“Fue una victoria de mier#@”

Una vez anunciados los resultados electorales del pasado domingo, por el Centro Nacional Electoral, vino a mi memoria aquella Frase de Hugo Chávez, luego de perderse aquella elección que buscaba reformar la Constitución en el año 2007, en ese momento el exmandatario anunciaría, haciendo alusión a la victoria de la oposición política para entonces: "fue una victoria de mierda y la nuestra una derrota de coraje". Sin duda, la frase encaja muy bien en la realidad presente, y digo esto porque, aunque el partido de gobierno ha aparentado estar muy contento con los resultados, se ve claramente fingida esa alegría, ya que ha sido una victoria amarga y ellos lo saben debido al poco respaldo obtenido de la población votante. Finalmente, podemos decir que es una victoria inmerecida, típica de las democracias impopulares, en donde una élite gobierna con el respaldo de una minoría y las mayorías caen en una apatía, perdiendo toda motivación a participar a los llamados electorales, y a la actividad política como tal, en vista de la decepción y la poca confianza que se tiene hacía con los partidos políticos y sus cúpulas.

En el fondo, sería una falacia decir que el 6 de diciembre ganó la paz y la democracia, a esta última me refiero como el modelo participativo y protagónico una vez soñado. Aquí, los únicos "ganadores" realmente han sido tanto la burocracia política, la cual se ha encargado de sembrar la paz del miedo, intimidando a la población a través de sus cuerpos represivos policiacos y para policiacos, como también salieron "triunfantes" los incapaces, la corrupción, la ineficiencia, la ineptitud, y es obvio que, en las urnas electorales, una vez más, ha salido derrotado el proceso revolucionario, ese que ha ido muriendo lentamente y que hoy se encuentra en peligro de extinción.

Ahora, no todo ha sido trágico en estos recientes comicios, ya que nuestra derrota dentro de todo ha estado cargada de mucha dignidad, de coraje, como diría Hugo, ya que era la única opción que tenía este pueblo para combatir al poder establecido, hay que estar claros que las condiciones no estaban dadas para derrotar en las urnas a esa clase política habilidosa que lleva las riendas del país, de tal manera, era la abstención el único mensaje que la ciudadanía podía mandar, era el mejor acto de rebeldía y con un alto nivel de indiferencia era la única forma de mostrarles que estamos cansados de su mal gobierno. El pueblo asumió en estas elecciones la actitud que ha caracterizado a esta clase gobernante ante el clamor de las demandas sociales exigidas por la colectividad, la indiferencia. Asimismo, poco le importó las amenazas y los mecanismos de coacción utilizados por estos bandidos para presionar a la gente a votar masivamente, la mayoría no se la caló y decidió no asistir a su fiesta electorera, dándoles de su propia medicina.

Por otro lado, ante la falta de un frente unificado que motivara a la población en estas elecciones a movilizarse, la mayoría de este pueblo asumió la derrota con las botas bien puestas, y digo esto, ya que por un lado el gobierno sabía que estas elecciones estaban ganadas de antemano, es por ello que Maduro se atrevió astutamente a poner su cargo a la orden, de lo contrario no lo hubiera hecho, por otro lado el gobierno sabía que su contrincante más fuerte era la abstención, es por ello que invirtió bastantes recursos en propaganda para incentivar al voto, poco se invirtió en afiches de candidatos, principalmente lo que se buscaba incentivar en la intención propagandística era la aniquilación del abstencionismo, y la mayoría de la población, finalmente, entendió el propósito de este gobierno, actuando así de la manera más coherente. Era muy claro entender que la abstención no iba a ganar curules, pero insisto, era la única forma de derrotar a este gobierno en su propósito, logrando así el objetivo.

Ahora, la lectura de todo este resultado, podríamos decir: como primer punto, tenemos a un gobierno dispuesto a asumir la Asamblea Nacional, debilitado, sin arraigo popular, sin vergüenza alguna, soportado por una maquinaria que ha perdido bastante fuerza y que dudo cumplan con las promesas ofrecidas en esta campaña, tal cual, como siempre lo han hecho, en su constante de un gobierno que siempre ha estado de promesa en promesas y de excusa en excusas; como segundo punto, está a la vista que carecemos de una oposición seria, inteligente, desprendida de intereses particulares que más bien busque la unidad y trabajar en función de las necesidades existentes, y esto, es lo que siempre ha terminado oxigenando a un gobierno incoherente, mezquino, prepotente, incapaz, violento, inhumano y mentiroso. Por lo tanto, el reto para las organizaciones políticas que quieran dar un paso al frente y dejar a un lado las apetencias grupales, será cambiar sus métodos con el propósito de buscar ese arraigo popular que se encuentra a la deriva, cansada esta población de las traiciones de esos partidos políticos tóxicos que lo único que han logrado es atornillar en el poder a la nueva clase burguesa roja-rojita; como tercer y último punto, tenemos a una colectividad que en su mayoría comprendió el momento debido a la falta de orientación y un rumbo claro, no se sumó al llamado a participar en unas elecciones convocadas por unas organizaciones políticas que lo único que han hecho es defraudarnos y pretendían que nos movilizáramos para aparentar que en nuestro país existe una democracia que se diferencia de las del resto del mundo por los niveles de participación masiva y bla bla bla , sin embargo, se ha logrado aguar esta fiesta y ese discurso de momento, pero para futuros escenarios habrá que replantearse el tipo de acciones a tomar y apuntar a otras formas de organización que logren canalizar una real participación protagónica, muy efectiva, capaz de arrebatar espacios políticos-territorial a manos de la burguesía roja. Las cifras arrojan que con una sincera unidad y con propuestas que surjan de los sectores más golpeados de esta sociedad, es decir, al calor de las mayorías, la ilusión de un mejor porvenir para nuestro territorio pudiera ser posible. ¡Los descontentos somos la verdadera mayoría en este país y eso quedó bien claro! En esta oportunidad no se ganarían curules, pero con unidad y mejor organización en el futuro, otros retos y victorias se podrán alcanzar.



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Ramón Álvarez


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