Con el nuevo partido socialista, inspirado por un nuevo socialismo, con
una futura Constitución socialista, dirigiéndose hacia una nueva
República
Socialista de Venezuela, es pertinente reflexionar seriamente acerca
del concepto mismo del socialismo y acerca del marxismo.
Ya se han ido los
viejos y buenos tiempos en Venezuela cuando Acción Democrática
pertenecía a la Internacional Socialista y todavía coqueteaba con el
socialismo. Cuando llegué a Mérida en 1979, viniendo de un "país
socialista", Guyana, agarré "El Nacional" y en su primera plana leí que
"Venezuela es un país socialista". Más tarde descubrí
que incluso algunos miembros de COPEI estaban propagando el socialismo
cristiano (social-cristianismo) y el comunitarismo. Esta verdadera
confusión ideológica acerca de lo que es el socialismo filosófico y
científico, es decir, el marxismo, tiene una larga historia en
Venezuela y en América Latina. Ciertamente, a la hermandad familiar
africana deberíamos llamarla ujamaa y no llamarla
socialismo. El socialismo no es ni africano ni árabe, no es ni obsoleto
ni nuevo, es simplemente científico y filosófico, es la negación
dialéctica del capitalismo, tal como lo es el marxismo vivo, que atrapa
la imaginación de los pobres, de los campesinos y trabajadores
globales. A lo largo del último siglo no existe obra que tenga más
traducciones y más publicaciones que el marxista "Manifiesto
Comunista", y aun así, muy pocos de nosotros han estudiado, entendido y
aplicado esta primera teoría de la globalización capitalista y
revolución mundial.
Mucho menos estamos
comprendiendo la teoría marxista de la alienación y de la religión,
acerca del "suspiro de la criatura oprimida", que fue la verdadera
frase que empleó Marx para referirse a la Religión, ya que con toda
probabilidad fue el Canónigo de la Iglesia Británica Charles Kingsley
el que acuñó por primera vez la frase "la religión es el opio del
pueblo", atribuida equivocadamente al cofundador del socialismo
científico filosófico.Kingsley
dijo:
"Nunca os hemos dicho que ... el verdadero libro de los pobres, la verdadera voz de Dios contra los tiranos, vagos y los disparates es la Biblia. Sí, podéis burlaros, pero así es. Es nuestra culpa, nuestra grandísima culpa que vosotros podáis burlaros, burlaros de las únicas buenas nuevas que deberían ser vuestra gloria y vuestra fortaleza. Es nuestra culpa. Hemos utilizado la Biblia cual manual de policía – cual dosis de opio para cuidar a las bestias de carga." (http://72.14.253.104/search?q
catholicsocialism.org/noel
&hl=en&ct=clnk&cd=8)
Seguramente, África
aparecía en este documento proletario como "bárbaros o semi-bárbaros",
pero incluso Marx y Engels no fueron unos santos: como en nuestro caso,
errarum humanum est, ellos fueron simplemente productos
sociales de una época racista, capitalista. En cualquier caso, como ya
lo sabemos, una cosa son las enseñanzas de Jesucristo y otra cosa es lo
que los cristianos hicieron de ellas a lo largo de los milenios.
Como ya lo
deberíamos saber, el socialismo se originó en Europa Occidental como el
resultado histórico directo de la devastadora victoria de clase de la
Revolución Francesa burguesa y la Revolución Industrial capitalista
sobre el clero católico romano y la aristocracia feudal divina, como
parte intrínseca del surgimiento del capitalismo, como su propia
negación dialéctica, antitética del trabajo.
Durante la época
del capitalismo liberal competitivo, dentro de la lucha de clases real
entre el trabajo y el capital, el socialismo cambió del simple
socialismo utópico al científico, y finalmente se transformó en el
socialismo filosófico científico, es decir, en el marxismo. Este es el
único socialismo de relevancia económica, política y social contra la
explotación, dominación y discriminación modernas. También es el único
socialismo que aun está en capacidad de aniquilar al capitalismo,
simplemente porque es la única, verdadera negación dialéctica del
propio capitalismo.
La postulación de
un "socialismo africano" o de un "nuevo socialismo" es un asunto
extremadamente delicado y peligroso. Semejante drama ideológico ya lo
experimentamos hace medio siglo en África, en donde su principal
crítico marxista, Kwame Nkrumah, era entonces presidente de Ghana. Los
paralelismos históricos con la situación actual en Venezuela son
obvios, por lo tanto, sin hacer comentarios innecesarios, resaltemos
algunos aspectos de este fenómeno social y aprendamos acerca del
socialismo a partir de la historia de África.
Una
cosa es segura: dondequiera que cualquier "socialismo" empiece a atacar
agresivamente al marxismo como "bolchevismo", "castro-comunismo",
"dictadura", de ser "obsoleto" o inaplicable contra el capitalismo
corporativista moderno, especialmente sus tareas revolucionarias
principales, como la lucha de clases o la socialización de los
principales medios de producción,
entonces podemos empezar a percibir en alguna parte, de manera segura,
el hedor de una rata pro-capitalista, reformista. Esto ya nos lo enseñó
la situación vivida por Kwame Nkrumah hace décadas, cuando fue tumbado
por un golpe militar imperialista.
A principios del
siglo XX, las ideas socialistas modernas fueron llevadas a Europa
Oriental, Asia, África, América y otras partes. En África,
principalmente intelectuales africanos educados en Inglaterra y en
Francia, junto a colonos europeos, especialmente maestros de escuela y
funcionarios públicos, diseminaron todo tipo de versiones del marxismo
a lo largo y ancho del continente. De esta manera, especialmente en
Sudáfrica, Ghana, Túnez y Argelia, el marxismo entró en los movimientos
de liberación nacional en su lucha anti-imperialista contra el
capitalismo europeo.
Sin embargo, aunque
se inclinaba fuertemente hacia el marxismo científico y filosófico, el
"socialismo africano" fue simplemente un producto lógico
formal del nacionalismo africano "anti-imperialista" y del
panafricanismo "pro-capitalista". Durante la primera mitad del siglo
XX, como parte de la lucha anti-imperialista global para lograr la
independencia política nacional y continental en el "Tiers Monde", en
África estos últimos fueron productos políticos ideológicos directos.
Como ya lo indiqué, ellos no eran estrictamente anti-capitalistas en el
sentido marxista.
Sin embargo, en el
mejor de los casos, para los movimientos liberadores más avanzados, el
socialismo africano se convirtió en la teoría política general para la
distribución de los recursos económicos a la manera africana
tradicional igualitaria.
Desde los años 50
hasta los 70, en hechos y palabras, esta visión
socialista del mundo fue expuesta y defendida por varios
revolucionarios africanos prominentes – como Kwame Nkrumah (1909-1972),
Julius Nyerere (1922-1999), Gamal Abdel Nasser (1918-1970), Milton
Obote (1924-2005), Muammar Abu Minyar al-Gaddafi (1942- ), Amílcar
Cabral (1924-1973), Frantz Fanon (1925-1961), Patrice Lumumba (1925-1961) y Walter Rodney
(1942-1980), entre otros.
Dentro de los
límites de este breve comentario no podemos mencionar todas sus
invaluables teorías revolucionarias y contribuciones prácticas
"socialistas", no obstante, es pertinente estudiar sus verdaderos
esfuerzos hacia el logro de la revolución mundial, y conocer por qué
hemos fallado hasta ahora en obtener la victoria global. Sólo de esa
manera la Revolución Bolivariana puede evitar estancarse en los mismos
pantanos partidistas y reformistas "socialistas" de antaño.
Aparte de
pensadores teórico-práxicos
como Fanon y Rodney, lo mejor del ex-presidente Kwame Nkrumah de Ghana,
fue haber investigado el "socialismo africano", y haber hecho
excelentes
contribuciones teóricas. Sólo mencionaremos unas cuantas de sus ideas
principales, las que nos conciernen directamente aquí en Venezuela hoy
en día.
En un informe
titulado "Revisión del socialismo africano", leído en el Seminario
África realizado en 1967 en El Cairo, Egipto, por invitación de los
dos organismos At-Talia y Problemas de la Paz y el
Socialismo, desde una perspectiva africana y global, Kwame Nkrumah
explicó de qué se trata el socialismo en una región del Tercer Mundo:
"El término ‘socialismo’ se ha vuelto
una necesidad en los programas y escritos políticos de los líderes
africanos. Es un término que nos une en el reconocimiento que la
restauración
de los principios africanos humanistas e igualitarios de la sociedad
clama por el socialismo. Todos nosotros, por lo tanto, aun cuando
perseguimos políticas ampliamente contrastantes en la tarea de la
reconstrucción de nuestros distintos estados-nación, todavía utilizamos
al ‘socialismo’ para describir nuestros respectivos esfuerzos. Debemos,
entonces, enfrentarnos a la pregunta: ¿Qué significa realmente el
término en el contexto de la política africana contemporánea? Ya
advertí acerca de esto en mi libro 'Consciencismo' (Londres y Nueva York, 1964, pág.
105)." (http://www.marxists.org /subject/africa/nkrumah/1967/
african-socialism-revisited.htm)
african-socialism-revisited.htm)
Precisamente porque
el socialismo en África estaba perdiendo progresivamente su esencia
revolucionaria marxista y también estaba tendiendo a perder su
contenido emancipatorio transhistórico en favor de una terminología
reformista distrayente y en favor de una confusión ideológica general,
ya no se concentraba más en la construcción anti-capitalista,
anti-colonial y anti-imperialista de la revolución socialista, ni en la
erradicación de la explotación económica, la dominación politica y la
discriminación racial para siempre.
Nkrumah explicó lo
que él entendía de conceptos como un "nuevo socialismo" y los "nuevos
socialistas" en el siglo XX:
"Consecuentemente, el socialismo en
África introduce una nueva síntesis social en la cual la tecnología
moderna se reconcilia con los valores humanos, en la cual la sociedad
técnica avanzada se materializa sin los fluctuantes crímenes sociales y
profundos cismas de la sociedad industrial capitalista. Ya que el
verdadero desarrollo económico y social no puede promoverse sin la
verdadera socialización de los procesos productivos y distributivos.
Esos líderes africanos que creen en estos principios son los
socialistas en África." (Ibid.)
Él advirtió acerca
del anti-marxismo, el "socialismo" falso:
"Existen, sin embargo, otros líderes
políticos
y pensadores africanos que utilizan el termino ‘socialismo’ porque
ellos creen que el socialismo, en palabras de Chandler Morse,
‘suavizaría el camino hacia el desarrollo económico’. Se hace necesario
que ellos empleen el término en un ‘esfuerzo carismático para reunir
apoyo’ para las políticas que realmente no promueven el desarrollo
económico y social. Esos líderes africanos que creen en estos
principios se supone que son ‘socialistas africanos’." (Ibid.)
A lo largo del
siglo XX tuvimos docenas de caricaturas del socialismo filosófico y
científico, del marxismo. Ellas no sólo le hicieron daño al propio
socialismo, como fue el caso del estalinismo, ellas mismas incluso se
volvieron los peores ejemplos de dominación capitalista. Ellas se
volvieron ejemplos clásicos de lo que es la tiranía, la dictadura
democrática y el terrorismo fascista.
La humanidad, el
planeta mismo, ya no puede tolerar ni una sola caricatura más de
socialismo, es decir, la violación del último rayo de esperanza para la
humanidad en esta totalidad terrenal.
En 1918, cuando
estuvo claro que la revolución proletaria no podía extenderse en Europa
y estaba dirigida hacia los países metropolitanos, Lenin y Trotsky
estuvieron de acuerdo en que la misma Revolución de Octubre estaba
condenada a fallar, ya que el socialismo no pudo y no puede
establecerse en una isla, en un sólo país, o en un sólo bloque de
países.
Sólo la revolución
permanente en todas partes, el socialismo global, puede negar al
capitalismo mundial. Si las condiciones globales no están maduras para
la transformación socialista, entonces nunca volverán a madurar nunca
más.
En cuanto al hábito
de hacer "un fetiche de la sociedad africana comunal", de las primeras
sociedades comunistas tradicionales, indígenas y cristianas, Nkrumah
advirtió:
"... una idílica
sociedad africana sin clases (en la cual no hay ricos ni pobres)
disfrutando una estupefaciente serenidad es ciertamente una
simplificación facilista; no existe evidencia histórica o incluso
antropológica de una sociedad semejante. Me temo que las realidades de
la sociedad africana eran un tanto más sórdidas. ... La sociedad
africana no carecía de clases ni estaba desprovista de una jerarquía
social. El feudalismo existió en algunas partes de África antes de la
colonización; y el feudalismo involucra una profunda estratificación
social explotadora, basada en la propiedad de la tierra. También debe
tomarse en cuenta que la esclavitud existía en África antes de la
colonización europea, aunque los primeros contactos europeos le dieron
a la esclavitud en África algunas de sus características más viciosas."
(Ibid.)
Por lo tanto,
debemos ser extremadamente cuidadosos para no relacionar al socialismo
con realidades históricas obsoletas que no tienen absolutamente nada
que ver con la moderna y verdadera negación del capitalismo, con el
socialismo científico y filosófico, con el marxismo.
Podemos
imaginar a nuestras sociedades liberadas disfrutando toda esa libertad
en nuestro universo, pero no debemos llamar socialismo a algo cuando en
realidad queremos decir capitalismo.
Para saber lo que
es el socialismo, según Lenin, primero deberíamos estudiar
diligentemente La Ciencia de la Lógica de Hegel y su Fenomenología
del Espíritu; esta es una condición sine qua non
teórica para entender El
Capital de Marx. De lo contario, entonces deberíamos ser
extremadamente cautelosos en nuestra afirmación que nuestra revolución
se dirige hacia el "nuevo socialismo del siglo XXI" de Heinz Dieterich.
En El Principio de la Esperanza, el filósofo alemán Ernst Bloch
declaró categóricamente que el marxismo socialista es lo Nuevo per se.De hecho, mutatis
mutandis, en resumen, el socialismo es marxismo, y el marxismo es
socialismo.
Por lo tanto, si
muy pronto no negamos el capitalismo globalmente, entonces todos
caeremos más y más
profundamente dentro de la "barbarie" imperialista (Marx), dentro del
pantano fascista corporativo actual. Entonces, ni el precio ni el
valor, ni el mercado ni la equivalencia nos podrán salvar jamás.
Kwame Nkrumah, en
todas sus obras, atacó al así llamado "socialismo africano", el cual ya
no existe hoy en día, y trató de introducir el marxismo vivo en la vida
africana, como práxis y teoría global transhistórica contra el
capitalismo y el imperialismo.
¿Qué éxodo
vislumbró él fuera del venidero cul de sac fascista global?
"El socialismo no es espontáneo. No surge por sí mismo. Tiene
principios que lo apoyan según los cuales los principales medios de
producción y distribución deben socializarse si ha de evitarse la
explotación de la mayoría por la minoría; si es que, entonces, va a
protegerse el igualitarismo en la economía.
... El socialismo depende del materialismo
histórico-dialéctico, bajo la perspectiva que sólo existe una
naturaleza, sujeta en todas sus manifestaciones a leyes naturales y que
la sociedad humana es, en este sentido, parte de la naturaleza y está
sujeta a sus propias leyes de desarrollo. Lo que hace científico al
socialismo es la eliminación del fantaseo en la acción
socialista. Suponer que
existen socialismos tribales, nacionales o
raciales es abandonar la objetividad en favor del chauvinismo." (Ibid.)
Finalmente,
repitamos lo que he comentado en una ocasión anterior:
"El único
socialismo real, existente, es la propia negación
del propio capitalismo." Cualquier otra cosa no sería ni siquiera
tragedia, sino farsa. Original en Inglés: Only global socialism, Marxism, can negate world capitalism
Learning from Kwame Nkrumah: African Socialism versus Marxism
http://web.onetel.com/~vheadlin
franz@vheadline.com