Mi Palabra

El "Gabo" y "Cheo" Feliciano

"Los que mueren por la vida,

no pueden llamarse muertos,

y a partir de este

momento es prohibido llorarlos"

Ali Primera

 

En plena semana santa, se marcharon a la eternidad; al selecto salón de la inmortalidad, dos personajes nacidos para sobresalir en dos actividades distintas, pero coincidentes porque ayudan a ver el mundo totalmente diferente al entretener y hacer felices a millares de seres humanos: Gabriel García Márquez el popular "Gabo", el mágico maestro de las letras; y José "Cheo" Feliciano, músico y cantante, quien con su recia voz se destacó en el género musical de la salsa.

Estos ilustres caballeros, por una extraña coincidencia se marcharón el mismo día: 17 de abril, jueves santo del 2014; recordándome una expresión de un salsero puertorriqueño en pleno concierto: "La música y la literatura siempre andan de la mano" nadie puede negar está afirmación. Todo el encanto de la literatura, con los impresionantes personajes creados por el hijo de Aracataca, tienen alguna semejanza con las expresiones musicales magistralmente interpretadas por el sonero de Puerto Rico: "Cheo" Feliciano. Estos fieles exponentes, transitaron un camino muy largo, lleno de inmensas dificultades; se consagraron con esfuerzo, sacrificio, y una cualidad reservada a un distinguido grupo de personas: la creatividad.

Para las nuevas generaciones, puede que no signifique nada la muerte de estos cultivadores de la música y la literatura; sencillamente estamos viviendo una etapa muy distinta a la emprendida por ellos; el consumismo no devora, sin dejar espacio para disfrutar las hermosas producciones de estos ilustres personajes; no es fácil conseguir jóvenes preocupados por leer a García Márquez o escuchar la voz inconfundible del sonero puertorriqueño "Cheo" Feliciano, quien cantaba para los eternos enamorados de sus raíces: los nacidos en los arrabales, con la sangre caribeña propia de nuestros antepasados; su interpretación (sobre una tumba humilde) lo dice todo, para solamente nombrar una, entre la cantidad de melodías grabadas con sabor a pueblo, mojadas por el sudor de los embriagados bailadores de la salsa, ansiosos de libertad.

El próximo 17, cuando dos pueblos hermanos conmemoren la desaparición física de sus hijos; consagrados exponentes de la música y la literatura, es propicia la ocasión para recordarles a todos los lectores, que nadie en este mundo es apolítico y los que aparentan serlo, se convierten en los seres más peligrosos, porque saben disimular las lágrimas; se le arriman al mejor postor, y en el momento menos pensado se convierten en unos verdaderos "Judas". Nadie puede negar la manera de pensar del "Gabo", siempre fue un hombre de avanzada; estuvo al lado de los pueblos, que valientemente buscan la verdadera emancipación; no fue un secreto la sólida amistad con el comandante Fidel Castro, quien en una oportunidad le hizo una corrección a un manuscrito, que luego se convirtió en una de las grandes obras, como bien se lo hizo saber al periodista colombiano Plinio Apuleyo Mendoza, en la entrevista titulada (El olor de la Guayaba).

La manera de pensar de García Márquez, le ocasionó fuertes enfrentamientos con otros destacados escritores latinoamericanos, siendo el más tenaz y venenoso: el peruano Mario Vargas Llosa, convirtiéndose con el paso de los años, en un desenfrenado ideólogo, para lo más reaccionario de la derecha en el continente americano; lo ha demostrado atacando el proceso venezolano, iniciado por el desaparecido Comandante Hugo Chávez; pero esa es la lucha: la confrontación de las ideas, donde debe prevalecer la verdad, la conciencia y el ejemplo de los líderes de avanzada. La historia le pertenece a los que ayudan a construir un mundo nuevo y ahí estarán siempre presentes los pobres de la tierra, como bien lo expresaba en sus canciones "Cheo" Feliciano. La canción (Juan Albañil) del maestro Tite Curet Alonzo, es una verdadera explicación hecha canción sobre la explotación del hombre por el hombre; trabaja, pero al final solamente le quedan las manos callosas, sin poder disfrutar lo que ayuda a construir.

Por eso, el mayor homenaje que le podemos hacer los caribeños curtidos por el sol que alumbra hacia una nueva sociedad, es leer al "gabo", el inmortal Gabriel García Márquez, el amigo de los pobres de la tierra; pero además escuchar el hermoso repertorio de un hombre humilde, como fue José Luis Feliciano Vega, conocido como "Cheo" Feliciano, uno de los grandes intérpretes de las creaciones del Maestro Curet Alonzo. Feliciano, siempre utilizaba una palabra muy boga en el llano venezolano ¡Familia! Confieso: terminé este recordatorio, desobedeciendo al cantor del pueblo Alí Primera; porque sencillamente no pude contener las lágrimas, por dos maestros que me enseñaron apreciar la literatura y el son de la música, con el sentimiento que eleva al hombre: el amor.



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Narciso Torrealba


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