La vida me permitió en Valencia tener amigos, algunos grandes amigos y otros que vamos conociendo con el tiempo, amigos con los que pude compartir correrías de infancia y adolescencia y luego otros con los que puede participar en proyectos políticos, sociales, artísticos, entre esos está Petr que hoy es el intelectual orgánico del partido de gobierno en Carabobo y es de esos tipos con los que sigo compartiendo discursos, palabras e incluso diferencias, me parece que siempre está a un paso de ser un demócrata aun con su discurso que en mi caso me parece que está cargado de citas útiles según sea el caso, un lector cotidiano y un hombre tremendamente solidario con los de su camada, aunque los de su camada tienen el deber de ser viejos militantes de palabras y cervezas.
Yo celebro que sea Peter el que se perfil tras las redes y a través de las mismas como el portavoz ilustrado de una tendencia política. Claro cuando veo los otros que lo intentan me doy cuenta que es de o mejor que nos pudo haber ocurrido, los otros son como talibanes o pequeños fanáticos que van señalando a diestra y siniestra a culpables, cómplices, aliados, agentes del imperio, de algún cuerpo de seguridad o miembros de alguna organización que solo existe en su imaginación, hablan de alguna tesis acerca del Techo de La Ballena y va por ahí exigiendo ser leído o aclarando la pureza de su sangre revolucionaria, o la limpieza genética de sus ancestros. Son tipos aburridos, que desean ser algo jocosos o causar gracia, con ese humor que se acerca a un payaso que intenta hacernos reír con suertes ya conocidas. (creo que me refiero a Christian).
El otro estilo es el de los sargentos Vilorias unos más lapidarios que otros, intentan ser digeribles en las muestras pictóricas, fotográficas que se llevan y se llevaban a efecto en Valencia. Sus comentarios son dignos de alguna escuela de equitación, no distingue entre pinceladas y pixeleadas. Asume su condición marcial como la única digerible, intenta poner en orden cerrado la palabra y las obras enaltecedoras del espíritu y cuando escucha Fuga con Pajarillo, cree que es un pajarito en fuga y va a ver las jaulas a ver si tamaño acto tiene que ver con los emplumados prisioneros.
No todos los militantes son iguales, algunos le desean arrancar a dentelladas algo de humanidad al madurismo, algunos pensantes intentan hacernos creer que son sargentos, algunos sargentos vilorias intentan hacernos creer que son pensantes. Sueñan por ser comprendidos, desean brillar con todo y bayoneta y miran con odio todo lo sensible, todo lo maravilloso, todo lo útil.
Qué bueno que está Peter por ahí, que es saludado con admiración, que bueno aun con las diferencias que se puedan tener con él, que bueno por ser un hábil enriquecedor del lenguaje, que bueno por los suyos y por los nuestros. Con Pedro se habla de arte, de ciencia, de letras o cualquiera de los cinco temas. Y claro, seguiremos hablando, ya no por las vías tradicionales, por el temor que tiene de que su teléfono está siendo hackeado intervenido por algún Vilorias, algún Farias o tenga algún pájaro en el alambre de sus comunicaciones y le partan el alma con fuego amigo.
Notas a pie de página: Me envían un cartelito digital donde enaltecen, comparan a Alex Saab y al Che Guevara. No imagino para qué público será tal publicación. El "che" no está dentro de mis héroes de infancia y Alex Saab si está entre los pillos de mi madurez. Cosas que pasan despacio y sin darme prisa.