Los revolucionarios de a pie o en automóvil, los de alpargata y sandalias, o los de zapatos y botas, humildes campesinos y obreros, trabajadores técnicos especializados, profesionales universitarios, educadores y educandos, altos cargos o funcionarios de menor rango en la importancia de actividades públicas, se preguntan ¿HASTA CUANDO el chavismo puede parecerse por inacción oficial, a la conducta infame de administraciones bipartidistas en el poder alternativo venezolano antes de 1999, caracterizadas por pleitesía a lo ordenado por tribus jurídicas y cogollos pro yanquis?
Lógico que dentro de las estructuras políticas existan grupos con diferentes visiones, y por lo tanto aspiraciones, sin embargo el liderazgo debe resolver mediante votación en convenciones, el comportamiento y las medidas se entiende que en beneficio de la población, y no en defensa de contratos, cargos, comisiones, o influencia para involucrar a industriales, comerciantes y negociantes empresarios de maletín, en las relaciones con el Estado a la hora de la decidir construcción de obras, o contratación de servicios de toda índole.
La revolución cubana debió luchar contra el sociolismo, lea bien contra el so-cio-lis-mo, antes del socialismo del cual goza, cubanas y cubanos con conciencia patria, y no como en Venezuela, donde la conciencia bachaquera, es decir de explotación del hombre por el hombre, se ha enseñoreado en los últimos años con hiperinflación alimentaria, desaparición de rubros de toda índole, complicidad en el contrabando, y factores de oposición, que tientan a los funcionarios revolucionarios, a involucrarse dólares mediante, en violentas protestas, atentados a instalaciones públicas y privadas, e incluso intentos de magnicidio, con anuencia de gobernantes vecinos o los de EE UU, donde no ocultan su ojeriza al socialismo bolivariano siglo XX, antiimperialista a la vez que humanista muy participativo.
Da grima leer, oír y esencialmente ver, la conducta perversa de ex funcionarios de altísimo nivel, denunciando desde el exterior, lo que no fueron capaces de decir cuando aún volvían a Venezuela, o los factores oficiales desde el Jefe del estado a sus colaboradores más cercanos, confesar que sabían de la corrupción, pero mientras se investigaba daban solidaridad automática a los señalados.
Esa conducta tan parecida a la complicidad alcahuete de los verdes con los blancos y de los blancos adeístas con los verdes social cristianos, que echamos a punta de votos eligiendo a Hugo Chávez en 1998, debe ser norte y guía de la nueva Asamblea Nacional, caiga quien caiga, y se castigue a quien se tenga que castigar por traidores a la patria pidiendo intervenciones militares, o siendo coautores de la desestabilización terrorista disfrazada de guarimbas bendecidas por curas fascistas, y no condenadas por pastores, industriales, comerciantes, negociantes privados ideando "empresas de maletín", y van a elecciones disfrazando nombres de antiguas organizaciones y movimientos en el CNE.
La lealtad al legado chavista se mantiene y lo evidenció la asistencia el 6 de Diciembre 2020, porcentualmente con votación superior, parangonada al tanto % inmediatamente anterior de la militancia del Partido Socialista Unido de Venezuela. Ni feroces perversidades ideadas para rendirnos, logran la vuelta al vasallaje bestial hoy ante el mundo en el desbarajuste de ambiciones. Culmino la opinión justo un mes y una semana después de la cita electoral presidencial de EE UU y siguen sin sucesor presidencial legal.