La «cumbrecita» del cogollito de EEUU ¡Fracasó!

Los pueblos miran con decepción, la actitud de algunos de sus gobernantes que se arrastran a los pies del bárbaro presidente imperialista de los EEUU. El caso denigrante del presidente argentino, Alberto Fernández, quien –inicialmente- planteó abstenerse de participar en la cumbre de las Américas y luego, cambió su opinión ante la llamada de Biden, interpretada por la Madre de la Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, asertivamente y con franqueza, recriminó la actitud blandengue del Pdte. Fernández, en duros términos: «Señor presidente, usted demostró que es un gran cobarde, ayer [miércoles 01 de junio] cuando lo llamó el presidente de Estados Unidos; y le llamó un poco fuerte, usted se achicó como pantalón ordinario», más acertado decir: pantalón mojado. Ahora, Fernández, justifica su incontinencia de sumisión al dominio de EEUU, sobre la falsa que, como presidente pro témpore de la CELAC, está obligado a asistir a dicha cumbrecita. «Como te recordamos, te recordaremos, campeón de la unidad, de la batalla: Néstor Kirchner…», palabras del Comandante-Presidente, Hugo Rafael Chávez Frías, en el acto de instalación de la cumbre inaugural de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el 02/12/2011, Teatro Teresa Carreño, en Caracas, República Bolivariana de Venezuela. Unidad, rota por Fernández, como evidencia de su sumisión al autócrata Biden, símbolo de la decadencia Occidental que mantiene aún -bajo sus dominios- el control de las deudas impagables al FMI, sometiendo pueblos como el argentino, y doblegándolos a cumplir las directrices de su política exterior imperialista. Es la misma actitud de deslealtad de Fernández con el Presidente Vladimir Putin, quien al visitarlo en febrero de este año, lo colmó de adulancias: «Argentina tiene una deuda con Rusia porque fue la primera que se preocupó por que los argentinos tuvieran vacunas», para luego traicionar su amistad. Argentina, días después, votaba a favor de la resolución que imponía la suspensión de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, alineándose con los países occidentales contra Rusia, a quien acusan de crímenes de guerra por defender su territorio ante las agresiones ucranianas promovidas por EEUU, alias la OTAN. Contradictorio voto pues si algo defendía Rusia, en su auxilio de vacunas anticovid para el pueblo argentino, eran sus derechos humanos, el derecho a la salud, en fin, el derecho a la vida del pueblo argentino, privado entonces por Occidente, que les negaba vacunas a los pueblos del Sur, acaparándolas. ¡Así, paga el diablo! Nada confiable ese sujeto: «El hipócrita siempre es un adulador, en tono mayor o menor, pero es un adulador», nos recordaba el Papa Francisco en 2017, alertándonos ¡ojo!: «Cuando hay hipócritas en una comunidad, hay un peligro grande ahí, hay un peligro muy feo». Nada que ver, con la actitud digna y recta, que siempre mantuvo Néstor Kirchner en su política exterior: unionista e integracionista, que le valió el reconocimiento del MERCOSUR, en la XLVI Cumbre de Presidentes de dicho organismo multilateral al que asistieran como Presidentes, Nicolás Maduro Moros, Evo Morales, Dilma Roussef y Cristina Fernández, entre otros, declarándolo como: «Ciudadano Ilustre» de la Patria Grande, junto a Hugo Chávez, en reconocimiento a sus aportes a la integración latinoamericana y los cambios que promovieron en sus respectivas naciones.

Andrés Manuel López Obrador, AMLO; los países miembros del CARICOM; Xiomara Castro, presidenta de Honduras y Luis Arce, presidente de Bolivia, quienes se mantienen –rodilla en tierra- izando las banderas de la Unidad Caribeña y Latinoamericana, sin pueblos y gobiernos excluidos y colonizados de nuestro Sur, solo por no compartir los intereses, ni la ideología de libre mercado, el neoliberalismo o «camino que conduce al infierno» según Hugo Chávez, como paradigma de sociedad promovida por la potencia del norte, EEUU. Mucha dignidad, le queda por doblegar al bárbaro imperio del norte. No solo es Cuba, Nicaragua o Venezuela, sino también, Bolivia, México y El Caribe como partes fundamentales de nuestra América. Si en 2005, precisamente en una Cumbre de las Américas, nuestros pueblos y gobiernos se pronunciaron contra el ALCA, y enarbolaron la consigna: «¡ALCA, ALCA, Al carajo!, ¡ALCA, ALCA, Al carajo!», asestando una estacada casi de muerte a dichas cumbres. En esta oportunidad, y ante la división y fragmentación de nuestros pueblos, promovida por los EEUU y sus agentes de la región; la Unidad en la CELAC-UNASUR, debe ser la bandera que levanten nuestros pueblos, como símbolo de la nueva integración de la América, sin Canadá y EEUU. Obviamente, Alberto Fernández, no está a la altura de los nuevos tiempos, que son los mismos tiempos de Néstor Kirchner. Raúl Castro, General de Pueblos Libres, lo definió –magistralmente- durante su intervención en la VII Cumbre de las Américas 2015. La América entonces, tuvo suficiente fuerza para imponerle al bárbaro imperio del norte, la asistencia a dicha Cumbre de Cuba, aquel día, dijo Raúl: «La propuesta entonces de una asociación hemisférica madura, resultó el intento de imponernos el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), asociado al surgimiento de estas Cumbres, que hubiera destruido la economía, la soberanía y el destino común de nuestras naciones, si no se le hubiera hecho naufragar en el 2005, en Mar del Plata, bajo el liderazgo de los Presidentes Chávez, Kirchner y Lula. Un año antes, Chávez y Fidel, habían hecho nacer la Alternativa Bolivariana, hoy Alianza Bolivariana Para los Pueblos de Nuestra América».

«La memoria significa que algún lugar, momento o persona es re-visitado (en un sentido se hace presente estando ausente, se vuelve trascendental). La memoria es, en este sentido, un órgano apropiado para la trascendencia, pero es también una fuerza de la resistencia: mientras el hombre todavía recuerde cómo ocurrieron las cosas en su cultura y en su comunidad, estará salvado, gracias a su identidad», nos recuerda Eero Tarasti, en su «Semiótica de la resistencia: El ser, la memoria y la historia. La contracorriente de los signos» (2006). Este fallido intento de la Administración Biden-CIA, de organizar una Cumbre de las Américas, como símbolo de un conjunto de naciones fragmentadas y divididas gracias a las gestiones del propio imperialismo, cónsono con sus intereses de dominación de la región, ha fracasado. «Divide y vencerás», proclama como divisa el bárbaro imperio del Norte. «Unidad, unidad, unidad debe ser nuestra divisa», proclamaba el Padre Libertador, Simón Bolívar, desde Angostura en 1819. Plena vigencia, mantiene el pensamiento precursor de nuestra independencia americana. El discurso racista y de odio hacia los pueblos del Sur de la Administración Trump, ha mutado a la Administración Biden, sin solución de continuidad, intacto. Todavía, la élite imperialista de los EEUU, considera a los pueblos del Sur de la América, como una plaga cargada de drogas y violencia que, con migrantes invade su territorio para infectar su juventud y destruir su sociedad supremacista. Obviando, que se trata de un país, los EEUU, que con apenas el 5 por ciento de la población mundial; se consumen el 80 por ciento de la producción de opiáceos farmacológicos del planeta. Ni hablar de la cocaína que les produce Álvaro Uribe, desde Colombia, que se la huelen todita. Un informe de The New York Times, demuestra que las muertes por sobredosis son la primera causa de defunciones entre los menores de 50 años. En 2021, las muertes por sobredosis, superaron las 100 mil muertes, batiendo su propio record. Un 70 por ciento de esas muertes, han sido no de personas en situación de calle, sino de trabajadores y trabajadoras del área de los servicios, mozos, bar tenders, entre otros y otras personas que laboran entre 12 a 14 horas diarias y consumen anfetaminas o cocaína para poder enfrentar esas largas jornadas laborales en una sociedad que, como la estadounidense, sobrevivir al consumismo exacerbado conduce a una muerte segura por sobreexplotación laboral. «Bajo el lema de que "todo el mundo es libre de prosperar", el capitalismo ha demostrado (siempre) su capacidad mucho mayor de empobrecer, de imponer escasez a la mayoría de la población trabajadora, que lo contrario. Pero al fin y al cabo ¿de qué libertad hablamos cuando nos referimos a un sistema tan perverso? ¿El que impone la elección del trabajo duro y el salario miserable o la indigencia? (y, en muchos casos, ni siquiera la primera alternativa, como sucede con cientos de miles de personas en la "Meca del capitalismo", los llamados homeless que no tienen un lugar donde vivir y duermen en la calle o en establecimientos benéficos). Definitivamente, el capitalismo es la barbarie misma…» (Beneficiarse del Sufrimiento, OXFAM, 23 de mayo 2022).

La Administración Biden-CIA excluye a Cuba, Nicaragua y Venezuela por considerarlas naciones «no democráticas», según sus patrones de «democracia», para nada democrática como lo evidencia su sistema electoral de tercer grado, que priva al pueblo de elegir sus gobernantes directamente. La cumbrecita, se inicia con un gesto nada democrático, al privar a la población de Los Ángeles de ejercer su derecho humano a la protesta pacífica (Artículos 19 y 20 de la Carta Universal de los Derechos Humanos). El Departamento de Policía de la ciudad de Los Ángeles, negó el permiso -solicitado el 25 de febrero pasado- para realizar una marcha masiva, legal y pacífica, el venidero 10 de junio. Los organizadores de la «Cumbre de los Pueblos por la Democracia», afirman que: «la conducta del Departamento de Policía de Los Ángeles constituye una denegación ilegal de los derechos constitucionales de quienes participan en una actividad protegida por la primera enmienda de la Constitución de Estados Unidos». La directora ejecutiva del Fondo de Acción de Californianos por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA; por sus siglas en inglés), Angélica Salas, dijo: «La Cumbre de los Pueblos, levantará todos aquellos temas importantes para nuestra gente pero que fueron excluidos de la cumbre presidencial al otro lado de la ciudad. Los derechos de los migrantes, de las mujeres y de los trabajadores, la reconstrucción y protección de las normas democráticas, la seguridad de las familias». Así que, «independientemente del resultado de la solicitud de permiso, como pueblos de las Américas, marcharemos por las calles de Los Ángeles el 10 de junio contra la Cumbre de la Exclusión de Biden y haremos escuchar nuestras voces». Concluyeron, que: «se trata de una táctica dilatoria y calificaron de "atroz violación de la libertad de expresión y la infracción de nuestro derecho democrático a la protesta", lo cual "va en contra de los mismos valores que Joe Biden y el gobierno de EE.UU. dicen defender en la Cumbre de las Américas». Tal parece, que esta marcha se convertirá en la parte más importante de la mal llamada «cumbre de las américas», en minúsculas. Como muestra de cuán vigentes están o no los derechos humanos en los EEUU. Como muestra, además, que los tiempos del hegemón imperial del norte han culminado y el mundo se reorienta en la búsqueda de nuevos timoneles del planeta, más pacifistas y menos excluyentes, en una América que ya abrió sus brazos a la inversión y apoyo de China y Rusia. ¡Toda exclusión es antidemocrática! Y más antidemocrática aún, es la agenda impuesta por Biden a los cancilleres, que le acompañarán en la reunión por iniciar esta semana en curso. La exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela, terminará en convertirse en la propia autoexclusión de EEUU de la América. Un verdadero fiasco, que terminará hundiendo las posibilidades de triunfo electoral demócrata, en noviembre próximo…

Postscriptum: Mientras Biden estará preocupado por la llamada crisis migratoria, una verdadera pandemia le ha explotado en su propia cara, las muertes por tiroteos. No se trata del escándalo provocado por su hija Ashley Blazer Biden, con la publicación de su diario personal en 2021, que habla a sus lectores y lectoras de su lucha contra la drogas, lo que parece ser un hábito de la familia, sino de su relación malsana con el sexo y sus inapropiadas duchas que compartió con su padre Joe. Además, Ashley, revela un profundo resentimiento hacia su padre debido a su dinero, control y manipulación emocional. Pareciera, estar leyendo la obra de Emily Brontë, publicada en 1847, titulada: Cumbres borrascosas. Cuya novela, nos ofrece un retrato de una familia venida a la ruina a causa del orgullo, la prepotencia y la venganza, tal se tratara de la familia Biden. La atmósfera que construye la novela es gris y cargada de una intensa violencia. Las pasiones, son las protagonistas pero la violencia, es el hilo que ata todos los males de la historia. Es la misma violencia, que se ha desatado por estos días de Cumbre de la Américas, como una epidemia, evidencia de la guerra civil de baja intensidad que vive la población estadounidense. EEUU, es un país con una historia guerrerista, belicista, inmensamente rico, pero pobremente educado y en la actualidad, una sociedad totalmente dividida, fragmentada, gracias –entre otras causas- a la Segunda Enmienda de la Constitución Norteamericana, que reconoce el derecho de la población mayor de 18 años a poseer y portar armas. Según la organización suiza, Small Arms Survey (SAS), hay 120 armas de fuego por cada 100 estadounidenses. No hay otro país sobre la faz de la tierra, que tenga más armas que habitantes. En los EEUU, una normativa federal regula que la edad mínima para adquirir armas largas, como una escopeta o un rifle, es de 18 años, mientras que para armas de fuego cortas o de mano es de 21 años. Las únicas personas a las que se les prohíbe poseer armas de fuego, son: los condenados por un delito grave, asalto, violencia doméstica o amenazas terroristas. Tienen la tasa de homicidios por armas de fuego más alta del mundo desarrollado. Los altos niveles de violencia y las matanzas en EEUU, no provocan reacción alguna en los políticos, sobre todo en los senadores republicanos cuyas campañas electores financió el monopolio productor de armas, mejor conocido como la Asociación del Rifle. Hora ya de poner fin a esa guerra civil que está acabando con la población estadounidense. Que mejor idea, que una Cumbre de Jefes de Estados CELAC-EEUU, como la recién propuesta por el Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, el Trabajador Nicolás Maduro Moros. Una Cumbre, en que la agenda de conversación sea resuelta por el consenso de los 33 países que integran Latinoamérica y el Caribe. Que los temas a conversar, se relacionen con problemas concretos de la realidad que viven los pueblos de la América: las migraciones, el derecho a la salud, la cooperación entre naciones, la lucha contra la droga, la inseguridad y la guerra civil de baja intensidad que cohabita en algunas de las naciones de nuestra América. Esa, sí sería una verdadera Cumbre, que estaría en sintonía con los intereses de los pueblos de la America.



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Henry Escalante


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