Gracias le doy al presidente Maduro al afirmar en el discurso de apertura del IV congreso del Psuv que aquí no hemos construido ningún socialismo ("…que supere los modelos de falso socialismo que hemos aplicado, a mi no me vengan a decir que eso es socialismo…", aunque se refería en las empresas del estado), un secreto a voces, que si uno se atrevía a cuestionar públicamente lo enjuiciaban con el chavimetro de las focas (los que solo aplauden en público y traicionan a la calladita) y nos metían en el saco de los escuálidos traidores.
En la revolución hemos avanzado en la expansión de los derechos sociales del pueblo y en legislaciones impulsadas por el gigante Chávez que podrían permitir el empoderamiento del pueblo pero que en la práctica, en las chiquiticas, se desvía su aplicación ante la avasallante realidad de la institucionalidad burocrática, los egos por el poder y la corrupción, que se niegan a perder privilegios entregándoselo al soberano. Decía el comandante "si queremos acabar con la pobreza démosle poder al pueblo", "solo el pueblo salva al pueblo" o "comuna o nada", tres frases que resumen los principios de la construcción de nuestro socialismo chavista orientado a la democracia participativa y protagónica en el que todos los poderes estén subordinados al poder popular organizado.
Pero que nadie venga a decir que aquí se ha construido algo parecido a una economía socialista, salvo mencionar una serie de medidas proteccionistas de cuidado del empleo, carnet de la patria, subsidios generalizados, Claps, pensiones y muchas otras que si bien le dan un carácter eminentemente social a nuestra revolución, para nada le entregan el poder al pueblo, al contrario, son utilizadas por burócratas corruptos para reforzar su poder ante un poder popular a su merced, para subordinarlos con prebendas, para crear grupos de poder, para crear redes de corrupción y pare usted de contar.
Para completar, producto de la guerra económica y de las desviaciones de los falsos socialistas, en los últimos años hemos retrocedido a la "edad de piedra", le hemos entregado el poder absoluto a las mafias capitalistas, generalizando la corrupción y la explotación del hombre por el hombre. Sin caer en cuenta, al pueblo se le ha aplicado una receta neoliberal depredadora con la "Vaselina socialista" de la protección social: Liberación de precios total y absoluta; liberación del tipo de cambio (o el precio del $ por el que se rige nuestra economía no lo impone "el mercado" de las mafias); flexibilización del empleo (no se vota a nadie pero se estimula a que se vallan al mercado mafioso o al exterior); congelación de salarios y pensiones disfrazados con la catastrófica reducción del poder adquisitivo; solo nos falta reducción del estado y privatización de sus empresas pero con lo mal que vamos parece una posibilidad muy cercana y hasta deseable por muchos confundidos.
Llamamos socialista a Agropatria y Pequiven mientras sus productos terminan en mano de los grandes terratenientes quienes venden sus productos a precio del $ criminal, sería más socialista si se dejan a precio de mercado y se orientan los créditos a los bancos comunales para fortalecer la producción social. No nos atrevemos de subir los precios "socialistas" de la gasolina y de los repuestos e insumos de misión transporte y PDVSA "regulados" que van a parar a las grandes mafias contrabandistas y para nada abaratan el servicio fijado también al $ "liberado", más socialista sería entregar créditos y subsidios al poder popular organizado para que administre su propia flota de transporte popular, escolar y de distribución de alimentos, mejorar los sistemas de transporte estatal y exigir a las empresas prestar servicio de transporte a sus trabajadores. Nuestras empresas "socialistas" son el peor ejemplo de lo que no debe ser el socialismo con nóminas infladas haciendo nada o casi nada, esperando un milagro para su reactivación, sería más socialista reimpulsarlas con lo necesario y entregarle la administración a una comisión tripartita formada por el gobierno, los consejos de trabajadores y el poder popular organizado, es decir, dirigida por los dolientes.
Que el pueblo aprenda a construir el poder popular y el socialismo haciendo, no recibiendo dádivas. Por favor dejemos de llamar socialista a cada subsidio irracional que más que beneficiar al pueblo son utilizados por las mafias corruptas para enriquecerse, para deteriorar al extremo del desahucio los servicios o para aparentar una buena acción del gobierno que termina aprovechada al máximo por el capitalismo más despiadado, si va a haber algún subsidio que valla directo al pueblo y sus organizaciones sociales. Como dijo el presidente Maduro en el IV congreso "los modelos productivos han fracasado y la responsabilidad es mía y tuya…"
Si pretendemos ser un gobierno socialista hablemos claro, digamos que, por ahora, vamos a pactar con la derecha para "recuperar" la economía, que las medidas económicas estarán en sintonía con el gran capital para estimular la inversión, que seguiremos intentando la protección social y que le dejamos el socialismo a la organización popular, que haremos respetar las leyes del poder popular y el entramado legal que impulsa su consolidación. Que dejaremos de perseguir a los que se atreven a construir poder popular de verdad, aun con sus errores, como se ha hecho con Angel Prado en la comuna El Maizal, que permitiremos que el poder popular se desarrolle y cree las condiciones subjetivas para la construcción del socialismo y que le pase por encima al estado burocrático burgués que no hemos podido desmontar en 20 años de revolución a pesar del sacrificio del comandante Chávez.
Presidente aplaudimos la unidad monolítica que lo reafirmó como máximo líder de esta revolución. Confiamos en que lo utilizará para facilitar la irrupción del chavismo de a pie, el que no está buscando cargos sino la consolidación del legado del presidente Chávez.