El sistema capitalista, con las elecciones burguesas, ha perfeccionado su dominación. La alternabilidad de los iguales, la ilusión de cambio para que todo siga igual, complementan, fortifican la idealidad que sustenta al capitalismo.
Las elecciones burguesas funcionan como válvulas de seguridad del sistema. Cada cierto tiempo, el descontento es derivado hacia un individuo, hacia un grupo, en funciones de gobierno, al que se le aplica el voto castigo en favor de otro individuo o grupo, en funciones de oposición, que en esencia es igual al primero. Luego este individuo ganador de las elecciones, se desgasta y es castigado, sigue el ciclo, llamado bipartidismo. De esta manera, se asegura la reproducción del sistema, su perpetuidad.
El elector, el individuo en estas elecciones, es una víctima de una sutil operación psicológica del poderoso tejido de manipulación capaz de crear realidades virtuales, algunos incautos aún lo llaman medios de comunicación. También es víctima del chantaje económico, las ayudas sociales. Así, se crea una masa que se conduce por superficialidades, vota como si una pelea en el barrio o en condominio se tratase, por simpatía, por singles propagandísticos.
Hoy en Venezuela padecemos un intento de instalar las elecciones burguesas que garanticen la restauración del capitalismo. Ya se perfilan los dos candidatos necesarios. Uno, el oficial, que carga todas las culpas de la traición al legado de Chávez, de la restauración del capitalismo y sus consecuencias que todos padecemos. La otra, mariacorina o su equivalente, que viene despertando las simpatías del vengador valiente, que corre todos los riesgos por “defender” al pueblo que sufre en manos de maduro. Así se cumple la primera etapa del ciclo: allí están los dos que pelean, mariacorina contra maduro, el sistema capitalista no está en riesgo, el Socialismo no aparece por ningún lado. Se nombra a Chávez despojado de su idealidad, desnudado de Socialismo, sólo la imagen, para de manera grosera engañar y conseguir votos.
El ciclo se tropieza con un obstáculo, para funcionar debe haber alternabilidad, y el pranato madurista no acepta dejar el poder. Se retuerce en miraflores, inventa, reprime, inhabilita, de todo por evitar dejar el poder. En su terquedad, en su miedo por dejar la seguridad de miraflores, desprestigia a las elecciones, muestra el truco, destruye el artificio. Las masas no se ilusionan con el voto castigo. Y aparece el fantasma de la abstención, que es la debilidad del ciclo. Ya apareció en el referendo del Esequibo, y amenaza de aparecer de nuevo, dejando a las elecciones como un ejercicio inútil que no cumple su función de opio. La dominación se debilita, el ciclo se tranca.
Es necesario buscar la fuerza del cambio fuera de las elecciones, ir a ellas a refrendar esa fuerza si fuese necesario, nunca ir a las elecciones burguesas con la pretensión de acumular fuerza, de esa manera sólo se consigue validar el artificio de la dominación burguesa, legitimarlo. Hoy, a lo que más temen los capitalistas es a la abstención. La consigna correcta de las fuerzas chavistas, socialistas, es la abstención. La masa desbordará la ausencia de liderazgo y nos dará a todos otra lección.
¡CHÁVEZ, SOCIALISMO!