“Un pequeño hombre frágil, enfermizo y pulcro (…) Pero al que es bueno consultar cuando se aproxima la tormenta…” Lucien Febvre.
Rengifo fue y seguirá siendo referencia para el pensamiento revolucionario comprometido de la izquierda venezolana y latinoamericana. Arte y política consolidaron la estructura del discurso en sus diversos ensayos. El realismo social, crítico y militante fundamento, ética y estéticamente, su obra. No hubo dimensión del arte y de la política en el que no pudiera desplegar, a borbollones, su ideología radical; planteada en el discurrir mágico y real de su producción plástica, dramática, poética y ensayística. Arte comprometido y militante. Fundó su presencia vital en un sabio pensamiento: “Sustento la creencia de que sólo la creación justifica la condición humana”. Rengifo fue más que el pintor, el teatrero, el poeta, el ensayista, el comunista, el obrero, el artesano, fue fundamentalmente “el maestro” comprometido con sus discípulos, en el arte, la cultura en general y la política .
Cuando disertó, en sus ensayos, sobre Marx decía: “… era ante todo un revolucionario. Cooperar de este o de otro modo al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones creadas por ella; contribuir a la emancipación del proletariado moderno, a quien él había infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, las condiciones de su emancipación; tal era la verdadera misión de su vida. La lucha era su elemento. Y lucho con una pasión, con una tenacidad como pocos…”. No era menos al referirse a Bolívar y Martí:
“…El amor a la América Mestiza, a la verdad, a la justicia en pro de los más y de su decisión de lucha, lo irá identificando en acción y pensamiento con Bolívar y por eso como ya lo hiciera éste _ alerta por informaciones y presentimientos _ a ser otro precursor lúcido del antiimperialismo en América Latina y esforzado luchador por el acercamiento político y la unidad espiritual y cultural de nuestra América.” De igual manera en su artículo “El camino del Che”, solidario con su pensamiento y su práctica, al hablar de él, decía que: “… Su figura, su aliento, su profunda fe revolucionaria, sus certeras prédicas, se encuentran allí donde algún pueblo o algún puñado de hombres y mujeres luchan por la libertad, por un mundo pleno de claridades, por la dignidad exacta del hombre.
César Rengifo, como pensador y político de avanzada, acusó acertadamente al imperialismo de adaptar “…sus formas de penetración a las realidades dadas en cada país objeto de su voracidad. Cuenta él con patrones generales a poner en uso para llevar a cabo el dominio absoluto en lo económico, político, cultural e ideológico de aquellos pueblos débiles cuya conquista y dominio requiere. …Penetra paulatinamente en todos aquellos servicios indispensables a la vida del país, mediante capital, personal de oficio o técnicos; mercados de alimentos, transporte de carga y pasajeros, etc. De esa manera amplía su control económico, su influencia y naturalmente sus ganancias.
Rengifo, preocupado siempre por la influencia del imperialismo en los medios formativos y de comunicación en la juventud de entonces decía: “Dentro del conjunto de acciones dirigidas a controlar e inducir la ideología de un país, particularmente dentro de sus sectores predominantes y medios, están aquellas que atañen a la intelectualidad. …confundirla, dividirla, separarla de sus raíces culturales propias, seducirla bajo el signo del cosmopolitismo como meta obligada para toda creación válida y con posibilidades de trascender; acentuarle su tendencia hacia el individualismo y desarrollarle una actitud vergonzante por lo propio, por lo tradicional, por lo folklórico; desarraigarla, en fin, de su realidad y sumirla cada vez más en el idealismo anticientífico, en posiciones purista, apolíticas o de un politicismo confuso, son acciones que el imperialismo lleva a cabo sutil pero cuidadosamente en el seno de la intelectualidad de aquellos países que requiere dominar.”
Rengifo, hombre fundido en acero de patria, con el rojo fuego que atraviesa la historia en su espacio y en su tiempo, resucita ahora y para siempre en el verbo y la acción de los pueblos oprimidos, de sus gentes excluidas. Retumban de nuevo sus palabras fraternales en las sienes de cada uno de nosotros: “Siempre los hombres y los pueblos que viven y sufren bajo la opresión y la injusticia, cercos torturantes de la dignidad, sienten permanentemente la tentación de un amanecer, tentación que a la vez es esperanza del nuevo día donde lo humano adquiera su justa, exacta, digna presencia. Cuando los hombres y pueblos llegan al límite de sus padecimientos y de las humillaciones, transforman su tentación de amanecer y su esperanza de día radiante en acción libertadora: y su cólera grave desatada inflama de centellas los caminos.”
Su vida emergió de las entrañas de la creación como trabajo, del arte y la filosofía como práctica de la libertad. No obstante Carlos Marx, gran orientador de sus ideas, nos lo dejó escrito como legado: “…cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspecto, crezcan a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, solo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la sociedad podrá escribir en su bandera. De cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus necesidades. (*)
De Rengifo, de los grandes hombres y mujeres, de sus ideas y de sus acciones, construiremos el camino hacia el socialismo del nuevo siglo; entonces rescatémosle del olvido, reivindicando su obra, su pensamiento, su compromiso.
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(*) Marx C., Engels F.: Crítica al programa de Gotha.
Fuente consultada: César Rengifo. Obras, artículos y ensayos. U.L.A. 1989.
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