Soy un modelo defectuoso, como las monedas defectuosas que alguna gente colecciona porque son raras.
Soy severamente disléxico y mucha gente me dice que padezco de Asperger’s también, lo cual no me sorprendería, ya que, por ejemplo, yo casi no entiendo los dobles sentidos, ni tampoco el lenguaje corporal, ni muchos chistes y emojis (tienen que explicármelos), y cosas así. Mi mente es extremadamente sistemática y metódica. Además, no soporto ir a fiestas, centros comerciales, o eventos donde haya mucha gente porque me siento muy mal entre tanta gente, siento sus vibras, las buenas y las malas (no es nada cómodo).
Bueno.
Yo no sé si sería a raíz del Asperger’s que aparentemente tengo, pero yo jamás he entendido por qué tanta gente prefiere escuchar rumores y chismes sobre los defectos de los demás en vez de verse (primero) uno mismo en el espejo. Yo prefiero conocerme a mí mismo antes de conocer a los demás porque así puedo mejorarme y avanzar en vez de quedarme estancado o hundirme en incertidumbres, por eso no lo entiendo, porque el espejo es la única manera de realmente y concretamente mejorarse uno la vida, es la mejor manera de resolver los problemas y las dificultades que uno tendría en su vida.
Nada se puede resolver adecuadamente ni satisfactoriamente si uno no tiene todos los pedazos del puzzle claramente identificados, y para hacer eso, hay que verse hacia adentro, porque si no fuera así, entonces el problema o la dificultad en cuestión, no nos molestaría, ni tampoco nos interesaría resolverlos porque esos problemas o dificultades no tendrían nada que ver con nosotros en primer lugar.
¿No es así?
Sí lo es.
Bueno, en base a esto, les presentaré una prueba relacionada al tema.
Mis dos artículos anteriores publicados aquí en Aporrea (el único sitio web donde escribo aparte del mío), fueron:
Hay cosas muy raras que ocurren en Miraflores
y
Hemos sido arrastrados del paraíso al infierno terrestre
El primero habla principalmente sobre Delcy Rodriguez y su posible o probable implicación en actos criminales en jurisdicción estadounidense, y el segundo habla sobre nosotros mismos y nuestra sociedad y la podredumbre que somos hoy como Nación en comparación con cuando Chávez mandaba.
O sea, el primer artículo hablaba digamos mal de alguien más, mientras el segundo hablaba digamos mal sobre nosotros mismos, uno es una ventana viendo hacia fuera, y el otro es un espejo que les ofrecí gratuitamente a ustedes los lectores y las lectoras de Aporrea (que muchos no quisieron ver, pero eso está bien, es algo normal, ver lo que sigue).
Bueno …
No sorprendentemente, hasta el momento, el artículo ventana, viendo mal a alguien más, ha recibido alrededor de 1400 lecturas, mientras el artículo espejo, viendo el mal en nosotros mismos, solo ha recibido unas 400 lecturas, o sea, tenemos, como seres humanos, y aun si yo no le entiendo, la tendencia de ver hacia otro lado para evitar vernos a nosotros mismos en el espejo.
¿No es así?
Sí.
Así me parece.
Bueno …
Creo que, fundamentalmente, esa sería precisamente la razón por la cual Venezuela no avanza.
Creo que hasta que no estemos dispuestos a vernos en el espejo --- y aceptar lo que vemos --- en vez ver a los demás por la ventana, será imposible para Venezuela de avanzar, por ende, nada mejorará, y de hecho, todo empeorará en un efecto dominó, y eso es precisamente lo que ha estado ocurriendo aquí en Venezuela desde el 2013 cuando nos quitaron el espejo llamado Chávez y lo reemplazaron por una ventana.