"Cuando al hombre se le pone
como medida de todas las cosas,
se le convierte en esclavo de su propia finitud."
Juan Pablo II
Estoy plenamente convencido: ningún Presidente, ha sido atacado tanto, como lo han hecho contra Nicolás Maduro; ni el propio Comandante Chávez, sufrió los rigores de una embestida tan feroz, a pesar que los enemigos siempre están al asecho, esperando la mejor oportunidad para actuar de manera frontal. Apenas el Presidente Chávez, se percató que la muerte le tenía una emboscada, se dirigió a la nación, para proponerle al electorado venezolano, la candidatura de un hijo del pueblo, probado en las luchas diarias de los barrios caraqueños. Desde ese momento empezaron los ataques despiadados de un grupo de frustrados, entre ellos conocidos opositores, quienes, cargados con toda la mala intención del mundo, elogiaban a Chávez– después de muerto– mientras fustigaban a Maduro; a esa infame provocación se sumó Rafael Ramírez, al ser destituido de PDVSA, por las acusaciones conocidas, pero ha querido desvirtuar la realidad de los hechos, por medio de largos escritos, sin esconder su aspiración presidencial.
Nada de lo que está pasando en nuestro país, le es ajeno a los gobiernos estadounidenses, y la acción emprendida por un grupo de anti patria de la derecha, la vienen apoyando conocidos personajes, que hasta hace poco se encontraban en el equipo de gobierno de Nicolás Maduro, tomando, como excusa, y argumento muy trillado: elogiar a Chávez, con el propósito de utilizarlo, como escudo protector, y así, enfilar las baterías contra Maduro, al final en el giro de 180 grados, terminan coincidiendo con una jauría encabezada por los serviles del imperialismo norteamericano.
Nadie puede negar la insoportable inflación del país, y por consiguiente una grave situación económica, golpeando sin ninguna piedad a propios, y extraños, pero no vengan a culpar a Maduro, de todos estos males del país, porque de ahí en adelante se pierde la credibilidad a la hora de emitir cualquiera opinión, sobre el origen, causas, y soluciones del problema. El aumento inaguantable de cuanto producto se comercializa en el país, tiene su origen, como dicen en el llano: "Ahí mismito" ¡Colombia! Esto me recuerda una anécdota de un tío, quien cargaba las ocurrencias en la punta de la lengua; vivía en el alto Apure: Palmarito. En cierta ocasión fue a visitar a un amigo colombiano, quien se encontraba muy enfermo; lo saludó, y al preguntarle, cómo se encontraba, este le respondió muy triste, con la voz muy apagada: "En el último estado, amigo Virgilio". El tío Virgilio, salió con una de sus ocurrencias, despertando una tímida sonrisa del enfermo: "Tiene razón Amable, porque de aquí en adelante, lo que queda es Colombia; echa un brinco, y ya está en su tierra".
Esos dos mil, 219 kms de frontera entre ambos países, se han convertido en los últimos años, en una verdadera tragedia para el nuestro; problema observado por el Libertador Simón Bolívar, en sus visionarias predicciones. Todo esto lo ha venido aprovechando el imperialismo norteamericano, con la ayuda de los gobiernos colombianos, quienes han permitido una vulgar intromisión en su tierra, con la mirada puesta en las riquezas naturales de Venezuela, especialmente el petróleo.
La mayoría de los problemas económicos del hermano país, guardan alguna relación con el nuestro, precisamente por esa cercanía, y la gran ventaja de la ubicación geográfica. Por algo, los Estados Unidos –no se necesita ser un erudito para entender estos movimientos bélicos– tiene en Colombia, 7 bases militares, y recientemente Juan Manuel Santos, para terminar su mandato –como buen servir del imperio–anunció el ingreso de su país, a la OTAN.
A todas estas, Nicolás Maduro, como fiel alumno del Comandante Chávez, se mantiene firme, resistiendo los embates de un enemigo muy poderoso, y de ñapa, con una cantidad de cómplices, quienes le hacen la segunda– como dicen ahora en el argot popular– con una inflación inducida (recomiendo leer el último artículo de David Vivas en APORREA, sobre el aumento de la gasolina en Colombia) llevando nuestra moneda a un nivel tan bajo, que todo el mundo se asombra, menos los causantes del mal; prácticamente nos quitan el dinero, y nos devuelven nada, cuando la operación se realiza por los canales regulares, porque al pasar a la mafia organizada para llevarse el efectivo, te dan a cuatro veces de lo que entregas.
Esta es la realidad a la cual, se encuentra enfrentado el Presidente Maduro, y por eso, el visionario Comandante Chávez, no dudó un instante en nombrarlo, como su sucesor. Tenemos dos alternativas: seguir resistiendo, buscando la solución a los problemas, o caso contrario le entregamos el país, a los gringos para que se pasen libremente por nuestro territorio, como lo están haciendo en Argentina, y Colombia, para beneplácito de los pitiyanquis.