La vida es extraña, tiene sorpresas, es imprevisible. Cuando pensábamos que el Chavismo estaba enterrado por el silencio de sus mejores hijos, cuando sentíamos que la historia posponía de nuevo el advenimiento del sueño del Libertador, en medio de la oscuridad y la desesperanza aparece Diosdado, y una luz se enciende en el horizonte. Parece que no todo está perdido, hay esperanzas, las masas sienten el fresco de la brisa que viene de la Asamblea.
La historia toca con su magia a algunos hombres, les da oportunidades que a otros niega. La historia es bondadosa con Diosdado, lo ha ubicado en el lugar y el tiempo exactos para trascender. Lo hizo el 4 de febrero, lo repitió en Abril, y ahora en esta hora aciaga le repite la oportunidad en la Asamblea.
Esta es, sin dudas, la hora más importante en la vida política de Diosdado. La situación reclama de él mucho coraje, mucha inteligencia y, sobre todo, pasión revolucionaria, esa que impulsa a las grandes decisiones, a las acciones importantes, las que trascienden, las que hacen la historia.
Hoy es el Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, un poder que está por encima de todos los poderes. Ya la historia le dio la fuerza, ahora la incógnita es qué hará, qué debe hacer con ese extraordinario poder. Podíamos resumir el reto en pocas palabras: "Diosdado tiene el reto de salvar al Chavismo".
La tarea, tan difícil cuanto vital, tiene dos pilares fundamentales en esta primera etapa:
Una, la economía, que tiene como centro recuperar a PDVSA, su producción, su moral; la Asamblea debía investigar, analizar qué pasó con la industria; más allá de los efectismos de la propaganda, de las acusaciones vacías, de los inventos de sabotajes hay una realidad, la producción cayó en estos últimos cinco años en más de un millón de barriles, la desmoralización alcanza niveles de estampida. La Asamblea debe levantarse por sobre la política mezquina de grupitos y aceptar que algo debe haber hecho mal el gobierno en el tratamiento de PDVSA. Los atropellos de la fiscalía, los show televisivos, los alto gerentes como trofeos de caza presentados todas las semanas deben tener algo que ver con esa disminución en la producción, la empresa se desmoralizó. La nueva directiva hizo lo que sabe hace: perseguir, amenazar, ese es otro elemento a considerar por la Asamblea. No hay recuperación económica sin recuperación de PDVSA.
El otro pilar de la tarea de salvar al Chavismo es recuperar la pasión, ésta es más difícil. En los últimos cinco años el gobierno se ha dedicado a desprestigiar al Chavismo, a perseguir a quien disienta. Temprano se acusó de agentes enemigos, de alta sospecha, a quien alertó que con los capitalistas "ni tantico así". A medida que pasaba el tiempo recrudeció la persecución de la crítica. Al final tenemos un Chavismo golpeado, donde son pocos los sobrevivientes de valor. La Asamblea bien podría ser un centro de reconciliación de los chavistas, esa sería una buena señal hacia la recomposición del Chavismo.
La masa necesita señales que reaviven la pasión. La Asamblea, apoyada en el PSUV, en el Polo Patriótico debe enviar esas señales que indiquen que se toma con fuerza el camino de Chávez, que la Asamblea apoya al gobierno de la mejor manera que eso es posible, es decir, siendo verdaderamente un órgano de control.
La Asamblea debe ser un órgano garante del camino al Socialismo, y el Socialismo tiene que sustentarse en la economía de propiedad social, fundamento de la conciencia del deber social, razón última del Socialismo. Sobre esos dos polos se pueden tejer muchas variantes y serán validas, pero sin ellos no hay socialismo posible. No puede la Asamblea legislar contra la propiedad social ni contra la conciencia del deber social.
Diosdado reúne las condiciones para traer de nuevo la pasión chavista perdida, él es veterano del 4 de febrero, estuvo en la primera fila en Abril, luchó en los días difíciles del sabotaje petrolero. Siempre fiel al Comandante. Él es la última esperanza del Chavismo.