"Nosotros no le decimos al pueblo:
¡cree! Le decimos: ¡lee!"
Fidel Castro
Estoy seguro, que el maestro Luis Britto García, no necesita, ninguna clase elogio, ni de halago; con solamente saber, que sus lecciones, están ayudando a un número importante de compatriotas a entender, el difícil camino del proceso iniciado por el Comandante Chávez, es un estímulo, más que suficiente para seguir impartiendo sus enseñanzas, y adelantando su valiosa herencia a todos aquellos ansiosos de conocimientos; el regalo más hermoso, que cualquier ser humano puede recibir.
No me canso de repetir el pensamiento del ilustre caroreño Pastor Oropeza: "Llegar a viejo, sin el hábito de la lectura, y la música, debe ser muy aburrido". En una oportunidad tuve la dicha de visitarlo, con su hijo Héctor Mujica, haciendo un alto en la campaña electoral de 1973, cuando cumplía con una tarea del Partido Comunista. Le hice un comentario con cierta timidez sobre su reflexión, el cual había leído en una entrevista que le hicieron en un diario de Barquisimeto, y su respuesta en medio de una sonrisa, levantando el rostro con mucha firmeza–muestra de satisfacción– me terminó de convencer del gran valor de su enseñanza: ¡No la olvide, para que disfrute la vida, hasta el último latido de su corazón!
Después en cada presentación, que hacía del Profesor Héctor Mujica, me parecía escuchar al pediatra Pastor Oropeza. No tuve otra oportunidad de verlo, pero nunca puedo olvidarlo, así, como mantengo en la memoria, gratos recuerdos de los innumerables encuentros con su ilustre hijo, de quien fui su presentador en muchos actos de calle, y en algunas conferencias, donde dejaba sembrada una verdadera enciclopedia de conocimientos.
Por eso, todas las oportunidades que nos brinda, el no menos insigne Luis Britto García; hombre, dedicado a las letras, y a la enseñanza de sus semejantes, trato de aprovecharlas al máximo. El último artículo, que nos ha presentado–Bolívar ante la emergencia– es una verdadera guía, y sirve para hacer una mirada al pasado, de los grandes avatares enfrentados por el Libertador Simón Bolívar, para contener los ataques virulentos de los enemigos de la patria, desde el mismo momento de emprender la lucha para librarnos del yugo español. Cualquier semejanza con el pasado y presente, no es simple casualidad. Son los intereses económicos, que hacen coincidir a los oligarcas en cualquier época, y en estos momentos parecen fieras salvajes hambrientas en busca de la presa para devorársela.
La brillante actividad literaria del profesor Britto García, asombra; por algo, un periodista, en una entrevista, le hizo una pregunta sobre su incansable labor en las letras, porque no se detiene un instante en su producción; le respondió de manera muy concisa: ¡pensando, y trabajando! Es tan polifacética su labor, que en un diálogo con Roberto Malaver, al hacer su presentación nos deja este currículo: (Abogado. Humorista. Escritor. Buzo. Conferencista. Guionista de cine y televisión. Caricaturista. Profesor universitario. Tutor de tesis de grado, como la mía. Ha escrito más de 80 obras. Rajatabla y Abrapalabra destacan con sendos premios Casa de las Américas.)
Entre las preguntas de esta interesante entrevista con Roberto – la cual nos da una idea de su brillante y diversa creación –encontramos la siguiente: ¿Después de escribir libros de humor y haber ganado premios de humorismo, abandonó el humor?: "No. Dedicarse a crear 86 títulos de literatura, dramaturgia, cine o interpretación de la realidad venezolana a cambio de nada en lugar de hacer billete o trepar en las escalas burocráticas me parece la más perfecta práctica humorística. Cuando Aquiles Nazoa estuvo obligado a hacer una declaración de bienes, reconoció que su patrimonio consistía en una moneda de chocolate y el anillo de compromiso de Ratón Pérez con la Cucarachita Martínez. No merecemos ni pretendemos más"
Esta respuesta sirve para estimular la honradez entre sus lectores; es una verdadera lección al desprendimiento, cualidad tan perdida entre los mortales, que en días pasados, escuché a un profesor, casi gritando: ¡Maduro, me convence, es con billetes! No dudo, que hacen falta, pero hace más falta la sinceridad, y honradez en los seres humanos para poder construir un mundo mejor.