Un pececito y los militantes del PSUV

A veces, cuando estoy en funciones de pastoreos, observo a los garrapateros hacer el trabajo de limpieza a mis vaquitas. Garrapata que ven, garrapata que se tragan.

Hasta los animales entienden las cosas más elementales en eso del aseo y la higiene. Los psuvistas no. Imposible que lo entiendan. No calculan los riegos que suelen venir con la mugre y los parásitos. Dejan de percibirla y luego ella se le hace como habitual y empiezan a entender que los parásitos y la mugre deben conservarse y la conservan con asensos. La mugre y los parásitos vienen efectivamente comiéndose al PSUV o ya se lo comieron.

Era habitual, muy habitual por ejemplo, observar a Jonathan Marín y Aristóbulo muy junticos en Anzoátegui. Eran uña y mugre. Se veían como siameses o como unos gemelos muy distintos en apariencia, pero gemelos al fin. Toda o gran parte de la militancia del PSUV en Anzoátegui, conocía de la mugre y los parásitos que se frotaban entre uno y otro, pero como por inercia, cayó Jonathan Marín. O sea, cayó el más pendejo y no era tan pendejo. Esta manera de caer de Jonathan es una manera de retener a Darwin y su idea tesis, del bicho más fuerte

En los animales que son animales, saben que la mugre y los parásitos son un riesgo y tienen el coraje y valentía para afrontar ese riesgo a través de un mecanismo natural que se les impone y ellos aceptan, aun con toda la fuerza y poder que puedan tener. No hay animal por más depredador o más poderosos que sea, que no sea capaz de entender instintivamente, que su vida depende tanto de su poder como de su disposición para dejarse limpiar.

El tiburón en un animal imponente y poderoso. Sus mandíbulas, que parecen gigantescos hierros cortantes, tiene un diminuto e inofensivo pecesito que le hace la limpieza hasta de sus afilados y peligrosos dientes. Ese animalito, limpia al tiburón de todo su porquería y libra a este poderoso animal de los parásitos que lleva hasta en sus muelas. Así con toda esa impetuosidad y poder; el tiburón siente la necesidad de la limpieza diaria y se deja que un casi diminuto pez, conocido como pez piloto, le registre hasta sus afilados hierros cortantes en búsqueda de parásitos y todo tipo de sucio. Este tiburón que Hollywood nos lo ha metido como una especie de monstruo, lleva siempre con él a este piloto para que permanentemente y a través de un control previo y posterior, haga su trabajo de mantenerlo libre de parásitos y en buena salud. El tiburón, tal vez por instinto sabe que sus muelas son su principal herramienta y hasta ahí penetra el piloto para realizar su respectiva función de sanear preventivamente, antes que las caries acaben con los potentes herramientas del poderoso tiburón.

Ya perece tarde, para que los militantes del PSUV emulen a este piloto y hagan la limpieza en el PSUV. Ya parece tarde, pero todavía hay tiempo, porque una revolución se bate entre contradicciones y también es una lucha de contrarios.



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Amaranta Rojas


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