Vida Cristiana

Perfomances en doctrinas bíblicas extrañas

Los pastores protestantes de algunas Asambleas Denominacionales en una manera locuaz de interpretar Las Sagradas Escrituras asumen riesgo y comprometen a los miembros de su Congregación al escarnio público y aprovechando su popularidad para ascender a un nivel de poder, comprometen a Jehovah, mi Dios en asuntos terrenales, cuando su verdadera dimensión es netamente espiritual.

El evangelio, no es de comediantes y, estamos llenos de estos personajes.

Aquellos que usan el humor para obtener popularidad política son mucho menos peligrosos, pues por ser la risa un instrumento tan evidente el montaje que arman al menos es sincero. Los verdaderamente temibles son los falsos profetas del odio, del rencor y del resentimiento. En el pasado se apeló a la comedia para ganar adeptos, los personajes de hoy apelan al veneno, a la escandalosa insidia y al desprestigio de las instituciones democráticas.

Jacques Maritain sostenía que las sociedades necesitan profetas, especialmente en sus períodos críticos, o bien en la hora de su nacimiento o de su renovación profunda. Tal como sucedía desde la antigüedad, su misión de despertar a los pueblos está inspirada en su propia conciencia.

Por ello, la más feliz coyuntura sucede cuando los estadistas son al mismo tiempo auténticos profetas. Ahora bien, tal como ciertamente anota ese filósofo, aquel es un fenómeno vital e indispensable, pero también muy peligroso, pues lo genuino genera siempre la propensión al embuste. Y así, donde hay inspiración y profecía, habrá también émulos falsos; por un lado, inspiradores surgidos de una afección auténtica, y, por otro, imitadores que no son sino demagogos con instintos tenebrosos.

No hay nada más difícil para los pueblos que tener discernimiento de espíritus, que es lo que permite distinguir entre la inspiración genuina y la corruptora; deslindar el trigo que crece junto a la cizaña. No tomar lo sucio por puro.

 Para verdades, la historia, que es pródiga en ejemplos de genuinos y falsos apóstoles. En la época moderna, Occidente nos ofrece a Maximiliano Robespierre, el primero de los grandes heraldos del rencor. Su verbo encendido convirtió la Revolución francesa en la primera gran carnicería moderna. Sedujo a las masas sedientas de la utopía secular jacobina hasta convertir las consignas de fraternidad, igualdad y libertad en una macabra pesadilla.

Lo verdaderamente indignante de los embusteros es que su conducta prostituye algo que es sublime, pues, ciertamente, cuando las sociedades se sumergen y dormitan, los pueblos deben ser sacudidos de su modorra.

El ser humano es proclive a permanecer en estados de acomodo, y de esas etapas somnolientas se debe ser despertado. Tales despertares, que surgen tras el estado de confortabilidad, suelen ser incómodos e irritantes. Y esa es la labor del profeta genuino, pues, sea como sea, las grandes transformaciones surgen inicialmente de la inspiración de quijotes convencidos de encarnar el ideal de la época. ¿O acaso Samuel Adams habría convocado un referendo para conocer opiniones sobre su gesta independentista?

Ciertamente, el ideal es una pasión combativa. Por eso, el idealista puede ser mal interpretado, pues las bajas pasiones del falso profeta se encubren, se agazapan detrás de la apariencia de las pasiones combativas, simulando ser una de ellas. Los impostores necesitan partidos turecas y unipersonales, cascarones que no son sino simples franquicias comerciales, porque no tienen la empatía ni la inteligencia emocional para sociabilizar y forjar la trayectoria que se exige en los verdaderos partidos.

Por eso, aunque excepcionalmente es posible, un partido con una fuerte militancia y los controles sociales que ella impone difícilmente permitirá el dominio de un charlatán. Por ello, los farsantes electorales, algunas veces ocultos tras ideologías apócrifas, toman las filosofías democráticas genuinas y las convierten en discursos de odio. Son los procreadores de las minorías contrarias de choque.

En la República de Weimar, eran Ernst Röhm y sus tropas de asalto las que aterrorizaban a las voces que se les oponían. Hoy, los linchamientos son cibernéticos, y es allí donde operan ese tipo de minorías que aspiran a llevar a sus falsos mesías al poder. Para luego, como ha sido usual en la historia, servirse del resentimiento de facciones insurreccionales, destruyendo las instituciones democráticas tan costosamente forjadas e instalando despotismos.

De esta triste experiencia, los alemanes que vieron actuar al nazismo son testigos de cargo. También los venezolanos de hoy, los que han “disfrutado” la última versión del socialismo.

En la Santa Biblia hay una capitulo, y a su vez es uno de los mandamientos que dice así- No tomar el santo nombre de Dios en vano, no jurar el nombre de Dios en vano, así esta escrito. Entonces no logramos entender por qué a diario aparecen gente utilizando el nombre de Dios definiéndose como santos, cuando predican una cosa, oran por unas cosas dan entender una cosa y en el fondo son más malo que el mismo Satanás.

Como es posible que personas que tiene fuerzas y poder para hacer el bien, ayudar a los demás no lo hagan y se salen a luz pública vendiéndose como buen samaritano. 

Personas que chantajean a los demás hasta con una botella de agua y se le niegan, entonces aparecen en redes sociales clamando el santo nombre de Dios para hacer creer que son seres humanos humilde, solidarios y de buen corazón cuando ya por sus acciones demostradas a todo un pueblo no son más que personas que realmente deberían ir a un safacón porque eso es lo que son basuras.

Instamos a no dejarse confundir con estos falsos profetas- político que solo buscan confundir a los más débiles y querer comprar conciencia para quedarse en el poder para desde ahí continuar engañando a todo un pueblo

El nombre de Dios es sagrado y no debería aparecer en asuntos políticos para engañar a los demás. Un llamado a no dejarse confundir por estos políticos endemoniados. La onda profética dentro de muchas iglesias evangélicas está desencadenando confusión y división entre los diversos movimientos evangélicos. Estos profetas modernos se visten de iluminados y comienzas a profetizar que ciertos candidatos políticos ganaran las elecciones para la presidencia “porque así Dios lo ha dicho” y esto ocurre en la época electoral. Unos profetisa que tal candidato será el presidente, otros dicen que será el contrario, tristemente usan a Dios y su Palabra como un método de manipulación política, y vemos a diario que estos falsos ministros se contradicen, y con el cuento “profético” quieren hacer prevalecer sus intereses politos.

¿Se debe usar la profecía como instrumento de manipulación política? ¿Podemos manipular el quehacer social del mundo, tomando a Dios como instrumento mediático? La Biblia enseña que la profecía no es de interpretación privada (2 Pedro 1:20-21) y que no debemos usarla para intereses personales o políticos, ya que la misma se transmite a la iglesia para edificación espiritual, y la cual tiene como fin afirmar la profecía bíblica escatológica para edificar del cuerpo de Cristo frente a los terribles acontecimientos futuros.

Puede haber existido situaciones puntuales en torno a ciertos acontecimientos profético en que en algún momento del Antiguo Testamento Dios haya escogido a ciertos reyes paganos para ejecutar un plan determinado sobre Israel, debido a su pecado y desobediencia, llevándolos al cautiverio. Esto ocurrió cuando Dios escogió a reyes como Darío, Nabucodonosor, Artajerjes etc., los cuales fueron usados en su momento para tratar con su pueblo Israel debido a su pecado, pero en la actualidad, lo que va a ocurrir ya está determinado en la Palabra profética, y Dios no interviene en la política vernácula.

Los pastores deberían de estar predicando las señales escatológicas de los últimos tiempos, y no profetizando asuntos terrenales de un sistema corrupto. Y, a su vez lanzando sus figuras a las presidenciales. El mundo va de mal en peor, y se avecina tiempos caóticos que preparan el camino para el reinado del anticristo, y no debemos usar el nombre de Dios en pronosticar temas políticos terrenales, porque tal acción es catalogada como una blasfemia, pues se tomar el nombre de Dios en vano, para algo prohibido en los mandamientos (Éxodo 20:7) y  además, causa división y confusión en las iglesias, porque todas las ideologías humanas en el área de la política están contaminadas por el príncipe de este siglo (Juan 14:30).

Debemos dejar claramente establecido que nuestra misión eclesiástica es proclamar el reino de Dios, dentro del reino de este mundo. Como pastores de la grey, debemos separar el mensaje del evangelio de la política de los hombres, y como profetas, denunciar lo injusto y condenar el pecado, sin caer en el radicalismo o el fanatismo, que no lleve a la intolerancia política o religiosa. Debemos respetar y orar por los gobernantes de turno (Romanos 2:2),sean de izquierda, de derecha o de centro, y debemos respetar la libertad de conciencia política de los miembros de nuestras congregaciones

. No debemos de usar el púlpito para alinearnos a favor de una corriente partidista en el marco de las filosofías políticas o sociales, porque en todas ellas hay un lado bueno y también existe un lado malo y negativo.
Es común que en épocas de elecciones algunos falsos profetas instrumentalicen la religión para favorecer a determinados candidatos. Esto es contrario a la ética, moral y principios evangélicos.

Tengamos cuidado en no incurrir en los errores del cristianismo en el pasado, cuando se pronunció y protegió gobiernos dictatoriales, inmorales y corruptos. Recordemos las palabras de Jesús cuando dijo que en los últimos tiempos viviríamos como en los días de Noé (Mateo 24:37), en donde en la tierra todo el mundo estaba corrupto y lleno de violencia (Génesis 6:11). Por más que queramos defender una ideología política, la Palabra tiene que cumplirse, y todo alineamiento partidista afectará la relación entre los hermanos, y mezclará las tinieblas con la luz. recordando que somos hijos de la luz (1 Tesalonicenses 5:5) y nos pondrá en el dilema de que estaremos sirviendo a dos señores (Mateo 6:24), y esto no es correcto.

Son muchos los casos registrados de pastores con inmoralidad sexual, líderes religiosos enriquecidos con la fe, incluidos los atroces actos en la Iglesia Católica como los de sacerdotes pederastas y la infame idolatría.

En la carta de Judas, aquellos infiltrados y falsos sacerdotes, pastores o líderes religiosos sin vergüenza, que solo se preocupan por sí mismos y que engañan a la gente por dinero, tarde o temprano perecen en su propia rebelión, porque están doblemente muertos cuando negaron la fe en Jesucristo con sus propios actos y doctrinas. Resalta el evangelio: ¡qué aflicción les espera!

Lastimosamente, estas situaciones son esperadas, con ansia, por los mal llamados librepensadores de la línea atea para insultar, desde su amargura, el verdadero mensaje cristiano que tan horrorosamente viene siendo perseguido desde la misma génesis del evangelio.

Pero el creyente debería apartarse de aquellos que se autodenominan públicamente ungidos únicos, de los que se jactan de tener una investidura divina y exclusiva para declarar verdades absolutas, preciándose como únicos conocedores de la Palabra y su interpretación.

La regularidad de la lectura de las Sagradas Escrituras, para acercarse personalmente al conocimiento profundo de Dios, sin sucumbir en caducas o descontextualizadas interpretaciones, evitaría, hasta cierto grado, caer en la manipulación de aquellos falsos profetas que suelen aprovecharse de la ignorancia para satisfacer sus non sanctas intenciones.

Es legítima la desconfianza y el escepticismo de las personas ante la desvergüenza vista en algunos cuantos líderes religiosos, pero esas circunstancias no pueden ser la excusa para alimentar su indiferencia con ese Dios bueno que existe, para no congregarse, ni, mucho menos, para alejarse del camino, la verdad y la vida (Juan, 14).

Por otro lado, el Gobierno Nacional debe promover una legislación clara que propenda por una rendición pública de cuentas que fomente transparencia en las iglesias, independientemente de su credo, así como en fundaciones u organizaciones receptoras de donaciones, ya que el secretismo financiero nos lleva a las épocas del nefasto oscurantismo religioso que padeció la humanidad.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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