Fidel Castro, dijo alguna vez:
"Si queremos expresar cómo aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes, nuestros hombres, debemos decir sin vacilación de ninguna índole: ¡Que sean como el Che! Si queremos expresar cómo queremos que sean los hombres de las futuras generaciones, debemos decir: ¡Que sean como el Che! Si queremos decir cómo deseamos que se eduquen nuestros niños, debemos decir sin vacilación: ¡Queremos que se eduquen en el espíritu del Che! Si queremos un modelo de hombre, un modelo de hombre que no pertenece a este tiempo, un modelo de hombre que pertenece al futuro, ¡de corazón digo que ese modelo sin una sola mancha en su conducta, sin una sola mancha en su actitud, sin una sola mancha en su actuación, ese modelo es el Che! Si queremos expresar cómo deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolucionarios: ¡Queremos que sean como el Che!"
Definía a un líder revolucionario: un hombre del futuro, o como diría Silvio: un animal de galaxia. Es así, el líder revolucionario lucha en su presente y su lucha se continúa hacia el infinito, mientras exista injusticia en el planeta. Luego que el líder revolucionario desaparece, sus ideas, su ejemplo siguen presentes en las batallas futuras, su recuerdo sufre el embate de sus enemigos y su ejemplo guía a sus hijos en la contienda.
Cristo luchó en su época contra la injusticia y continúa luchando hoy, con sus ideas originales, primitivas, y contra las profundas deformaciones a su mensaje. Bolívar luchó, y la esencia de su pensamiento está vigente, y son muchos los seguidores de sus ideas. Trotsky, Lenin, Fidel, Fabricio, Santucho, Masetti, Miguel Enríquez… sus ideas siguen vigorosas en los combates revolucionarios. Entonces, un líder revolucionario verdadero tiene un compromiso con su época y con las épocas futuras. O mejor: un líder verdadero es el que lucha, vive para siempre.
El Comandante Chávez luchó en su época y sigue luchando hoy, con su ejemplo, su pensamiento. Enrumbó al país por el camino de la construcción Socialista, lo ubicó a la vanguardia de la reivindicación humana.
Hoy estamos en plena lucha del chavismo auténtico contra sus enemigos tradicionales, la derecha gringa y sus colgajos, y la derecha disfrazada de chavista, cada vez más en evidencia. No es nueva esta confrontación. Siempre que desaparece un líder, la derecha, la contrarrevolución, por un lado, lo desprestigia a él y a sus seguidores más cercanos; y por el otro, se mimetiza con el líder ausente. Pensemos: ¿qué tiene que ver Chávez con este gobierno impulsor del capitalismo, de las zonas especiales esclavistas?
Esta batalla entre chavismo y la contrarrevolución no es nueva, es la misma desde que el mundo es mundo, es la lucha del humanismo contra la barbarie. La del Socialismo contra el capitalismo.
Los líderes revolucionarios de hoy deben recordar que tienen dos obligaciones: luchar en su tiempo, y luchar en el futuro, pasar las enseñanzas, el ejemplo a las generaciones futuras. Que no se diga mañana que la barbarie triunfó sin resistencia, que la continuidad histórica revolucionaria no se trunque…
¡CHÁVEZ VIVE EN LA DEFENSA DE SU LEGADO!