Importa hoy, para poder tener solvencia mañana, detenerse en el sentido y dirección que ha tomado la revolución. La "guerra económica" y los embates del imperialismo que son reales, son como el recurso que ha encontrado la dirección política del proceso para distraernos. Muchos están empeñados en demostrar la guerra económica, otros en negarla o cuestionarla y casi todo el mundo chavista está dispuesto a reconocer, que esta guerra económica es la que nos tiene en una permanente angustia.
No ha comenzado, pero como acostumbra a decir Maduro, más temprano que tarde, ha de producirse una revisión por apropiación indebida de las ideas de Chávez y su proyección en el tiempo. Cualquier intento de reimpulso del ideario de Chávez, debe comenzar sin lugar a dudas, por una explicación de estas ideas y de los acomodos que se han hecho.
Muy recientemente, Javier Biardeau escribió un par de artículos[i] con la firme intención de invitarnos a mirar las cenizas y las brasas de la revolución. Biardeau, dejó ver varias ideas en estos dos artículos. Una de las sugerencias que nos ofreció, era la necesidad de hurgar mucho en el Chávez original a través de sus documentos. La otra idea que resaltó, se concentra en lo que él denomina el proceso de invasión interna, argumentado a través de varias referencias. Una de ellas, fue de Chomsky, que es conocida como un "consenso manufacturado", que es una muy elegante manera para camuflar algo mucho más profundo, que él mismo Bierdeau calificó como una invasión y conquista interna.
Posteriormente a la publicación de estos dos artículos, el amigo y paisano Evaristo Marcano Marín[ii] presentó también en Aporrea, un artículo en el cual planteaba una reflexión en torno a lo expuesto por Biardeau, sugiriéndonos asomar al análisis, el tema del hiperliderazgo de Chávez como un aspecto que redimensionó ese proceso de invasión y conquista. El hiperliderazgo de Chávez, según la idea de Marcano Marín, viene a constituirse como la punta de lanza de ese proceso.
Después de haber leído estos tres artículos (Bierdeau y Marcano Marín), tuve la oportunidad de leer otro excelente artículo que abona mucho en este proceso de debate que debe darse en torno a la figura y pensamiento de Chávez, escrito por Emiliano Terán Montovani[iii] y que fue publicado también en el portal de Aporrea. Emiliano Teran Montovani, coloca el acento en el colonialismo interno o la "colonialidad" de hoy, que como el mismo lo sugiere, es más compleja que las anteriores colonizaciones o la que profundamente analizó ese destacado intelectual martiniqués, Frantz Fanon.
Emiliano Teran Montovani es de la idea, que "Venezuela se ha convertido en unos de los espacios emblemáticos atravesados por esta colonialidad del siglo XXI". No es este un fenómeno que nos retrotrae a la figura del colonizador y el colonizado. Es como lo advirtió y así lo referimos en líneas anteriores, un problema más complejo, porque entre nosotros, el fenómeno vive agazapado bajo la lucha antiimperialista.
Tenemos entonces, una primera situación que Javier Bierdeau califica de invasión cultural que viene produciéndose a lo interno del chavismo como parte de un proceso de conquista, manipulación y aplicación de un mesianismo político. Este acto de invasión-conquista, según la versión de Biardeau para permanecer en el tiempo y lograr su propósito, "necesita más conquista". Posteriormente, una reflexión de Evaristo Marcano Marín, sugiere incorporar el fenómeno del hiperliderazgo de Chávez, como un promotor de esta invasión "a través de la invención de un Chávez a partir del otro Chávez que los tienen empaquetado como un producto"
Teran Montovani nos introduce como a "otra" visión para ordenar la compresión desde el propio centro del chavismo de lo que hoy vive Venezuela. Para ello nos introduce al fenómeno de la colonialidad interna que opera al interior del chavismo:
"Una geopolítica multiescalar, que reivindique una geopolítica de los de abajo, propone (re)tomar la pregunta: ¿en qué sentido la Revolución Bolivariana ha sido un proceso decolonial? O bien, ¿en qué sentidos ha representado nuevas formas de colonialidad? Y sobre todo, ¿cómo esto determina el desarrollo y posibles escenarios de la actual crisis venezolana?
Biardeau toma el proceso de conquista-invasión, Marcano Marín agrega que el tema no puede desconectarse del arropador liderazgo de Chávez y Teran Montovani, usa el colonialismo interno como una manera de observar parte de lo que acontece al interior de la revolución. Es probable que estas percepciones que intentan describir lo que acontece al interior de la revolución sean asumidas como maneras muy similares de captar el fenómeno. Sin embargo estimo, que son ópticas relativamente distintas, no contrapuestas que tienen puntos de encuentros.
La conquista-invasión para mantenerse requiere de más conquista (más autoritarismo, que es lo que hemos venido observando). La conquista-invasión lleva implícita la idea del uso de la fuerza de una manera más clara y requiere de un fuerte liderazgo (hiperliderazgo) que arrope y ahogue otros liderazgos. La idea de la colonialidad es más sublime, pero no menos violenta. Opera, creo yo con el uso de la fuerza y otros recursos. No es mi propósito extenderme en este artículo, pero no tengo otra posibilidad y debo colocar algunas referencias de Terán Montovani para procesar mejor esta idea-tesis de colonialidad que se presenta a lo interno del proyecto bolivariano.
La revolución bolivariana en su comienzo se presentó como un proyecto anti-colonial. Como revolución, Chávez después la identificó como bolivariana y viene con este "frente anticolonial", pero como lucha; su "irrupción en la realidad se gesta en las luchas populares, en las disputas que desde abajo se impulsan contra el status quo, en un período de ebullición y calor de calle que va desde 1987-1989", pasando por la elección presidencial de Chávez en 1999 y continúa en la defensa popular del proceso bolivariano hasta 2004-2005, cuando comienza su etapa de hegemonía y estabilización" (Cita Teran Montovani)
Esta es una referencia muy importante, porque debo destacar que el "Por Ahora" se tragó todo lo anterior. Han institucionalizado la idea (como una expresión de esta colonialidad interna), que la revolución fue posible a partir del "por ahora". Este es un dato, que permite visibilizar lo que Teran Montovani denomina en este artículo "ocupar el lugar del colono". Es una manera de sembrar la idea muy subliminalmente, que la revolución comenzó con el "por ahora" y se lo debemos a esta gesta, no a otras. Lo mismo ha venido sucediendo con el 13-A. El pueblo sufrió una metamorfosis y comienza a verse como un aparato cívico-militar
Voy a permitirme colocar una extensa cita de Teran Montovani para recoger mejor este fenómeno que desde "diferentes" ángulos están ofreciéndonos para un auténtico debate:
"A pesar de que se transformaron los rígidos límites de exclusión neo-colonial de la Venezuela del puntofijismo, en realidad, lo que en buena medida ocurre en la Revolución Bolivariana es la nacionalización del lugar del colono. Esto, como ya mencionamos, supuso la búsqueda, desde arriba, de canalización de las pulsiones populares emancipatorias, antioligárquicas y contrahegemónicas hacia formas progresistas de modernización. La inclusión social masiva abrió la puerta no sólo a las nuevas formas de la institucionalidad neo-colonial de la Venezuela petrolera, sino a la siempre ofertada realización de la vida civilizada, determinada desde principios del siglo XX por la idea de prosperidad y el ‘american way of life’, y ahora envuelta en una narrativa revolucionaria y de rescate de la épica nacional-bolivariana.
El problema de esto no es de ninguna manera la cobertura de las necesidades fundamentales, históricamente negadas, que se logró a partir de la distribución social de la renta del petróleo. Saldar esa cuenta, alcanzar esa reivindicación primaria es, en efecto, una expresión de la reclamada justicia social. El factor crítico fue, de hecho, encaminar el progreso revolucionario y su horizonte "liberador" en torno al intento de socializar y masificar lo que Ulrich Brand y Markus Wissen han llamado el " modo de vida imperial ". Esto es, el modo de vida que se recrea a partir de patrones de distribución y consumo propios de los países del Norte Global y sus clases altas y medias
Uno de los elementos centrales de la construcción de consenso y cohesión interno en el proceso bolivariano fue la configuración de un escenario, desde arriba, para la realización de las clases populares a través de las mercancías (importadas) y los recursos financieros del capitalismo rentístico, y no tanto a partir de la apropiación amplia, directa y real de la política (frente al monstruo de la burocratización ) , de la distribución económica (frente al manejo hipercentralizado y a discreción de las grandes finanzas ) , de los bienes comunes (frente a la monopolización de la decisión sobre los llamados "recursos naturales" ) y de la producción (frente a la extraordinaria centralidad del extractivismo y la economía de importación )"
Vender este proyecto en los términos que lo precisa Teran Montovani, es ocupar el lugar del colono. No es una mera casualidad, el lugar que tiene el asesinato de Otaiza y el Robert Serra, respecto al de Sabino. Otaiza y Robert Serra tienen por supuesto el derecho de ser mártir de la revolución. No es el caso de Sabino Romero que tuvo otros motivos y otro propósito en su lucha, pero no alcanza el status de revolucionario y su muerte no molesto al aparato del Estado. No es una mera casualidad el silencio que existe sobre el arco minero y la censura que la "revolución" ha impuesto sobre este proceso de destrucción de un patrimonio natural de Venezuela.
Sé que en este artículo me quedan cosas sueltas que pueden retomarse si abrimos las puerta a un debate, pero no deseo finalizarlo sin agradecerle a Javier Biardeau, Evaristo Marcano Marín y Emiliano Teran Montovani este esfuerzo reflexivo y analítico. Culmino este artículo dejándole dos extensa citas que deseo le sirva al lector para comprender la dimensión del problema.
"Difícilmente se puede entender el desarrollo de la extraordinaria crisis que vive Venezuela en la actualidad, únicamente señalando la intervención foránea. La Revolución Bolivariana ha sido también un régimen de acumulación de capital, y como tal, ha estado profundamente marcada por las pugnas internas de los grupos de interés que han compuesto el propio bloque político. En este sentido, los nuevos colonos utilizan al Petro-Estado como facilitador de procesos de acumulación privada de capital: por eso la creación o mantenimiento de zonas del no-ser - ahora también de las "zonas económicas especiales"-, que opera junto a distintos mecanismos de distribución de la renta, formas de financiarización de la naturaleza, relanzamiento de la relación con corporaciones transnacionales, entre otras medidas, que tributan a estos intereses privados.
Para un tipo de economía como la venezolana, donde es vital articular con el gran captador, centralizador y distribuidor de la renta petrolera, como lo es el Petro-Estado, no es posible una "guerra económica" de estas dimensiones sin que pase por la participación directa o indirecta de buena parte de los grupos o integrantes cupulares del sector público. Esto, hoy en día, ya es de conocimiento popular"