El arado y el mar

La "legalidad" madurista legaliza al golpe

Lentamente, nos hemos deslizado hacia una "legalidad" madurista: no existe el imperio de las leyes, sino el imperio de las necesidades de la cúpula gobernante; al imperio de la ley lo suplantó el imperio de la fuerza, hoy como nunca en la historia al gobierno lo sustenta la fuerza. La majestad de lo jurídico se ha trastocado por un comercio vil, las "leyes" salen a la carta, las instituciones se pliegan a la razón de permanecer. Sólo hay espacio para cómplices.

La socialdemocracia tradicional está perpleja, las tramposerías que siempre habían hecho con discreción y mesura ahora aparecen desnudas. En la democracia burguesa tradicional la dependencia de los poderes no era apreciable, de vez en cuando un poder era juzgado por la fiscalía; por ejemplo, se condenaba a un presidente. Ahora no es así, las órdenes a los poderes se dan públicamente, con grosería; el cne cada momento es vapuleado en su majestad por los miembros de la costra, perdió lo que le es más valioso, su credibilidad. La fiscalía tiene su oficina en algún rincón de Miraflores, las órdenes de linchamiento le llegan por papelitos. Allí, llevados por odios profundos, escupen para arriba, son extremadamente torpes, condenan a Chávez por mampuesto, pero también a maduro miembro de la directiva de PDVSA que ellos califican de corrupta. La constituyente funciona como una franquicia barata del Ejecutivo. Y para colmo, el madurismo se fabricó un partido que nace con una cadenita al cuello como un perrito amaestrado

Con este gobierno se instaló una legalidad, un estatuto, que no permite ninguna disidencia. La menor salida del rebaño, el que asome la cabeza le cae la "ley" o el linchamiento extrajudicial. No hay el menor chance de éxito con las reglas de juego del madurismo, no hay una armazón jurídica que regule nada. Las elecciones son un fraude, el partido de gobierno está secuestrado, agotado, no tiene más voluntad que aplaudir, el carnet mi negra, los clap son instrumentos del mercenarismo. El gobierno se sostiene ya de manera directa, descarada, en la fuerza, espiritualmente está derrotado, lo sostiene el chantaje que es cada vez más ineficiente y el inestable apoyo de una Fuerza Armada que no está desligada del sentir de la gente que cada vez es más difícil de convencer.

En estas condiciones, el que quiera sustituir al gobierno no tiene opción, debe hacerlo fuera de la "legalidad" del madurismo, ya la alternabilidad murió. En estas condiciones, el reemplazo que reclaman más del 80 por ciento de la sociedad es difícil, implica riesgos, no hay red de seguridad, pero no hay alternativa.

Al lado de las dificultades están las ventajas, hay razones de todo tipo que justifican desconocer la legalidad de maduro: el gobierno se situó al margen de la Ley, de la Constitución del 99, la de Chávez, derogada en la práctica. El gobierno ha manifestado una incapacidad política que demuestra una vez más que las clases intermedias no construyen proyectos de país viable, él mismo destruye con sus patas lo que intenta hacer con su cráneo. Vivimos días de turbulencia, cualquier gota puede rebasar el vaso. Los proyectos se disputan la dirección de la sociedad con ferocidad, la procesión va por dentro. La torpeza del madurismo queriendo construir una legalidad a su imagen y semejanza legalizó el golpe, ya no hay amarras para no darlo.



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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