La cadena esclavizante de la cual estamos oprimidos, diran el sentido de las palabras de Antonio Gala, ¿como salir de ellas? será nuestra preocupación primaria. Las alternativas a una sociedad completamente desesperada por su sobrevivencia no obtienen en ningún discurso propio de las vocerías que les está permitido difundirse en los medios virtuales y televisivos una clara delimitación. Izquierdas y derechas se pelean por la interpretación de las situaciones que viven las clases trabajadoras y pudientes, en general ¿qué pasa en este país?, es el combate verbal que gira permanentemente alrededor de la visión de una realidad, hasta allí, pero las condiciones y alternativas no se ponen en claro. Se trata del fenómeno de la despolitización, de la ausencia programática. Un círculo vacío donde gritan los desesperados por sus justas y constitucionales reclamaciones y gozan los adinerados dentro de un modelo de vida que se acerca a Dubai y se funde en las políticas de un gobierno completamente disponible a sus intereses y en definitiva de la globalización financiera del capital. Sobre la necesidad o condiciones a una salida franca y explícita a esta situación nadie se remite con total claridad, salvo los foros y asambleas nunca difundas donde hablan los que sí están decididos pero objetados mediáticamente. Sobre las condiciones para la liberación de la esclavitud reinante se impone el silencio y mucho mas a la hora de hablar sobre las alternativas y deseos libres que flotan sobre los aires pero todavía no bajan a tierra real. Hablamos de los hechos pero nunca de una aproximación clara respecto a las necesidades concretas e inmediatas que habrán de resolverse si el punto de lo que se trata es vivir iguales, libres y con dignidad.
Intentando resolver esta disyuntiva podemos comenzar por las condiciones, las cuales son demasiado evidentes y que millones ya la traen en su interior. Las condiciones o necesidad palpable desde cualquier punto de vista tiene que ver con la desaparición de quienes la tienen en sus manos y gobiernan sobre y a partir de ellas. Sin duda que tenemos una condición obvia, se trata de la desaparición del pranato gobernante. ¿Cómo se logra?, es el punto sin resolver, unos los llaman estrategia del coraje, apelando a una ilusoria intervención militar con la presencia paralela de organizaciones e individuos venidos de la sociedad civil, creando gobiernos de transición que unifique todas las tendencias políticas que se sumen a este suerte de golpe que recuerda mucho los objetivos y métodos nunca llevados a cabo del 4 de febrero con Chávez aunque ahora detesten su memoria, la presencia de los cubanos que vinieron y en general todo lo que remite a izquierda y socialismo. Otr@s se remiten a la recuperación de la constitución y la vuelta a la legitimidad de las instituciones que por ahora sugieren una alternativa electoral, muy complicada porque los que tienen los recursos necesarios para ella están de lado de una oposición tan corrupta y afín tanto al mismo gobierno como la esclavitud que proviene de los poderes claros y oscuros que dictan los pactos de la globalización. Buscan el retorno y recuperación de instituciones que se han convertido en guaridas corruptas y a la orden del capo mayor. Lo que aparece en el escenario a nuestro parecer es la huelga general, cuyo verbo fundamental sea la salida del gobierno, otro objetivo muy difícil pero probable en la medida en que la movilización trascienda los gremios magisteriales que hasta ahora han liderizado el tumulto de movilizaciones y politicen sus consignas. En todo caso estemos claros la condición primera es la salida de este gobierno y las mafias que lo utilizan. Una lucha de clases que imponga un nuevo bloque histórico.
Pero una condición supone en la fortuna del pensamiento una alternativa o varias que en este caso si de ideologías hablamos, remiten a una alternativa contraneoliberal y esencialmente libertaria, donde la democracia no se remite al voto y en general a la libertad de elegir, de lo que se trata en un futuro que quizás no conozcamos es que las "repúblicas autobernantes" de lo cual ya trabajamos en libros anteriores se difundan en nuestra tierra y el mundo. Es decir, donde la prioridad no está en volver a elegir de manera que se repitan además de las politiquerías partidarias que ya se convierten en un asco en países como el nuestro, incluyendo modelos cada vez mas sutiles y automatizados de una y otra forma de esclavitudes y control social sino en la capacidad colectiva de gobernar sobre su trabajo y los destinos de cada quien cubriendo la máxima diversidad de mundos individuales.
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Comenzamos por lo mas urgente en el mundo contemporáneo. Se trata de romper de acuerdo a las fuerzas acumuladas y posibles con el carma globalista, lo cual supone una forma de al menos un inmenso distanciamiento dentro de todas las posibilidades con la política monetarista que impone el capital financiero global. Todas las oligarquías locales y mundiales ahora se mantienen sobre ello como lo trataría Jack London, la moneda corre soportándose en fuerzas y recursos nacionales, hasta vaciar países como es nuestro caso hasta llegando al límite del sueldo cero y el total desplome de los recursos sociales en manos del estado como lo es la electricidad, la salud, la educación etc. ¿Cómo podemos llegar a ello?, esencialmente recuperando todas las formas de soberanía, alimentaria, tecnológica, cognitiva, monetaria y obviamente territorial . Soberanías que exigen de otra forma de poder y Estado el cual debe prácticamente reinventarse en nuestro caso en un largo proceso constituyente y popular. Es quizás el proceso mas complejo pero irremediable frente al punto al que hemos llegado donde Estado y paraestados conviven junto a las fortunas de dólares acumulados en el contrabando y un lavado de dólares que una vez invertidos solo sirven para darle un tapiz brillante y millonario a algunas ciudades que se subdividen entre la máxima riqueza y una pobreza que aumenta por día. Soberanía vs globalismo es el primer punto que nos toca poner sobre el tapete.
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Pero al hablar de soberanías ellas mismas han de tener un piso material desde el cual sostenerse tendiente a encontrar una soberanía desde un esquema de igualdad democrática. Se trata de la recuperación del espacio territorial, desmantelando la violencia que los contiene y garantizando poco a poco, espacio por espacio, donde se hace indispensable la inversión pública y privada, la vida autogestionaria en industria y campo de cada vez mas gente que revierte su condición de explotados en gobernantes y productores de lo que vayan creando con su cerebro y manos. Hay inmensos territorios en el sur y los llanos y desde las propias ciudades que nos pueden servir a esa recuperación territorial, existencias que se prestan para espacios en función de permitir la revitalización de la producción. Todo ello supone importantes territorios donde industria y cultivos vuelven a ser el eje de un nuevo país. La recuperación territorial y lo que ella contiene frente al monopolio propietario y las fuerzas globales que se asientan territorio por territorio es fundamental a la hora de escudriñar las alternativas que tenemos frente a nosotr@s.
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Estamos hablando de la toparquía que nombraba Simón Rodríguez, la autogobernanza posible como una salida a la burocratización que se impuso con el gobierno de Chávez junto a la progresiva invasión militar de la gerencia pública, y la tranza permanente que impone el imperialismo con sus sanciones y acuerdos donde ellos cobran y se dan los vueltos, sofocando cada pueblo luego de generarle condiciones insoportables de vida. Es nuestro caso sin duda donde se acuerdan leyes que son masacres a los pueblos como la ley de zonas económicas especiales o acuerdos de último momento como el hecho con la Chevron luego de acabar junto a las mafias internas con PDVSA. La posibilidad que tenemos de abrir todo espacio productivo dentro un plano perfectamente ecológico es inmensa. Nos tenemos que gobernar a nosotros mismos retribuyendo todas las ganancias posibles que pueden estar en manos del Estado en el suelo y subsuelo, al pueblo transformado en una masa creciente productiva e inventiva. Eso nos lleva a la recreación de una política educativa que abra sus puertas a los saberes tanto aquelllos que son parte de la necesidad cotidiana como a la ciencia propia donde podamos crear las condiciones a una tecnología comunicacional, de transportes, aviones, barcos y tanta tecnología que en estos momentos es prácticamente inexistente y nos somete a una dependencia técnica y cognitiva total. La república tiene que volver a ser un placer para tod@s los que gobernamos sobre ella, sin la carga de una burocracia inservible y terriblemente corrupta, sin la escoria imperialista imponiéndonos los programas de shock desde las cuales gobiernan el mundo.
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Esto obviamente necesita de una palanca donde sí hace falta lo que todavía suele llamarse Estado. Se trata de las políticas públicas de financiación del ser colectivo que va liberándose y gobernando su futuro. Claro que estamos en posibilidad de abrir fondos públicos dedicados a ello, salir del extractivismo no es dejar de producir los recursos que la obra de la naturaleza nos dejó a los pies. Ninguna posibilidad hasta los momentos tiene el mundo de escaparse de las energías fósiles. Las necesitará por décadas, el problema está en como hacer para que dejen de infectar el planeta con su utilización. La riqueza que poseemos en tal caso debe dejar de ser un gran negocio para capitales que lo único que hacen con ellos es tomarlos bajo contratos divinos a sus intereses gracias a su alianza con los gobiernos de turno y exportarlos a la rueda mundial bancaria. Estos deben servir no solo a los servicios públicos, a los créditos de mínimos interés, sino a los fondos públicos que garantizarán una sociedad en buen vivir como el subsidio que haga falta para renovar por completo este país privilegiado, sosteniendo la producción en autogobierno como la pequeña y mediana empresa.
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Vamos con el problema de los salarios. Es quizás el sufrimiento en sí de una población asalariada no pagada, mejora un poco con la empresa privada, pero dicho en general es el éxito total de un capitalismo que se ha convertido en un neoliberalismo salvaje. Antes de dar el salto hacia una civilización de la democracia y la autovalorización del trabajo el salario seguirá siendo la vía para la compra del trabajo del otro y la explotación del mismo. Pero al grado al que hemos llegado en este país es quizás un hecho nunca vivido no solo aquí en nuestra tierra sino en el mundo. Estamos entonces ante la necesidad de la indexación del salario, algo que exige romper con el monetarismo y recuperar la soberanía monetaria. Salario vs gobierno, salario frente a la pranificación del gobierno_estado. Es probablemente el paso mas urgente que tenemos frente a nosotr@s. Pero estemos claros, esta medida de justicia jamás se logrará con el paragobierno que tiene tomado el poder de estado, es una justicia imposible por más que se repitan las movilizaciones y demandas. Es un grito desafortunado y para ello nuevamente solo tenemos la posibilidad de la huelga general y el estallido insurreccional.
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De la sociedad que seguiremos teniendo por supuesto que hace falta la negociación con los capitales nacionales. El capitalismo seguirá existiendo pero hay que cobrarle su parte. La negociación salarial además de la proyección hacia una sociedad productiva que salte las dependencias de todo orden tienen que ser negociadas con el capital. Por supuesto no estamos hablando del capitalismo mafioso de los llamados enchufados, sino de un espacio de capital dispuesto a negociar con un nuevo cuadro de poder y Estado totalmente distinto al que tenemos. Ellos existen y muchas veces en su desgracia aplastados por la fórmula del globalismo y la sociedad aplanada por este. Una negociación donde la amplia sociedad y la clase trabajadora este presente. Ojalá sea posible y ojalá se encuentren las cabezas de ese capitalismo que posee lo que puede ser el buen haber de su fortuna.
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Estos no son sino los primeros elementos de una lista que podría multiplicarse por una cantidad de necesidades a lo cual invitamos a unirse con nuevas ideas. Tenemos por ejemplo los puntos atinentes a la autenticidad y la ancentralidad de una cantidad de saberes y productos como lo es la semilla y los saberes ancestrales indígenas. Estamos hablando de la recuperación de lo propio frente a la imposición de una medicina y formas de cultivo que muchas veces se convierten en venenos manejados por los mercados en manos de los poderes globales. El caso del Covit 19 es uno, formado desde laboratorios a la orden de inmensos monstruos farmacéuticos, o del caso de los transgénicos que multiplican la dependencia respecto a la semilla que a la larga nos enferman. Por supuesto esto necesita de cambios educativos y de una investigación exhaustiva de medicinas y elementos para la alimentación que durarán su tiempo aunque fue un sueño de los primeros años de la revolución bolivariana. Allí caben muchos otros elementos que trascienden la soberanía en sí misma y la exponen a terrenos que constituyen la aventura de la recuperación de lo nuestro en terrenos que aunque se intentó en los primeros tiempos de la llamada revolución bolivariana jamás se logró hasta estar hoy en día totalmente expuestos a su dominio sobre nuestros cuerpos y almas. Es hora de ser de estallar el "conatus" spinoziano en todas sus formas. Eso supone la construcción de una nacionalidad auténtica en capacidad de exportar todo lo que somos, tenemos y sabemos.