El complejo de dominación capitalista, madurato y oposición gringa, no consigue estabilizarse. Al principio dominaron por el engaño, la mentira, la excusa; ahora, agotados, sólo muestran la agonía. El madurismo no construye un gobierno creíble, y la oposición gringa no cuaja una opción, patinan en el lodazal de sus mezquindades.
El cuadro del país es desolador, no hay liderazgo, no se vislumbra una salida. El vacío en el alma desvanece al país. Por doquier se ven los signos del desaliento, la decepción; millones se fueron al éxodo, otros se quedaron refugiados en sus barricadas personales, resistiendo esta guerra de todos contra todos. Como diría mi abuela Hortensia "son tiempos en que mona no carga a su hijo". ¿Qué hacer?
En los tiempos difíciles, en medio de las noches más oscuras, es cuando surgen los liderazgos. El cruce de los desiertos, las tinieblas curten y prueban a los líderes. Los pueblos premian, con su apoyo, a la constancia en la lucha, identifica a los, como dice el poema aquel, imprescindibles, aquellos que luchan toda la vida, aquellos que pudiendo disfrutar de las bondades del gobierno prefieren la dignidad del exilio, la soledad de la resistencia, a la infamia, a la traición.
Digámoslo de una buena vez: enfrentamos a una dictadura agotada, arrinconada y, por eso, muy peligrosa. Ya no hay espacio para engaños y falsas ilusiones, es una tiranía aferrada al poder que no saldrá por las vías convencionales. Esa verdad es percibida por la oposición que, si bien no habla de salidas no electorales, en la práctica se mueve hacia ellas. Las inhabilitaciones, el robo de las tarjetas, la obligan a buscar otras soluciones. Es así, vivimos tiempos de gran riesgo, estos momentos de fractura de la gobernabilidad son propicios para el surgimiento de fórmulas fascistas. Ya el fantasma del fascismo camina entre nosotros, la propuesta de privar de nacionalidad a los adversarios es una muestra del espíritu que impera.
Es urgente que el chavismo entre en la escena. El país necesita una opción definida, con teoría y metas claras, que sea capaz de hacer frente a la barbarie que se asoma. Esa opción es el chavismo, el Socialismo, que resiste a la campaña de desprestigio a que lo someten el gobierno traidor y la oposición gringa; que está allí en el corazón de los humildes, que recuerdan como vivieron en el gobierno de Chávez, además del bienestar material, pocas veces el pueblo humilde se sintió tan querido, tan empoderado, tan comprendido. Eso no lo podrá borrar nadie, ninguna campaña de desprestigio.
Es la hora de los imprescindibles chavistas, están aquí, su verdad surgirá limpia, la avalancha de mentiras, de deformación mediática se disipará, los ataques de la canalla los enaltecen. Es verdad que el chavismo sufrió una derrota descomunal. Comenzó con el Asesinato del líder y continuó con el ataque artero, de sus falsos hijos, a su legado, la deformación de su imagen, la reversión de su obra. Pero es también verdad que el ejemplo de su obra, de su pensamiento, vive en los altares de los humildes, esa es su fuerza.