Mario Silva ¿Internacionalista y filósofo de la revolución?

Apuesto a que Chávez no se hubiese calado a estas alturas del proceso, el protagonismo a ultranza de Mario Silva. Si en vida del comandante le quitó un lado a la hojilla, dejándolo transmitir solamente los sábados. Pensando que en esa fecha, la gente andaría de parranda deteniéndose poco en casa a ver a este comentarista del chavismo.

Andaba casi en terapia intensiva, poco respiraba, le faltaba el oxigeno, a raíz de aquel audio con su voz criticando a Diosdado frente a un supuesto representante del G2 cubano. Le costó mucho conseguir el perdón de Cabello, comenzó alabarlo y mencionar sus palabras como las de un pensador ideológico, lo único que le faltaba para guindarse bien es que había hecho talleres de adoctrinamiento en sus años de infancia allá en El Furrial, al lado del hombre del Mazo.

En ocasiones reviso La Hojilla observando si ha superado un poco, ahora al menos parece que compra ropa de ofertas en la misma tienda del Centro Comercial del este de Caracas, en donde Brito paga trajes de cien dólares. Pero realmente el hábito no hace al monje, y las posturas conjuntamente con sus palabras colocan a Mario Silva fuera del contexto de su propia realidad.

Este sábado pasado, se empeño después de carnaval en disfrazarse de internacionalista, de tal manera de venderse como un suma cum laude en la materia, con estudios en el exterior y ex decano de esa facultad en una reconocida universidad, por favor, que se meta embustes él mismo pero no a los demás.

Eso de dictar cátedras sobre lo que deben hacer y pensar los chavistas, es el colmo, acaso tendrá autoridad moral para decirle a Héctor Rodríguez, como debe ser su actuación. El hombre es tan creído que después de luchar tanto para que le dieran dos días a la semana para su programa, resulta que regresa un día, porque debe dedicarse a sus funciones en La Asamblea Nacional. Por qué sin él no resuelven.

Entonces, debido a que su intervención en el parlamento, no la pública ni comenta nadie. Envía a un camarógrafo para que grabe sus palabras usando un traje de la misma marca de los que usa Brito. Los aplausos salían ajuro, parecido a esos programas en donde contratan a personas para tal fin con un coordinador que les indica cuando hacerlo, la que no disimulaba su aburrimiento era Iris Valera, la enfocaron cuando daba dos palmaditas mirando hacia abajo.

Estaba tan pendiente de su elegancia que fustigó a Bernabé Gutiérrez, aludiendo su traje blanco, abrazándolo, diciéndole que estaba igualito a Carlos Andrés Pérez. Para luego casi regañarlo como a niño en preparatoria, dictándole como y que debía hacer la oposición,

Hablar de la decadencia de la dirigencia de la revolución no puede ser un irrespeto a la dignidad de la persona humana pues la realidad así lo dibuja, al ser Mario Silva, el conductor del nuevo pensamiento que identifique las luchas de Chávez, no tiene nombre. Así como Diosdado les echó a un parao a los candidatos que regalaban pollos y mortadela en una carretilla a manera de proselitismo político, también debe darle un parao a este señor que no es ni siquiera periodista para pretender dar clases y normas de acción en momentos que Venezuela necesita de las mentes más lucidas para salir de la crisis que vivimos



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Claudio Schiveci

Exdirigente juvenil en el Liceo Cajigal de Barcelona, Cofundador de la revista Horizonte, redactor de la revista cultural Candilejas. Columnista en los diarios El Metropolitano, La Nueva Prensa de Oriente y Diario Impacto en Anzoátegui.

 claudioschiveci@gmail.com

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