A los intentos de Socialismo, por lo menos en el continente, los ha sucedido un gobierno dictatorial, un golpe a la institucionalidad: pinochet, maduro, guardando, por supuesto, las diferencias del caso. Esto no es casualidad, es un requerimiento de la restauración material y espiritual del capitalismo, de su economía, de su forma de gobierno. El gobierno dictatorial es la primera etapa de la restauración.
El gobierno dictatorial tiene, en esta primera etapa, la función de atropellar a la institucionalidad, a las leyes, abriendo camino, vía libre, a la restauración.
La dictadura tiene otra importantísima ventaja para la restauración: ella se presenta como el objetivo político principal, y de esta manera se olvida la meta del Socialismo; ahora el fin es, a cualquier precio, salir de la dictadura, "después se verá". Así surgen las concertaciones, las unidades castradas y castrantes, el reino de los moderados, de la socialdemocracia, es camino expedito hacia la restauración. Esta unidad castrante es la segunda etapa de la restauración.
La historia es muy rica en ejemplos: después de derrocado pérez jiménez por una unidad nacional, los revolucionarios fueron marginados, expulsados de esa unidad, y sufrimos más de medio siglo de oscuridad de la cuarta república. La unidad decapitó la oportunidad de ir a estadios superiores de organización social. En el mismo periodo cae la dictadura de bastista en Cuba, y allí la restauración fracasa porque no fue precedida de una unidad política, sino de una movilización revolucionaria de la sociedad.
En Venezuela vivimos una etapa similar. Asesinado el Comandante, comienza el periodo de restauración del capitalismo, podemos decir que este el primer gobierno de la sexta república. Ahora sufrimos la primera etapa: falsificación del Plan de la Patria, y luego su olvido; la constituyente como forma de birlar la Constitución de Chávez y desmontar los poderes públicos. La persecución masiva de los dirigentes chavistas, el regreso de la economía capitalista, de las trasnacionales, violación continua de la ley. Y lo que es más importante, la restauración de la psicología capitalista, el egoísmo, el sálvese el que pueda, el "cada uno para cada uno". El gobierno de maduro se hace cada vez más un gobierno dictatorial, y el Socialismo es desmontado con rapidez.
Ahora estamos en el periodo de sustitución de maduro, la batalla es por el futuro, el problema no es salir de maduro sino lo que vendrá después, en otras palabras, cómo completar la restauración, cómo finalizar el entierro del socialismo. Y la solución surge rápidamente, aplicar la parte final de la ecuación restauradora: "la unidad contra maduro, después se verá".
De todo esto se desprende que la principal tarea de los revolucionarios, de los chavistas-chavistas hoy es reconstruir el ideario revolucionario, limpiar el nombre del Socialismo y el del Comandante, tantas veces deformado, recuperar el perfil, la personalidad; reorganizar al Chavismo, agruparlo, transformarlo en una opción de poder que sea capaz de dirigir a la masa, de ser el eje de una alianza política amplia.
En este camino hay muchas tentaciones y mucha confusión. Se tiende a confundir al enemigo principal, que es el capitalismo, con la forma que este adquiere, en este caso maduro. La batalla a la que hoy asistimos es la lucha intercapitalista, por pasar de la forma dictadura de dominación capitalista, maduro, a la forma democracia burguesa de dominación capitalista; ésta más conveniente para la normalidad, aquella propicia para la terapia de choque.
Es una situación que precisa de un estudio a la luz de la historia, de la teoría, de las circunstancias. Siempre entendiendo que la derrota, siempre viene precedida de una derrota ideológica. Lo que está en juego ahora es la ideología, reivindicar al Socialismo, que es reivindicar a Chávez sin falsificaciones.