"Usted puede ver una taza de café caer de una mesa y romper en pedazos en el suelo… Pero nunca verás que la taza se reúna de nuevo y vuelva a saltar sobre la mesa. El aumento del desorden, o entropía, es lo que distingue el pasado del futuro". Fin de la cita. Stephen Hawking.
La industria venezolana en general, y en particular la de bienes y servicios, ha vivido en los últimos diez años una importante situación de crisis y de incertidumbre. Situación que solo se ha visto aliviada por la actividad "importadora" y por una ligera recuperación del mercado interno en este último año 2023. La duda principal para nuestra industria (yo diría incluso existencial para muchas empresas como: PDVSA, Petroquímicas, Empresas Básicas de Guayana, Automotrices ensambladoras, fabricantes de partes etc.) es si ambas tendencias positivas se consolidarán o no en 2024.
Una tendencia positiva nos permitiría consolidar e incluso aumentar empleos; mientras que una tendencia negativa en cualquiera de esos dos pilares de la recuperación nos llevaría irremisiblemente a una nueva erosión de nuestro tejido industrial. Además, la recuperación del mercado interno pasa indefectiblemente por políticas sólidas y duraderas que fomenten la inversión incentivando la eficiencia energética y favoreciendo el despliegue del Sistema Eléctrico Nacional con redes eléctricas inteligentes.
Por una parte: incentivar la actividad exportadora y recuperación del mercado interno; donde las oportunidades y amenazas se antojan de formas diferentes de cara al año 2024 que comienza en pocos días.
La actividad de recuperación siempre depende de las circunstancias particulares de cada sector industrial y de las circunstancias coyunturales de cada región. En concreto, la industria venezolana de bienes gozaba de suficiente reputación para consolidar posiciones tanto en mercados convencionales como emergentes. Las gamas y calidades de producto ofrecidas por nuestros fabricantes compitieron en primera línea en los mercados más exigentes.
Ahora bien, la coyuntura político-económica mundial es, como casi siempre, asimétrica. América Latina, en general, se permite pensar en oportunidades de expansión y Europa mantiene un cierto grado de estabilidad del mercado; pero los mercados asiáticos, con China a la cabeza, apuntan a la supremacía con la mala calidad, y piratería, el Oriente Medio es una olla en constante presión.
Ante tal perspectiva genérica, y asumiendo que no haya ningún terremoto económico o político global, muchos expertos predicen que 2024 será un año discretamente bueno para la actividad exportadora e industrial de nuestro país.
Pero eso es solo una pata de las dos que necesita el sector para su consolidación. Nuestros industriales necesitan fortaleza del mercado interno venezolano para competir en condiciones en el exterior. ¿Va a ser el 2024 el esperado año de la consolidación del mercado interno según lo ha anunciado el presidente Nicolás Maduro al país en sus 5 consensos? La actividad económica de Venezuela y, en consecuencia, la situación del mercado de productos industriales está irremisiblemente ligada a la situación política. Sin estabilidad política no hay inversión y sin inversión no hay mercado industrial. Cualquier predicción de lo que vaya a suceder depende, por lo tanto, de que nuestro país despeje sus incertidumbres políticas.
En este punto, analizando los acontecimientos de las últimas semanas, me viene a la cabeza el concepto termodinámico de la entropía cuando era estudiante de mecánica en media y superior. Se trata de un concepto complejo en su formulación pero sencillo en su definición. La entropía es la medida del desorden de un sistema y permite medir la parte no utilizable de la energía contenida en el mismo; esto es la parte de la energía que no puede usarse para producir un trabajo. Creo que en Venezuela, y en alguna de sus regiones petroleras e industriales como el Zulia, Carabobo, Aragua, Lara, Miranda, Anzoátegui y Guayana, ha aumentado la entropía política.
En termodinámica, para que un sistema cambie su entropía se tiene que producir un proceso y los procesos pueden ser reversibles o irreversibles; los primeros son los que permiten bajar la entropía. Ahí está la clave. ¿El aumento de la entropía política en Venezuela se debe a un proceso reversible o irreversible?
Ignoro la respuesta del alto gobierno, y de los directivos de las empresas estales más importantes. Lo sabremos dentro de los próximos días (2024), pero cuanto más tiempo se deje pasar, más difícil será retomar la senda de recuperación del mercado interno y más difícil lo tendrán muchos de nuestros sectores industriales para crear riqueza y empleo. Estoy a la orden para revertir este sistema entropico político, y así ayudar a recuperar a mí amada Venezuela.