Si con Chávez manda el pueblo, nosotros somos el pueblo y debemos mandar.
No es lo mismo modular la revolución que oponerse en el lado de la contrarrevolución.
El proceso revolucionario que lidera el ciudadano Hugo Rafael Chávez Frías, mi comandante y presidente, es sin lugar a duda un hecho constante, de continuidad de proyectos, de ensayos que buscan un camino de igualdad de oportunidades que alejen a los seres humanos de la exclusión. Los sectores tradicionales revolucionarios han sentido la avalancha aluvional de personas que identificadas con el proceso revolucionario provienen de la derecha o de la indiferencia, creando un cerco de sospecha sobre esos compatriotas. Los militantes revolucionarios de base muchas veces han visto o interpretado que as actividades (la praxis) de la revolución está enmarcada aún en los preceptos y procedimientos cuarto republicanos y que la corrupción, el tráfico de influencia, la manipulación “cogollérica”, entre otros vicios cabalgan como práctica rutinaria en muchos espacios gubernamentales.
La nueva república nos concede el derecho y el deber de participar en forma activa y protagónica en la formación o planificación, ejecución y control de los procesos públicos y les ordena a los funcionarios facilitar este proceso de participación. Una de las nuevas funciones dentro de este contexto de los ciudadanos (Bolívar cuando le nombraron libertador prefirió según sus palabras el título de ciudadano) es el control de los procesos públicos, contraloría social que es responsable del desarrollo de la revolución y del trabajo del gobierno en sus cinco poderes y sus tres niveles. Está claro que nos pertenece la modulación del proceso revolucionario y que el control es el conjunto de actividades que se desarrollan para que lo planificado se cumpla. La modulación del proceso pasa por el control del mismo.
Pero el método de la contraloría social implica conocimiento de los postulados fundamentales de la revolución, conocimiento técnico e instrumental de la materia a controlar, identificación revolucionaria y de los compatriotas los quienes nos acompaña, métodos de comunicación efectivos, consensuados con los intereses de la revolución y sobre todo la organización como base de la potenciación de la participación. Ante esta consideración no se debe dudar en ejercer la contraloría social y tenemos el deber de la formación en tal sentido. Debemos encontrar los mejores métodos e instrumentos para poder hacer llegar nuestros puntos de vista y las desviaciones, vicios y desmanes a las autoridades competentes para modular el proceso y no convertirse en una especie de “puita” útil para los contrarrevolucionarios. Nuestro líder y presidente siempre habla de la constancia, sin cansarse debemos seguir ejerciendo la contraloría e insistiendo en hacer cumplir la modulación del proceso, desmayar es darle fuerza al enemigo interno.
Debemos entender que estamos forjando una democracia que por fin nos da el derecho a participar en una trialéctica (gobierno y políticos por un lado, dueños de los medios de producción por el otro y la comunidad que somos nosotros), en un debate que tradicionalmente fue excluido al ciudadano, a la familia, a la comunidad y sus formas de organización. Debemos entender que muchas veces el compatriota Hugo Rafael Chávez Frías, en su gran esfuerzo por edificar una patria buena, le aconsejan y convencen personas que pueden distraerle de los caminos revolucionarios, ya ha pasado y ha rectificado. El proceso de contraloría social debe servir para modular, apoyar y cuidar al compatriota Chávez, al proceso revolucionario, a los revolucionarios, a la comunidad y a la patria. Debemos clarificar nuestro papel de contralores sociales y apoyar al proceso revolucionario, no contribuir a su destrucción. Si el método de contraloría social se distrae y toma caminos errados, entraremos en el proceso contrarrevolucionario, gran expectativa que anhela el sector cuarto republicano aliado perverso y permanente del imperio, que como el diablo tientan y nos quieren meter en los caminos del infierno, la dominación y exclusión.
¨¨EN TIEMPOS DE PAZ NOS PREPARAMOS PARA LA GUERRA....?