostumbraría a verlo cual solución siempre condicionada pasivamente a moderno imperialismo neo colonial estadounidense, depredador e hipócrita como el que trajo el Almirante Don Cristóbal en 1492, origen del colonialismo.
Van 19 años de ataques feroces a la rebelión bolivariana antimperialista, que luego encumbró con votos a Hugo Chávez, y sigue el legado de precursores: Simón Rodríguez, Antonio José de Sucre, Ezequiel Zamora, José Félix Ribas, Luisa Cáceres, Juana la Avanzadora, Guaicaipuro, el comunitarismo, y luchas sociales de quienes advirtieron la necesidad de expulsar a los proimperialistas.
La confusión persiste, afrontamos guerra permanente al socialismo, cerco financiero de USA y gobiernos pitiyanquis en la Unión Europea. Obvio saber la diferencia entre el modelo eleccionario socialista de mayor libertad, y aquella oscura época adecopeyanquicelestina, depuesta legalmente el 6-D 1998, y gobernando desde el 2 de Febrero 1999, venciendo en 22 de 24 elecciones.