Madurismo y Guaidó, las formas de bipartidismo en tiempos de crisis

El bipartidismo es la forma de falsa democracia que el capitalismo ha producido para perpetuar su sistema. En esta forma de falsa democracia se escenifica un escenario de confrontación entre dos actores, uno defensor de las tradiciones, el otro cuestionador de la superficie del sistema; mientras, la esencia del capitalismo, la propiedad nosocial de los medios de producción, la conciencia del egoísmo, la iniciativa privada divorciada del bien social permanecen intocables, sagradas.

El bipartidismo, tal como el capitalismo, es mundial, se presenta entre actores económicos similares: entre China y los gringos cuando los dos tienen las mismas entrañas, comparten mercados y compañías trasnacionales, son defensores de la esencia del capitalismo. Los gringos son modelo del bipartidismo, allá los demócratas y los republicanos tienen más de un siglo montando su obra, en cada elección aparece un biden representando la renovación y un trump defendiendo los valores de la tradición, la supremacía blanca, el racismo; y después de cada elección el capitalismo sale fortalecido. En el resto del mundo se repite la comedia.

Aquí, entre nosotros, pasamos más de medio siglo padeciendo el bipartidismo de adecos y copeyanos, ahora cuando el madurismo traicionó al chavismo y restauró al capitalismo fue ineludible la instalación del bipartidismo como expresión política del capitalismo. Madurismo y guaidó son los dos polos de ese bipartidismo, los dos son en esencia hermanos en el capitalismo. Hasta los actores se repiten, diosdado equivale a ramos allup, los hermanitos equivalen al ledezma y capriles, simonovis a padrino.

Así se explica por qué la alta represión a los chavistas partidarios del Plan de la Patria auténtico, el que habla de la lucha contra la lógica de capitalismo, el que fue falsificado por el madurismo, y, en contraste, la alta permisibilidad con guaidó: para unos cárcel, exilio, fusilamiento moral; para los otros la diatriba permitida, los escarceos de utilería. El bipartidismo en tiempos de crisis es violento, entra en contradicción con la dictadura fascista, si falla en su objetivo de controlar a la sociedad entonces el sistema tiene el recurso de airearse con una dictadura abierta.

El polo madurista pierde influencia, la pasión de las masas lo abandonan al tener que dejar la imagen de chavista, de socialista, y entrar en el juego bipartidista de la falsa democracia de la cuarta, que es el sistema que corresponde a su plan restaurador del capitalismo. Todavía no puede adoptar la imagen franca de capitalista que está reservada al polo de guaidó, y se cobija con el maquillaje de "capitalismo en lo económico y socialismo en lo social", algo así como el sistema chino donde se mantiene el apodo de socialista para ocultar el capitalismo más salvaje, donde el obrero es llevado al suicidio, la contaminación es de las mayores del mundo, y las armas melladas del capitalismo son la ley.

El bipartidismo en tiempos de crisis, como esta que vivimos, confronta una contradicción, o mejor se agudiza una contradicción que siempre está en segundo plano esperando su necesidad, es la contradicción entre falsa democracia y dictadura abierta. El "peligro" de una dictadura aparece cuando el bipartidismo no consigue controlar a la población, cuando el polo gobernante debe apelar a la represión brutal, a la fuerza, porque pierde el dominio de las mentes.

Este bipartidismo lucha por estabilizar políticamente la traición ya consumada al Socialismo, a Chávez en lo económico. El chavismo auténtico atraviesa tiempos de resistencia a la deslealtad y preparación del regreso…

¡CHÁVEZ VOLVERÁ!



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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