La pobreza crece a pasos agigantados en Venezuela

Cada día que pasa crece y crece la pobreza en Venezuela, en medio de una fuerte crisis socioeconómica agravada por las consecuencias a mediano y largo plazo del manejo gubernamental de la pandemia por COVID-19, por las sanciones internacionales, por la inflación global, por la corrupción desbocada, por la improductividad del sector público nacional y por otros factores externos e internos. Se trata de una desastrosa situación, verdadera tragedia humanitaria que parece infinita, y no obstante ha sido minimizada por el Gobierno "revolucionario" de Maduro, que sigue insistiendo en asegurar que Venezuela se arregló o recuperó.

Claro está que la tal recuperación aplica sólo para una minoría, incluida la dirigencia política, que vive en la opulencia gracias en buena medida a dinero mal habido. Para el resto de la población no hay más que crisis, desesperanza y sueldos miserables, justificados a escala gubernamental por los efectos de las sanciones y los bloqueos, y la consecuente escasez de fondos. Irónicamente para las élites y sus intereses, no hay sanciones y bloqueos que les afecten, y al contrario hay quienes han visto aumentadas sus riquezas. Y ya que se hizo mención de los sueldos miserables, adviértase que el actual salario mínimo en Venezuela, es el más bajo de todo el planeta, y aun así no hubo un aumento salarial este primero de mayo (2023), en el marco de los anuncios hechos por el Gobierno "revolucionario" de la nación caribeña. Un simple incremento en el bono de alimentación (cesta ticket) y la continuidad del bono de guerra económica (reducido de 40 a 30 dólares), fue la "gran" novedad en dichos anuncios; bonos que obviamente no tendrán incidencia en el pago de las bonificaciones vacacionales y de las pensiones, y por tanto son de poco beneficio real para la mayoría de los trabajadores de Venezuela, activos y jubilados.

Tristemente la pobreza en un país tan rico en recursos naturales como Venezuela, no hace sino crecer a pasos agigantados, hasta el punto que numerosas personas apenas sobreviven. No es raro, por ejemplo, observar en las calles de cualquier ciudad de Venezuela, a hombres, mujeres y hasta niños, buscando algo de comer entre la basura, como si fueran perros o gatos que se conforman con algunos restos.



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Rubén Alexis Hernández

Licenciado en Historia, Magíster en Historia de Venezuela. Antiimperialista, izquierdista y ateo

 ruhergeohist@yahoo.com

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