Amaranta, con Marco Luna, y Diosdado Atento

Mi palabra

"Una de las principales enfermedades del hombre

es su inquieta curiosidad por conocer

lo que no puede llegar a saber."

Blaise Pascal

Apenas vi el título del antepenúltimo artículo de Amaranta Rojas (RAFAEL RAMIREZ FUE LLAMADO INESPERADAMENTE POR CHÁVEZ Y YO OÍ LA CONVERSA) me llamó poderosamente la atención; precisamente por esa manera de envolver a dos personajes de la vida nacional, en una conversación ficticia, y ella como testigo; algo que solamente se puede hacer a través de la imaginación con el juego de palabras. Al leer el escrito me encuentro con una soberana incongruencia para complacer vanidades, y darle la razón a un articulista de esta página APORREA –Marco Luna– quien ha mantenido una prédica constante en exaltar las cualidades profesionales de Rafael Ramírez–las cuales no dudo–pero a dónde quedó la honestidad, y la sinceridad de este señor. Por eso el pensamiento del Libertador Simón Bolívar: "EL TALENTO SIN PROBIDAD ES UN AZOTE" sirve de latigazo en cualquier momento de nuestra historia patria.

Lo de Amaranta Rojas, es una abierta defensa entre murmullos, y espejismos de la posición asumida por Rafael Ramírez, y algunos escribanos en contra del proceso bolivariano; en momentos, cuando la derecha apátrida, y el imperialismo se juega todas sus cartas para meter sus manos ensangrentadas en el noble pueblo venezolano, y de esta manera arrebatarle la libertad, y la dignidad. El ejemplo de los grandes pensadores venezolanos, como es el Libertador, sigue vivo, y no solamente eso, también su capacidad para el combate, tan es así, que el antropólogo, y fundador de la escuela de comunicación de la UCV, Miguel Acosta Saignes, en su libro (Bolívar: acción y utopía del hombre de las dificultades (1977) lo llamó el culo de hierro, porque no se bajaba de un caballo.

Por eso, nadie nos puede arrebatar el modelo de lucha dejado en todos los caminos de Venezuela por el Comandante Chávez, quien estuvo presto para el combate, y las ideas. Así, como su decisión de señalar a Nicolás Maduro, en momentos, cuando la muerte lo asechaba, y en el horizonte se avizoraban grandes tempestades, y se necesitaba un combatiente probado para asumir las riendas del país. Eso, lo sabía Chávez, porque así, como anduvo al lado de Ramírez, también tuvo la compañía de Maduro, en explosivos instantes al desempeñar el papel de canciller de la República.

Todo el que quiere resaltar su opinión, en algunos casos se vale de artimañas, y el sensacionalismo es una de ellas; algo que en el periodismo, han llamado amarillismo; recurso puesto en práctica en los Estados unidos, por dueños de periódicos para levantar sus ventas, cayendo en el charco de las mentiras. La ambigüedad en las opiniones, como lo práctica constantemente Amaranta, la hace coincidir en algunas casos, con un acérrimo contrario al pensamiento de Chávez: Javier Antonio Vivas Santana, practicante del amarillismo con sus títulos sensacionalistas; desvirtuando las ideas, y el pensamiento del Comandante, el cual siguen fresquecitas, como el agua de los manantiales, y claritas, como las lunas del mes de enero.

Nadie le está quitando, y menos arrebatando la libertad de elegir al pueblo venezolano ¿Cuántas elecciones se han realizado, desde el inicio del proceso bolivariano? En algunas ha participado la oposición, pero al ver que los resultados no les favorecían, se lanzaron por la calle del medio, con las guarimbas; tan violentas que han recurrido al terrorismo, para finalmente darle la tarea al gobierno estadounidense, y eso justamente es lo que está hirviendo en el ambiente político: las ataques despiadados de personeros, quienes actúan, como aves de rapiñas, y para eso fabricaron el último modelo de monigote: Guai-nadie.

Los ataques al proceso, van centrados a lo que consideran las partes vitales del mismo, y ahí está la explicación de enfilar las baterías contra el programa de Diosdado Cabello (CON EL MAZO DANDO) tan certero y preciso, que parte de el mismo lo alimenta con las grandes enseñanzas dejadas por el antiimperialista Hugo Chávez. La razón es muy sencilla: ¡Nadie gasta pólvora en zamuros! Es uno de los espacios más visto de la televisión venezolana, por el dinamismo, objetividad, y el toque de humorismo ligado a la alegría, que estoy seguro hace reír a un número importantes de opositores, que dejan cualquier cosa por hacer, menos de ver el espacio televisivo entre amarguras, y frustraciones. Todo lo demás es parte de la lucha, y cada quien es libre de pensar, y los que quieren estar en el medio de la balanza, se convierten en los más peligrosos de esta guerra mediática; recordándome al brillante hombre de izquierda, "kotepa" Delgado, cuando repetía en sus escritos: ¡Escribe que algo queda! Por esa razón, trato de aclarar lo que ha dejado Amaranta, con su escrito.

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Narciso Torrealba


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