La decadencia del capitalismo neoliberal y sus ímpetus re-colonizadores no comenzó ahora.
Sus expresiones de fracaso y los esfuerzos para iniciar un periodo bautizado como "post neoliberal" se manifestaron desde principio del siglo XXI, incluso con expresiones de gobiernos que han intentado abandonar el curso neoliberal sin superar el capitalismo.
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PRIMERA FASE.
La ola de cambio que inicia el proceso bolivariano de Venezuela desató una dinámica en la que reformas y contra-reformas, reformismo y contra-revolución, soberanía y dependencia, intentos de revoluciones e intensas reacciones contra-revolucionaria, cambiaron el cuadro geo-político de Nuestra América.
En una primera fase la recolonización neoliberal, como respuesta "modelo" a la crisis estructural del capitalismo de final del Siglo XX y a todas las variantes en crisis del capitalismo keynesiano, sufrió una cadena de reveses en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay, Honduras, El Salvador…
A Chávez le tocó el merito de insistir, esbozar y emprender algo distinto a la reedición de una especie de simple restauración del keynesianismo, insistiendo en la crítica al capitalismo y la necesidad de superarlo con un nuevo proyecto socialista renovado.
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SEGUNDA FASE.
La propuesta de un nuevo socialismo o socialismo con capacidad superadora de las transiciones derrotadas en la URSS y Europa del Este en el siglo XX, que ya estaba presente en el debate continental y mundial, tomó renovados bríos e incluso gravitó no solo en Venezuela, sino también en Bolivia, Ecuador y en un amplio abanico de fuerzas políticas y movimientos sociales del Continente
Sin embargo -aunque han existido diferencias en las características de las transformaciones emprendidas y en los niveles anti-imperialistas y contenidos de los discursos socializantes- la verdad es que la necesidad de superar el capitalismo neoliberal, emprendiendo una ruta revolucionaria de corte socialista, ha tenido grandes dificultades y obstrucciones por el predominio de la concepción que se limita a concebir el post-neoliberalismo como reforma del capitalismo dentro de diversos tonos de socialdemocracia o del llamado progresismo.
El socialismo ha tenido un peso más bien retorico, y no estoy hablando solo de una justificada resistencia a optar por los modelos estatistas que colapsaron, sino de un cierto bloqueo a una ruta esencialmente anticapitalista marcada por la renovación de esa alternativa.
Me refiero a las vacilaciones y reticencias a poner en práctica una propuesta a favor de un nuevo socialismo, diferenciado del llamado "socialismo real" o "socialismo de Estado", en que devinieron los hermosos procesos de orientación socialista iniciados a principio del siglo XX en Europa Oriental y colapsados a finales de los 80 y principio de los 90.
Me refiero a la necesidad de una respuesta revolucionaria superadora del neoliberalismo en decadencia, cuya permanencia y restauraciones han generado una crisis sistémica cada vez más profunda; sin que el imperialismo dominante disponga de otra salida que no sea sus imposiciones y retornos con más violencia y mayores efectos degradantes de la vida humana.
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CONTRA-ATAQUE IMPERIALISTA Y NUEVA OLA DE CAMBIOS.
La debilidad en esta fase de la oleada de cambios continentales de esa necesaria respuesta revolucionaria, facilitó el reciente contra-ataque imperialista y las represalias derechistas, que de nuevo comienzan a declinar bajo el empuje popular traducido en eficaces resistencias y nuevas rebeldías que ha estremecido los retornos neoliberales mafiosos y una parte de aquellos que se consideraban modelos neoliberales estabilizado, de larga data.
Se ha iniciado así un nuevo ascenso de las luchas continentales con expresiones contundentes en México, Argentina, Brasil, Chile, Haití, Puerto Rico y Honduras; con algunas expresiones radicalizadas como las chilena, hondureña y haitiana expresiones radicalizadas, apuntando en general al desplazamiento de los gobiernos ultraderechista, no solo por vía electoral sino también con el ejercicio de la DEMOCRACIA DE CALLE a favor de un Cambio Radical vía Constituyente Popular y Soberana.
Al mismo tiempo la Venezuela de Chávez y la Bolivia de Evo siguen siendo los blancos principales del cruel contra-ataque imperialista, y no por capricho, sino por lo que representan. Mientras en Chile, Honduras y Colombia crece la barbarie represiva y en Haití la amenaza de desembarco de tropas gringas.
Estos temas recobran importancia capital a la luz de lo acontecido con los modelos de neoliberalismo endurecidos, ahora mucho más gansterizados y colonizadores, impuestos por EEUU y las ultraderechas latino-caribeñas mediante cadenas de formulas desestabilizadores y sus denominados "golpes blandos" para imponer gobiernos ultraderechistas, empleados para reemplazar el referido progresismo y derrotar los procesos que han logrado ciertos grados de independencia respecto al poder imperial.
El tipo de restauración del coloniaje, el odio exhibido a todo lo que huela a reformas o a soberanía -al tiempo de evidenciar que la moderación de los cambios no genera tolerancia en el campo de las fuerzas trasnacionales y locales de la contra-reformas y la contra-revolución- evidencia ya la inviabilidad de esa fase ultra-neoliberal.
Los pueblos las rechazan y las vuelven a derrotar por diferentes vías, aunque perduran todavía no pocas debilidades en la construcción de las nuevas vanguardias y fuerzas alternativas, y en la propia estructuración de la propuesta transformadora.
El capitalismo en crisis mayor no tiene otra opción que no sea el neoliberalismo endurecido, violento y mafioso.
Pero el mismo no tiene posibilidad de estabilizar sus drásticos y forzados regresos después de revocar los gobiernos pro reformas o de prolongar excesivamente la vigencia de los modelos neoliberales decadentes; esto es, no logra imponerse establemente por largo tiempo y vuelven a sufrir nuevos reveses y también vuelven a estallar las contradicciones en casos de prolongado control derechista.
Sin embargo, lo acontecido enseña que aún así no se puede decretar el fin de neoliberalismo, si en este nuevo periodo de declinación de la onda ultraderechista y del contra-ataque imperialista, los nuevos gobiernos que resulten del nuevo auge anti-neoliberal se quedan en el marco de un capitalismo keynesiano, de los proyectos post-neoliberales de corte capitalistas y los llamados progresismos.
De ser así, lo ya acontecido habrá de repetirse en nueva escala y el neoliberalismo -esencial a la actual dominación imperialista transnacional- habrá de resurgir con nuevas garras, aunque no para quedarse por mucho tiempo.
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IR MÁS ALLA DE LAS REFORMAS DENTRO DEL CAPITALISMO.
La manera de evitar que los procesos alternativos al neoliberalismo no sean afectados por crisis recurrentes y nuevas reveses como ya aconteció en Argentina y Brasil, es poniendo en marcha -siempre dentro del proyecto de Patria Grande hacia el nuevo socialismo-un conjunto de transformaciones estructurales que contemplen:
1.Socialización progresiva del poder a través de la profundización de la participación y la democracia directa, del control social y ciudadano, del ejercicio del derecho a la revocación de los funcionarios electos, de la reducción de la burocracia.
2.-Socialización paulatina de la propiedad sobre los medios de producción, distribución y servicios, de los ingresos y de los recursos naturales. Traspaso, en consecuencia, del producto del trabajo y de todas las riquezas del país y la sociedad a su legítimo dueño: el pueblo. Predominio en perspectiva de la propiedad colectiva y cooperativa, de la autogestión y co-gestión y de la planificación des-centralizada y democrática.
3.- Procesos de creación de una economía de equivalencias –no de mercado- basada en el intercambio de valores, medidos por los aportes en trabajo manual e intelectual necesarios y no por la ley de la oferta y la demanda que determina los precios.
4.Salud, educación, deporte y diversión con cobertura universal y gratuita.
5.Reducción paulatina de las horas de trabajo y ampliación del tiempo para el desarrollo intelectual, la diversión sana y el deleite espiritual.
6.Libertad de opción sexual y restablecimiento de los derechos de los seres humanos sobre su cuerpo.
7.Superación del patriarcado.
8.Desarrollo armónico entre los seres humanos y el resto de la naturaleza. Eliminación de la dinámica productiva generadora de riquezas mediante el empobrecimiento de los seres humanos y la naturaleza toda.
9.Erradicación del adulto-centrismo.
10.-Fin de toda discriminación racial basada en los diferentes fenotipos humanos y de cualquier otra variante de exclusión y trato abusivo.
11.- Plena libertad para crear y condiciones para hacerlo libremente. Cultura y relaciones solidarias. Formación dirigida a crear y desarrollar nuevos seres humanos, libres de egoísmo y de toda tendencia a afectar la integridad física y las condiciones de existencia de sus semejantes.
12.-Integración y cooperación entre los pueblos a nivel continental y mundial. Creación de la Patria Grande liberada y de un mundo justo, libre de explotación, opresión, discriminación y penurias.
Tomadas estas ideas como pautas, no como mandamientos, por fuerzas forjadoras de conciencia y organización… hasta crear grandes movimientos creadores de la nueva sociedad, podría aportar a dar respuesta a tan complejo y difícil desafío.