El incidente ocurrió en la ceremonia fúnebre de Douglas Bravo. El fiscal del madurismo, tarek saab, se apareció con su séquito en la funeraria. El Pica lo emplazó: "tarek, qué haces aquí, este muerto no es tuyo, no es del oficialismo; no van a hacer con Douglas lo que hicieron con Alí Rodríguez, que tuvieron la canallada con su recuerdo y su trayectoria de nombrarlo póstumamente presidente de la comisión privatizadora de PDVSA".
El incidente llama a una profunda reflexión, más que política, humana. El suceso es simbólico de las turbulencias del alma en estos días de profundos cambios. La desaparición de Douglas, además de todo el significado a nivel individual, humano, es un hecho de alto contenido histórico: es, sin duda, símbolo del cierre de un luminoso periodo histórico de la humanidad. La desaparición de Douglas junto a Fidel y el Che representan el cierre de un ciclo de luchas de la humanidad por liberarse del rumbo suicida del capitalismo. Y sin mezquindades, y las circunstancias propias de la lucha política, debemos decir que fue Chávez un fiel discípulo de estos grandes, un continuador de este ciclo cuando lo creíamos ya agotado.
No es poca cosa la muerte de Douglas y la muerte de Chávez, son duros golpes en lo político y sobre todo en el espíritu. Con ellos se va un trozo fundamental de nuestra historia, los días en que, por diferentes vías, con diferentes visiones, se luchaba por salvar al hombre.
A este periodo de intensas luchas de expresión de lo mejor del humano, de heroicidad, de valentía, lo reemplaza un periodo nefasto donde aparece lo peor del humano: la torcedura moral es norma, el cambio de casaca frecuente, el sentido de humanidad es sustituido por el egoísmo y la visión mezquina del bien material, el ejercicio del poder corrompe a los débiles de espíritu, la persecución no tiene límites ni mesura; se acosa, se calumnia a mansalva, no hay decoro.
El principal daño del madurismo es ese, la podredumbre moral que instauró en el país, la guerra de todos contra todos, la justicia sustituida por el atropello a la vida, la mentira como instrumento de análisis, la dignidad convertida en mercancía, historias de luchas traicionadas por conductas asombrosas.
Es en estas circunstancias que debemos entender la actitud de El Pica, un hombre luchador por más de sesenta años, un hijo de Iracara, un duro que no le ha regateado a la Patria y a la Revolución su participación en todas las formas de lucha y en cualquier batalla. El Pica es de esos hombres que decía Martí: "Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana".
Tuvo el Pica que reaccionar frente al símbolo de la traición, de la pérdida del decoro, frente al fiscal del madurismo que tiene en su haber la destrucción de PDVSA y la persecución de los Revolucionarios, un símbolo del desastre moral y material de estos tiempos de pranato.
El Pica, el viejo Pica, siempre luchando, hoy demostró que aún existen hombres espirituales, Revolucionarios cabales que no se rinden, que no transigen. Gracias Pica por tu ejemplo, por revivir la esperanza en el hombre; gracias Pica por demostrarnos una vez más que la dignidad no se compra con dinero, se obtiene con lucha sincera, infinita…