El General Elio Estrada, jefe de la Guardia Nacional, da unas declaraciones en el aniversario de esa institución, o deberíamos decir, lanza una amenaza asombrosa, o quizá, indicar, que presentó un manifiesto fascista. Dice el General, veamos la noticia:
El general Estrada Paredes considera que entre las funciones de la GNB en su función de orden interno estaría actuar si se desconoce "el nombramiento de los nuevos integrantes del Consejo Nacional Electoral (CNE) por parte de los sectores políticos de la ultraderecha nacional e internacional con la finalidad de deslegitimizar la institucionalidad y fundamentar la tesis de un estado fallido"
Más atrevido aun es que agrega "con la estafa política para los electores de la oposición venezolana con el lanzamiento de falsos candidatos presidenciales que se encuentran inhabilitados por los organismos competentes debido al incumplimiento de las leyes y reglamentos para impactar negativamente en la estabilidad política y el voto".
El alto oficial dice temerariamente que la intención de los sectores a los que señala de imponer la violencia para "desestabilizar el país con el lanzamiento de campañas políticas financiadas con fondos desconocidos y de posible origen ilícito con el objeto de aumentar la violencia política y el compromiso con grupos estructurales de la delincuencia organizada"
El General, prepara, justifica, una oleada represiva, actúa como un agente político, se metió en el ring y debe ser confrontado. Pensar que la amenaza va dirigida sólo a la oposición gringa es pecar de ingenuo, no refutarlas porque son contra la derecha es más que ingenuo, criminal, mañana vendrán contra todo el que se atreva a pensar, el fascismo, cuando no encuentra resistencia crece como bola de nieve. Se trata de algo más profundo. Si lo unimos a las declaraciones de maduro, que en un gesto desesperado por aparentar mando ordena a la Fuerza Armada que se defienda de los intentos divisionistas. Todo da la clara idea de que se les fue de las manos el control militar, y que este va por su cuenta en una deriva hacia el fascismo.
El factor militar irrumpe, abiertamente, en la política, con una posición claramente fascista, trae de la mano el principal ingrediente del fascismo, el miedo, la amenaza, la delimitación del enemigo. Después de esas declaraciones el ejecutivo las refrenda, y la oposición gringa responde pálidamente, cunde el miedo y avanza el golpe, o mejor, los golpes, la derecha gringa también conspira. Es evidente que el factor militar se estremece. La posición del General es de facto, un golpe de Estado, una insubordinación, un desacato a la ya maltrecha Constitución, ver artículos 328 y 329.
Pero estamos en Venezuela, no en el Cono Sur, aquí la Fuerza Armada es hija de Bolívar y Chávez, ese espíritu está allí presente y se manifestará. Entramos en territorio de desenlace de la crisis. Las elecciones no consiguen dar respuesta a la turbulencia que desborda la institucionalidad. Para eso debemos prepararnos. Son tiempos de definiciones estratégicas civiles-militares. Ya el General Estrada asomó una corriente, la otra es la de la derecha gringa. Y, pronto, debemos tener la manifestación del factor Chávez, el de los patriotas, el de los que se niegan a entregar la Patria a la derecha gringa, o a la derecha madurista, que tanto daño han causado y causarán.
¡CHÁVEZ VOLVERÁ Y PAGARÁN SU CULPA!