El Arado y el Mar

Elecciones: Pobre Venezuela, tan cerca de Maduro y tan lejos de Chávez

Si analizamos las elecciones pasadas, más allá de los obedientes números, si atendemos a las ideologías en conflicto tendremos una mejor comprensión del momento político. ¿Cuáles ideologías fueron a la batalla electoral? La respuesta es triste, fue una falsa batalla entre comediantes del teatro capitalista, un show del antichavismo, una distracción más a un pueblo engañado. Más allá de los números, del resultado, de la sumisión electa, debemos concluir que se cumplió lo previsto: triunfó el capitalismo, triunfó la traición a Chávez.

El país amaneció más capitalista que nunca, los imperios capitalistas están contentos, ya vendrán las extendidas de mano, las voluntades encorvadas, las negociaciones a puerta escondida, se caerán las caretas: ¡todos son iguales! Ese es la conclusión irrebatible. No obstante, y aunque parezca paradójico, el capitalismo amaneció con un gran problema entre manos: no ha podido estabilizar la dominación política. El capitalismo de esta época, en esta parte del mundo, se estabiliza con la democracia burguesa, y esta democracia capitalista tiene como eje las elecciones burguesas, y estas elecciones tienen como esencia la alternabilidad entre factores políticos capitalistas, dar la sensación de cambio posible, una esperanza, mantener al rebaño dentro del redil.

El madurismo, por su origen marginal-sindicalero, no entiende de otra cosa que no sea arrasar con todo, como el barbarazo, “hasta el queso que había en la mesa también se lo comió”. Por esa conducta que emana de su ideología, carece de visión estratégica, sólo piensa en el momento, en ganar hoy, el mañana no existe para ellos. Hoy están de fiesta, el miércoles en la noche estallarán embriagados de alegría, no entienden que la aparente unanimidad esconde un rechazo descomunal al madurismo.

En las elecciones se asomó una espeluznante realidad: Si sumamos la brutal abstención, los que votaron obligados, los que lo hicieron por la derecha gringa, el resultado puede llegar al 80% que no está con el gobierno. Si a esta situación añadimos la carencia de liderazgo, de proyecto estratégico, del rumbo errático del gobierno y de los alacranes y oposición gringa, debemos concluir que el país está en los bordes de un caos. Al no poder construir el teatro de la democracia burguesa, y al haber guillotinado la esperanza socialista, el país quedó sin rumbo, terreno propicio para el surgimiento de la barbarie.

Ya amanecieron los desesperados en las redes pidiendo disparates, se muestran capaces de apoyar cualquier horror con tal de salir de este abismo. Son señales de un país sin esperanzas, dolido, entregado, huérfano. En esta situación la Patria languidece, se irá desvaneciendo y será fácil presa de la bestia fascista. Hoy los chavistas auténticos tienen el deber, ya no político sino humanitario de construir una dirección, de rescatar la dignidad del chavismo, de en esta hora aciaga, ponerse al frente de la masa huérfana, maltratada, engañada. Es el momento de manifestarse con la fuerza de las ideas, de la voluntad, para sacar a esa masa apática del marasmo y transformarla en masa actuante, capaz de transitar caminos de redención, de evitar el arribo de la barbarie.

AHORA MÁS QUE NUNCA, ¡CHÁVEZ!

 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2018 veces.



Toby Valderrama Antonio Aponte

elaradoyelmar.blogspot.com

 elaradoyelmar@gmail.com      @elaradoyelmar

Visite el perfil de Toby Valderrama Antonio Aponte para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: