Qué nos está pasando, nos deslizamos a la barbarie y nuestros líderes actúan como si fueran marionetas que siguen un guión fatal, nos conducen a la disolución de la Patria.
Ya hemos hablado del rumbo hacia una guerra entre hermanos. Aquí entre nosotros germina el nacionalismo fanático y el odio a los colombianos, y no hay nadie que lo detenga. Ahora sale Diosdado, de quien esperamos seriedad, con una posición horrible, antibolivariana, antichavista. Declara, leamos un párrafo de la noticia de la agencia EFE:
Dijo hoy que “El 90% de los venezolanos que han migrado a Colombia en los últimos años tienen vínculos con Colombia, ellos lo saben, son colombianos que se vinieron a Venezuela o hijos de colombianos que se vinieron a Venezuela y por lo tanto colombianos también.”
Lo pierde el deseo de justificar lo injustificable, de ocultar lo que está a la vista del mundo, de explicar el desastre de un gobierno demostrado inútil: Venezuela vive una crisis de magnitudes terribles, el éxodo es masivo y se desplaza a todos los países del continente y a muchos de Europa; refugiados se encuentran en Colombia y en Brasil, en Argentina, en Perú. Según esta tesis de Diosdado, los que se van al Brasil son brasileros, los otros son peruanos o españoles. La justificación de Diosdado es débil. Pero, además de débil, es antibolivariana. Qué diría Bolívar de estos “bolivarianos” que ayudan a separar lo que aquellos venezolanos y colombianos construyeron con tanta sangre y esfuerzo: la Gran Colombia, la Patria Grande. Qué dirían los neogranadinos que pelearon la guerra de independencia cuando no existía ni un aquí ni un allá, todos éramos una misma nación. Qué diría Chávez si contemplara a sus discípulos embarcados en una agresión a sus hermanos.
Es preocupante el camino que llevan estos dirigentes, están creando las condiciones psíquicas para el fascismo. Ese fanatismo, unido a la miseria espiritual y material que hoy vivimos, a la falta de líderes, al egoísmo sembrado por el gobierno, es camino cierto a los horrores del fascismo. Es preocupante, descorazona que Diosdado, de quien se espera sensatez, se comporte de esta manera; que el jefe de la Constituyente, en lugar de corregir rumbos, buscar soluciones de fondo, se contente con chistes y razonamientos pueriles para defender a un gobierno productor de la crisis.
Esto es un llamado a Diosdado a que rectifique, recuerde el Manifiesto de Cartagena, los neogranadinos que pelearon la Campaña Admirable. Es un llamado a los líderes chavistas a detener el camino a la guerra. Es un llamado a los militares: no se dejen arrastrar a una guerra sin sentido, en contra de la tradición del Ejército Libertador que sólo ha salido de las fronteras de la Patria a llevar libertad, nunca a avasallar a otros pueblos, menos a los hermanos. No permitan el agravio a Bolívar de atacar a su querida Colombia, eviten las locuras de unos pocos.
Que bueno sería si en el Congreso del PSUV, en lugar de darle oído a estas posiciones que preparan enfrentamientos, produjera un saludo al pueblo colombiano, una reafirmación de fraternidad colombo-venezolana, fraternidad Gran Colombiana, un saludo a nuestros hermanos. Tender la mano al gobierno colombiano, proponerles una relación de respeto, bajar el tono de la “desdiplomacia” de micrófono.
