"Mala cosa es tener cogido un lobo de las orejas,

pues no sabes cómo soltarlo

ni cómo continuar aguantándolo".

Publio Terencio Afro

Rafael Ramírez, se ha mantenido repitiendo la misma canción, desde hace bastante tiempo, y como no se pone de moda, impactando en el acontecer diario, recurrió a una de calle 13 (todo se mueve, el mundo se mueve…) menos mal, que no es supersticioso; pero paradójicamente se mantiene estático en su lugar de escondite, maquinando las justificaciones de su vertiginoso retroceso, olvidando un viejo y popular refrán ¡Chivo que se devuelve se desnuca! y esto en política es mortal.

Leer las largas peroratas, de un ex funcionario, quien estuvo por más de catorce años ejerciendo cargos vitales en la administración del país, es exactamente, como la palabra perorata lo define: sumamente pesado, pero no hay otra, si en verdad, nos queremos informar de lo que piensa y dice, el más representativo de los traidores, sin dar una muestra de valentía, porque apenas sintió los pasos del imperialismo, tratando de pisotear el suelo venezolano se escondió, para desde su trinchera enfilar las baterías contra el Presidente Maduro, aduciendo persecución, sin dar ninguna explicación sobre las acusaciones de corrupción, que no lo dejan vivir en paz, y lógicamente para los gobiernos de los Estados Unidos, todos estos personajes –como dicen– les vienen de perla.

Toda escaramuza, o movimiento de envergadura, como los que se han desatado últimamente en el Ecuador, y ahora en Chile, trata por todos los medios de amoldarlos a su manera de justificar su retroceso, y de esa manera busca librarse de cualquier acusación de corrupción. Sigue "ciego" y obstinado disparándole a Nicolás Maduro, y en nada toca al gran culpable de casi todos los males de nuestro país: el imperialismo; el cual no necesita una invasión para frenar cualquier intento de avanzar en nuestra economía; con las medidas coercitivas tomadas últimamente le basta, y le sobra para aumentar todos los problemas derivados precisamente de la dependencia.

No es una simple casualidad, que el gobierno estadounidense haya montado el teatro de operaciones contra nuestro país, en la vecina hermana Colombia, sabiendo de la hostilidad de cuanto gobierno se ha instalado en el palacio de Nariño. La invasión económica la tienen en proceso, desde hace rato, con entrada y salida, precisamente en la frontera ¿Cómo se explica, que en varios pueblos del llano venezolano de la frontera colombo-venezolana, tienen varios meses, que no ven un billete venezolano? Me lo decía un familiar, que, de chavista, o madurista, como repite a cada instante Ramírez, no tiene absolutamente nada: ¡Aquí en Palmarito, para comprar una ñema, necesita pesos! De esto no dice nada Ramírez ¿Cuál es la explicación?

La realidad está a la vista de todo el mundo, solamente hay un camino, y las ruedas de la historia se mueven hacia adelante contra todos los vericuetos, y obstáculos que nos podemos imaginar. El politólogo, lingüista, y activista estadounidense, quien se ha venido destacando por sus constantes críticas del capitalismo, y de la política exterior de los Estados Unidos, se refirió de esta manera sobre el caso chileno: "No me sorprende para nada lo que ocurre en el país latinoamericano, ya que los hechos eran perfectamente previsibles tras el asalto neoliberal a la población en los últimos 40 años, verificados constantemente en todo el mundo".

Más adelante en la interesante declaración de este intelectual, podemos leer lo siguiente: "Uno de los principales riesgos en la actualidad es que esa ira, esa rabia, está creando oportunidades para los demagogos de ultraderecha como Trump, Bolsonaro, Orban, Salvini y otros que buscan desviar la ira justificada hacia chivos expiatorios, como inmigrantes, negros, musulmanes. Una táctica milenaria, con graves consecuencias" Cuidado, si el "inocente" y misterioso de Rafael Ramírez, ingresa a esa lista por estar haciendo comparaciones al involucrar al gobierno de Nicolás Maduro, sin buscar las verdaderas causas de la revuelta. Calló en el momento de las guarimbas, y los sucesivos intentos de golpe montadas por la derecha en un sitio exclusivo de la gran Caracas. Es cierto, todo se mueve, menos Rafael Ramírez; se ha convertido en un secreto bien guardado algo propio de los verdaderos oportunistas.