¡Mi último tiro a esta revolución chucuta!

 

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Quisiera saber que hay en las mentes de quienes dirigen este proceso llamado revolución. Diera la impresión que no sólo han sido incapaces para derrotar la guerra económica, sino que no dan pie con bola en las soluciones de los problemas que ahogan al país, en su ancho y en su largo. Sino, usted no viera como se asfixia a la Patria de Bolívar y Chávez, sumergida en una crisis que le ha quedado grande a los líderes rojitos. No estoy inventando nada. Quien tenga ojos que vea, y quien tenga oídos que oiga.

2

Después de tantos años, ahora el Presidente Maduro está pidiendo a gritos que le envíen propuestas para él ponerlas en práctica. Los viejitos, las mujeres, los pescadores, los trabajadores, los profesionales, los estudiantes, los policías, los fiscales de tránsito, los médicos, las enfermeras, los militares, y hasta los boyascaot[ts1] , están siendo motivados por el jefe del Estado, para que por favor le envían las propuestas para enderezar este barco… ¡Que locura!

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Presidente, ¿dónde están sus asesores internos y externos? ¿Tan malos son que no le ayudan en la búsqueda de las soluciones de problemas? ¿Por qué no les retiene los sueldos? O, dicho de otra manera, ¿Por qué no los mete en un barco sin timón y los suelta en medio del océano Pacífico o si le parece en el Atlántico? Ahora mismo que estamos en época de huracanes. Lo que no sirve se vota. Y se reemplaza por lo que sirve.

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Recientemente ha anunciado, señor Presidente, el remozamiento de su gabinete. Me parece justo. Ya era hora. ¿Escogió bien? ¿Usted cree que estos funcionarios sí le van a ayudar a levantar la múcura? Se ha dado cuenta de lo que ha hecho. Bueno, partamos de que sí sabe lo que hizo. Desmoles, pues, el beneficio de la duda, como dicen los picapleitos, y siga recibiendo propuestas. Me imagino que tendrá varios salones de Miraflores disponibles para recibir los millones y millones de ideas, planes y soluciones para tanto problema. Por cierto, recuerdo que usted, afirmó que, si ganaba las elecciones del 20 de mayo, el siguiente día comenzaría a aplicar la nueva economía.

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Yo le voy a echar un cuentico que, por razones obvias, me lo sé de memoria, con puntos y comas. Mire, ¿acaso usted, señor Presidente, vino de visita a Guayana, cuando muchacho, siendo militante de la izquierda? Siendo más elástico, ¿vino a Guayana en la década de los 80? Me supongo que sí estuvo en esta pujante región. Y vio lo que había: amplias autopistas, grandes movimientos de tierra para la construcción de viviendas y de empresas. Empresas como la Corporación Venezolana de Guayana (ícono de la acción creadora en la región); Venalum, Alcasa, Ferrominera Orinoco, Sidor, entre otras, producían para Guayana y para el mundo.

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Lo invito que venga ahora. No a meterse en un auditorio, con aire acondicionado, para arengar a los trabajadores. Sino para que se pasee por los cascarones vacíos de la CVG y estas empresas llamadas básicas. Para que constate en situ la inoperatividad de estas factorías. Para que tome nota de la ausencia de trabajadores que cobran sin trabajar. Para que observe como la gente es transportada como ganado en perreras y camiones. Para que presencie en vivo y en directo la eficacia de la revolución y de cómo se vive en socialismo. Venga, presidente. Es necesario que usted vea parte de su obra. Viejitos y viejitas haciendo largas colas para cobrar una mísera pensión, o para comprar un rollo de papel higiénico. Vera, además, a gente mayores de 80 años cargando agua de una pila.

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Pero es bueno que venga a revisar los precios en las panaderas y los automarcados. Hoy un producto vale dos millones, y mañana siete millones. ¡La locura! ¿Qué decir del deterioro del transporte, de la escasez de agua, de la falta de bombonas de gas, de la "huecamentazón" en las avenidas y calles, de la oscuridad reinante en calles y avenidas, del auge de la delincuencia, ¡carajo, tremendo caos! Usted presenciara a hombres, mujeres y niños, comiendo migajas de las bolsas de la basura. "Venga pá que lo vean", como decía el musiú Lacavalerie. Allí, en el sitio. Revisando. Constatando. Verificando. Para que ninguno de sus ministros o presidentes estrellas le meta gato por liebre.

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Usted habló ante la promocionada Comisión Asesora de Economía, el día viernes, instalada en el propio Miraflores, donde según hay expertos extranjeros que se la saben todas. Y que elevarán hasta usted, señor Presidente, las recomendaciones, y usted las aplicará sin quitarle una sola coma. Usted lo dijo, como también hablo del surgimiento del "Milagro Venezuela", como una consecuencia de su nueva política económica. Le auguró a la guerra económica su pronto final. Adiós dólar criminal, vienen las medidas que te harán añico, como el estallido de un átomo en millones y millones de partículas. Señor, no dudo de que usted se pondrá las pilas, por vez primera y le torcerá el pescuezo al dólar y posesionará al Petro como moneda salvadora del caos. Pero, ver para creer, como dijo el Santo.

9

¡Carajo, da pena la revolución! No tengo empache en afirmarlo. Todo esto es un espejismo. Es una ilusión. Revolución la que hizo Fidel. Junto a 16 hombres se internó en las montañas del Escambray, y en tan sólo meses de guerrear contra el ejército corrupto del dictador Fulgencio Batista, bajo victorioso y MANDÒ A PARAR. En pocos meses las estructuras del viejo régimen estaban hechas añicos. El capitalismo fue barrido. Fue así como los traidores fueron fusilados, otros encarcelados, y el resto huyó al santuario de Miami. La dignidad del cubano estuvo pegado a la dignidad de aquellos líderes revolucionarios. Que, por cierto, sí sabían hacia dónde iba a el barco. Tenían coraje, visión y decisión. Lo demás es historia.

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¿Pasó penuria el pueblo cubano? Claro que pasó. Pero su dignidad pudo más que los ataques y la decisión del imperio por acabar con la revolución. Esa dignidad sigue en pie. Los tiempos han cambiado, pero la dignidad patriota de Cuba está allí, firme, como un solo hombre. El padre de la revolución murió. Su hermano se apartó del camino, pero sigue el fervor patriótico preservando el legado de Fidel. No es poca cosa lo que enfrentaron los cubanos tanto de los llamados "gusanos", como los embates, en todo terrero, dentro y fuera del país, puestos al servicio de la contrarrevolución por parte de la CIA.

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Como dije en un párrafo anterior, le concedo el beneficio de la duda al presidente Maduro. Y, como revolucionario, hago votos porque puede rectificar el rumbo del proceso y cumpla con lo que ofreció en su campaña electoral y lo que habiendo prometiendo. Pero tendrá que cambiar. Si no cambia su estilo de gobernar, me temo que todo losa resultados serán los mismos. Y eso no se lo perdonará el legado de Chávez. Y le estará dando la razón a los traidores que abandonaron el barco antes de tiempo, en vez de quedarse dando la lucha dentro, y demostrar que no eran unos disfrazados con la vestimenta roja, rojita. Cosa difícil de demostrarlo… Dado que el traidor, a pesar de que se tongonee siempre le ve el bojote, como dice la conseja popular. Ellos aman el dinero. Esa es su ideología.

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He tomado la decisión de no escribir más sobre la política venezolana, ni acerca del Maduro y su gobierno. Estoy cansado, agotado, frustrado… y, sobre todo enfermo. Esta política es pura putrefacción. Unos y otros tienen el mismo comportamiento, en la práctica. Voy ocupar el poco tiempo que me quede para la poesía. Mi ego está empeñado en que algo queda si se escribe, escribe y escribe. Lo voy a complacer. Aprovecho para darle las gracias al portal de Aporrea. Me publicaron más de 800 artículos. Nunca me rechazaron ninguno. Escribí a favor de la llamada revolución, así como de Chávez, su creador, del propio Maduro y de su gobierno. Pero también fui crítico. No me tembló el pulso para hacerlo.

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También quiero darle las gracias a mis lectores y lectoras. Los tengo en Venezuela y en el exterior. Gracias a ellos por sus palabras alentadoras. Mis mejores deseos para su grupo familiar. Pero no todo fue color de rosa. Entre mis lectores hay gente enferma, llena de odio. Me injuriaron. Me lanzaron maldiciones, etc. Pero yo les doy también las gracias por haberse ocupados de mí. En cambio, les deseo a ellos y sus familiares todo lo mejor de este mundo. No abandonaré totalmente a Aporrea. Si mi vida me lo permite, escribiré algo, de vez en cuando, pero les juró que no será acerca de esta política podrida, y de las "burradas" cometidas en procura de una economía real, que permita elevar el nivel de vida de nuestro pueblo. No ha dado pie con bola. Y de eso no tiene la culpa el imperio, como tampoco la tiene en el desastre que hicieron los rojos, rojitos en PDVSA. Hoy da lástima. Como lastima da la zona industrial de Guayana, Lara, Valencia, La Victoria, Guarena y pare usted de contar.

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Dentro del campo de la izquierda hay gente buena. Gente fogueada y de conciencia firme. Gente honesta y trabajadora. En fin, gente creativa y rastreada con el país. Pero también hay muchos camaleones disfrazados de rojos, rojitos. Están, como hormigas, enchufados en el gobierno. Y seguirán así hasta que se cansen de robar y tomen la de Villadiego, como lo han hecho los otros. Y ¿saben qué?, éstos grupúsculos son minoría, pero tienen poder, poder, por lo que hacen lo que les da la gana. Poder que les ha dado el propio presidente. Meto la mano por la honestidad de Maduro. Pero por los demás no. Al presidente del país, lo fustigo por sus errores, sus omisiones y por dejarse engañar, como un niño por los camaleones.

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Termino con esta reflexión. Un buque, en medio de una tormenta, requiere de un Capitón con coraje. Con capacidad de hacer los movimientos del timón hacia la ruta correcta, antes de que la embarcación naufrague. Maduro ha tenido guáramo para enfrentar las guaribas. Ha sido exitoso en eso. Nada más. La economía que es lo más importante para una nación y para su crecimiento y, por ende, el bienestar del pueblo, no ha servido para un carajo. El volumen giganteo de dólares percibidos por los altos precios del petróleo, se esfumaron. Apuntalaron las políticas sociales, y eso estuvo bien. Pero se olvidaron de la gallina de los huevos de oro (PDVSA) y hoy día no pone ni huevos negros, negritos. En fin, una revolución tiene que tener un liderazgo que sepa hacia donde llevan al país. Una revolución no se hace sólida tirando palos a lo loco, como en una piñata. Una revolución no es para destruir, es para construir sobre los escombros de lo anterior. Una pregunta final: ¿Quién es el responsable de que Rafael Ramírez haya permanecido por años, manejando la industria petrolera, sin supervisión? ¿Quién es culpable de que la ex Fiscal Luisa Ortega Díaz, haya permanecido, haciendo lo que le daba la gana en su alto cargo? ¿Quién permitió que Rafael Isea, el general García Plaza, y miles de funcionarios saquearan al Estado como ellos lo hicieron? Juzgue usted.

En materia de corrupción, la IV quedó como un niño de pecho. Durante la IV se robó. Eso lo sabe todo el mundo. Pero dejo una obra, como el puente sobre el lago, el teatro Teresa Carreño, el hotel Humboldt, la autopista Caracas-La Guaira, autopistas a granel, por todo el país. emporio industrial como el de Guayana, Lara, Valencia, La Victoria, Guarena, Anzoátegui, etc. En la IV se fundó la OPEP, con Venezuela a la cabeza. Dejó una industria petrolera en pleno auge. Venezuela fue un seguro vendedor del crudo negro a todo aquel que lo necesitara. Dejó un grupo de empresas, denominadas básicas, en Guayana. Producían y generaban divisas. Construyó la represa de Guri, una de las mayores en todo el mundo. Y, como si fuera poco, fundó una ciudad: Puerto Ordaz, a través de una empresa ícono para la región: la Corporación venezolana de Guayana. Hoy un cascarón vacío.

Teófilo Santaella: periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la isla del Burro, en la década de los 60.

AGREGADO:

Yo seguiré en mi trinchera de rebelde y militante de la izquierda. Dios podrá disponer de vida cuando él lo crea conveniente. Espero tranquilo en paz y con mis principios intactos, así como mi mente. Sólo mi cuerpo está severamente afectado. Desde esta trinchera observaré el curso de los acontecimientos. El país no las tiene fácil, pero los milagros existen. Ojalá les llegue la "iluminación" a la dirigencia del proceso y del PSUV, y le tuerzan el rumbo a este barco a la deriva. Están en deuda con el pueblo. Demasiado pueblo. Saludos y abrazos para todos.

 

 

 



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

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