Las próximas elecciones presentan interesantes características que las alejan de la normalidad: se realizan con el madurato gobernante en franco deterioro, y sabemos, por la experiencia de ellos en el campo sindical, en sindicatos y federaciones, cuando en desventaja no van a elecciones, las posponen, las condicionan. Ya asoman que sólo irán a elecciones sí suspenden las sanciones. Sin embargo, esa posibilidad de escamoteo, no es la característica más importante de esta contienda.
Lo más importante, asombroso, es que las elecciones se realizan en condiciones de veto al Socialismo, al Chavismo. A veces este veto es autoimpuesto por los participantes, a veces es ejercido por el gobierno madurista. El Socialismo es el gran ausente en el debate electoral, sólo se nombra en negativo, como depositario de todo lo malo. No tiene quién lo defienda. No tiene candidato, y no le permiten tenerlo. Se realizan, también, con veto a Chávez; no hay candidato de Chávez, de su pensamiento, de su legado. Sólo se nombra a un Comandante falsificado, útil sólo en tiempo de elecciones, que pretenden que avale el giro hacia la pérdida de soberanía, de entrega al capitalismo, traicionando a Chávez que dio la vida en la batalla contra la lógica del capital.
Es así, en estas elecciones el gran ausente es el Socialismo y el Chávez auténtico. Estas elecciones son un torneo entre capitalistas. Pareciera que el gobierno de Chávez no existió, que aquí nunca se caminó hacia el socialismo. Retrocedimos a la cuarta república, estas elecciones son la mejor muestra de la trivialización de la política. No se discute lo importante, de la economía grande, del sistema social, sólo se habla de la superficie, de la anécdota, de palabras vacías. Todo dentro del capitalismo, no se habla de defender el Socialismo, al contrario, lo atacan y ningún participante sale al frente.
Qué bueno sería que alguien convocara a un debate entre Socialismo y capitalismo, para responder la pregunta de Chávez: "Dónde está el Socialismo". Sería valioso, aclararía a la gente. Por el Capitalismo hay muchos que saldrían a defenderlo y atacarían al Socialismo. Por el Socialismo y por el Chavismo, emergerían de las catacumbas, del exilio, sus defensores más consecuentes.
Claro que este debate no se realizaría, no le conviene ni al madurato, ni a la oposición gringa. Un pueblo informado, pensante, conocedor de la historia, empapado de la verdad, no le conviene a la dominación capitalista. Necesitan mantener al pueblo distraído con pendejadas, peleando con artistas que vienen, discutiendo la economía de superficie, inmediata, sin hablar de las causas más profundas. Mientras peleamos el salario, se entregan el petróleo y la soberanía.
Estas elecciones son el verdadero opio para el pueblo, significan una puñalada a la causa Socialista, Chavista. Se pretende, y para eso se trabaja, borrar de la historia el fenómeno político más importante en un siglo: el intento Socialista de Chávez. Esa es la tarea que el capitalismo le encargó a maduristas y oposición gringa: destruir el ensayo Socialista, olvidar que hubo un tiempo en que los humildes fueron reivindicados, unidos tuvieron poder, eran uno solo con el gobierno, los dos palpitaban con un mismo corazón. La vida tenía sentido, fundar una nueva sociedad, como la soñaron los próceres, la sociedad de la fraternidad
No lo lograrán, los humildes no olvidan a sus benefactores, al contrario, los elevan a sus altares, los llevan en el corazón. Más allá de las elecciones, el Socialismo emergerá de las catacumbas, Chávez volverá.
¡SIN SOCIALISMO NO HAY CHÁVEZ, NO HAY PATRIA!