Los grandes medios comerciales del periodismo colombo venezolano tienen el gravísimo problema del sometimiento a cánones de desinformación, imbuidos en la mentalidad de sus pueblos esencialmente en zonas donde el trabajo a la tierra y las tradiciones, impiden que en materia de política comunicacional la gente abandone tabúes encaminados al dominio oligárquico, o presentar injusticias de la vida diaria que podrían corregirse, cual destino de Dios porque no se nace en familias con recursos, o en grandes ciudades de mayores oportunidades, Dios así lo quiso.
Por eso en Colombia no llama la atención como debería ser, la situación de violación descarada a los derechos humanos, 27 asesinatos de líderes sociales en los primeros 26 días del 2020. Los hechos se presentan aunque con diferencia de las estadísticas, dadas a conocer el 27 de Enero. Preciso acotar que Venezuela vivió períodos de gobiernos represivos y disimulócratas como en Colombia, hasta Febrero de 1999. La Defensoría del Pueblo de Colombia estableció en 118 el número de líderes sociales asesinados en 2019, mientras que en los últimos cuatro años es de 555. La ONU ubica la cifra en 107 homicidios de activistas y defensores de los derechos humanos durante 2019, el Indepaz registra que desde 2016 han sido asesinadas 777 personas.
Nada de esto se le cuestiona a Colombia a nivel internacional, eso no ocurre en Venezuela atacada bestialmente por ejemplo en las decisiones de la Unión Europea, que en 2017 les preocupó "el continuo deterioro de la democracia venezolana en el Estado de Derecho y los Derechos Humanos", decretando reglas para los Estados miembros como medidas necesarias para impedir que entren o transiten su territorio personas responsables de violaciones o abusos graves que afirman hay en Venezuela.
En la tercera semana de Enero 2019 le aplicaron en España una medida dictatorial a la Vicepresidenta de Venezuela, Dra. Delcy Rodríguez Gómez, a quien EE UU ha satanizado por ser funcionaria del gobierno venezolano, catalogando su desobediencia soberana e independencia cual violación internacional de la paz. La Vicepresidenta venezolana viajaba a Turquía y se bajo a esperar otro vuelo en Madrid. La policía la interceptó y fue motivo noticioso, porque en la terminal saludó a quien es Canciller del gobierno español que preside Pedro Sánchez.
Humillados trabajadores del gobierno hispano admiten ser obedientes a lo que le de la gana a EE UU, "gendarme del mundo", y en explicaciones del atropello a la ciudadana deVenezuela, afirmaron que la alta funcionaria del gobierno de Maduro estuvo en una sala ejecutiva VIP –Very Important Person-, sala que igual a otras como la de inadmitidos, o de peticionarios de asilo, no son territorio español. La inquina hacia Venezuela y el gobierno socialista es una trama mundial.
Y retornando a Colombia tenemos que no le ocurre un episodio similar a las y los colombianos oficialistas. En la diplomacia o en el tema de la corrupción, el gobierno de Iván Duque se muestra complaciente con los dictámenes de EE UU. Para ello basta con describirles lo ocurrido a raíz de la detención en Venezuela de la ex senadora Aida Merlano, solicitada por la justicia de Colombia acusada de corrupción y compra de votos.
La exsenadora fue capturada en el El Milagro, en Maracaibo, después de investigación por funcionarios del estado Zulia. Merlano ingresó ilegalmente al territorio venezolano en compañía de otro ciudadano colombiano, ilegal en el país bolivariano. Ambos puestos a la orden del Ministerio Público.
Un comunicado del gobierno de Bogotá, advierte oficialmente que, cuando el juez competente solicite la extradición de la señora Aída Merlano, el Poder Ejecutivo hará la solicitud ante el "legítimo Gobierno de Venezuela, en cabeza de Juan Guaidó", cito al texto. Visto que el Presidente venezolano que ejerce se llama Nicolás Alejandro Maduro Moros, uno piensa si fue un cabeza de chorlito pitiyanqui quien escribió ese "Comunicado", indigno en la historia de la diplomacia neogranadina.