"La corrupción espiritual es peor que la caída de un pecador, porque se trata de una ceguera cómoda y autosuficiente donde todo termina pareciendo lícito: el engaño, la calumnia, el egoísmo y tantas formas sutiles de autorreferencialidad"
PADRE FRANCISCO
I. Sobre "Corrupción Espiritual"
Leer capitulo quito de:
EXHORTACIÓN APOSTÓLICA GAUDETE ET EXSULTATE
DEL SANTO PADRE FRANCISCO
SOBRE EL LLAMADO A LA SANTIDAD EN EL MUNDO ACTUAL
II. Crisis
La sociedad venezolana atraviesa no solo la crisis económica más grave de su historia, sino una crisis general de valores a la que pertenece, en lugar preeminente, la crisis no menos profunda de la propia esperanza. De ahí que el estado de conciencia hoy predominante sea la inquietud, el miedo y la incertidumbre ante el futuro inmediato y mediato.
El hombre es intrínsecamente esperanza, porque no es nunca una criatura acabada y bastándose a sí misma, porque es un ser deficitario, también porque la conflictividad raramente interrumpida de la existencia humana le obliga, lo quiera o no, a concebir situaciones personales o colectivas de signo gratificante. Eso explica a su vez el papel decisivo que la proyección utópica ha jugado en la historia humana tanto en su versión secular como religiosa. La esperanza no es una parte más del hombre, sino que constituye el punto de apoyo arquimediano de su raíz óntica. De ahí que sea también el principio motor de su praxis, incluido el impulso volitivo que hay detrás de ella. Como todas las manifestaciones de la vida humana, la esperanza está sometida a un proceso de mutación más o menos constante e intensa. Esta historicidad o temporalidad explica que en cada ciclo histórico o modelo de civilización se manifieste de manera distinta. Existe, no solo la dialéctica de la historia descubierta por la ilustración en general y por Hegel y su discípulo Marx particularmente, sino también una dialéctica de la esperanza. Sin ella, la dialéctica de la historia resultaría incomprensible.
Lo que por inercia o automatismo mental llamamos evolución o progreso es la expresión objetiva de algo tan subjetivo o personal como la esperanza. Y, a la inversa, todas las fases estáticas o regresivas del acontecer histórico son la consecuencia de la desesperanza. La situación actual de crisis puede y debe fortalecer nuestra esperanza. Sólo la honradez con la realidad nos permitirá situarnos de forma honesta ante la seriedad de la situación de crisis que estamos padeciendo. Se trata en efecto de situarnos ante ella sin estrategia alguna de "disimulo de la realidad".
La crisis no tiene necesariamente que desembocar en catástrofe. Al contrario, puede y debe actuar como revulsivo y conducir a una elevación de la conciencia social y política. La insistencia en destacar la existencia de la crisis no tiene la finalidad de generar pesimismo o desesperanza
III. Política, noética, ética y estética
La política es la esfera de la existencia autentica, el lugar exclusivo y privilegiado donde al hombre (hembra, varón) le es dado realizarse en cuanto tal. Siento que la política actual "implementada" por el gobierno se hace más de cara al mantenimiento del poder por el poder que en orden al bien general de los ciudadanos. Una política sin tensión ideológica, de palabras menudas y pequeñas es una política sin pasión. Una política de entronización del pragmatismo no tiene nervio moral.
Los humanos estamos estructurados alrededor de tres núcleos fundamentales que interaccionan entre sí: lo que pensamos, lo que hacemos y lo que sentimos. Lo que pensamos tiene ver con la dimensión noética (conocimiento racional del mundo de las ideas en general). Lo que hacemos está ligado a la ética (capacidad de enjuiciar el obrar). Y lo que sentimos se vincula a la facultad estética (relativo a la sensación).
En el primer núcleo, toda idea pensada se articula y se expresa mediante un lenguaje. La palabra, en efecto, es un elemento constitutivo de la dimensión noética, sin la cual no podríamos nombrar lo real ni ubicarnos en ello. Es más, sin lenguaje la realidad en cierto modo se disuelve: Así que un primer nivel de coherencia, se establece ya aquí. El uso de palabras huecas, el lenguaje vacío de contenido, expresa una incoherencia entre la palabra emitida y la idea construida, entre la retórica y la dialéctica.
El segundo núcleo, la ética, tiene que ver con la capacidad de afirmar que algo es bueno o malo, justo o injusto, situándonos ante lo real que nos interpela, que nos pide una respuesta. Está vinculado directamente con el obrar, que también puede ser coherente o incoherente.
El tercer núcleo, el de lo emocional, tiene que ver con la capacidad para sentir lo real y dejarnos afectar por ello, alejándonos así de la indolencia y la indiferencia. Acontece en ese rincón del alma que resulta inverificable desde el exterior. Pero de su invisibilidad no se concluye ni su ausencia ni su presencia, sino que se da en un ámbito al que solo, y a solas, accede cada ser humano por sí mismo.
No cabe duda de que el saber y el sentir configuran buena parte de nuestro obrar. Es más, si alguien tiene atrofiado uno de ellos, o ambos a la vez, no se le puede pedir responsabilidad moral. Un discapacitado psíquico que tiene una grave desconexión con lo real porque no sabe o no se da cuenta, no es imputable ética y jurídicamente por su obra. No es responsable de lo que hace. De igual manera, cuando se elimina o está alterada la dimensión estética de un ser humano, esa capacidad para emocionarse, para quedar tocado por lo real, para experimentar la solidaridad o la compasión, suele emerger una individualidad mutilada emocionalmente, alguien a quien la crueldad y el sufrimiento ajenos pueden no afectarle en absoluto. Cuando van ligados lo noético y lo ético, hablamos de coherencia. Sí el peligro para la democracia es la hipocresía, la virtud de la democracia es la coherencia. La democracia no está por inventarse. Se trata sólo de acercarse a ella en los hechos.
III. Sobre la imposibilidad teórica y práctica de un "nuevo comienzo"
¿Un nuevo comienzo? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Con quién? Le recuerdo al presidente Maduro que sólo si se rompe el "cascaron de las costumbres" puede producirse lo nuevo.¿Qué es lo que de verdad y en el fondo de su corazón quiere y desea Nicolás Maduro para Venezuela? En el hombre o mujer (más aún si se proclama socialista revolucionario) todo tiene que ser coherente. No puede faltar la coherencia entre el decir y el hacer, entre el hacer y el ser, y entre el ser y el decir. Esto se aplica a la política y a los liderazgos. No se admite en estas experiencias la doble vía o la hipocresía. Se debe dar una total integración y una manifiesta autenticidad entre el hacer y el decir.
.Cualquier hombre (o mujer) de buena voluntad, frente al dolor y a la necesidad, inmediatamente se pone manos a la obra, demuestra generosidad. Presidente Maduro, la esperanza es la virtud del optimismo, pero no del optimismo ingenuo, que ve todo color de rosas, sino del optimismo militante, que es consciente de las dificultades del camino, pero cree que pueden vencerse.
IV: Preguntas
¿Es el PSUV una organización que Aprende?
¿Es el PSUV una organización Ética?
¿Es el PSUV una organización Democrática?
¿Es el PSUV una organización Socialista?
¿Es el PSUV una organización de Izquierda?
¿Es el PSUV una organización con una (o varias) misiones y visiones?
¿Es el PSUV una organización con un ideario? ¿Cuál?
¿Es posible otro PSUV?
¿Seguirá el PSUV con la desmoralización de la política?
¿Tiene el PSUV una Política Económica (planes, proyectos y programas)?
¿Tiene el PSUV una Política Social (planes, proyectos y programas)?
¿Tiene el PSUV una Política Cultural (planes, proyectos y programas)?
¿Tiene el PSUV una Política Educativa (planes, proyectos y programas)?
¿Tiene el PSUV una Política Sanitaria (planes, proyectos y programas)?
¿Tiene el PSUV una Política Agro-Industrial (planes, proyectos y programas)?
¿Tiene el PSUV una Política Acuífera (planes, proyectos y programas)?
¿Tiene el PSUV una Política Ambiental (planes, proyectos y programas)?
¿Seguirá el PSUV promocionando y apoyando las "políticas" de limosnas (bonos sin son ni ton)?
Otras...