Las elecciones burguesas tienen entre sus objetivos centrales: 1) crear una sensación de cambio, 2) copar la atención de la sociedad, distraerla en discusiones subalternas; de esta manera protege al sistema capitalista, evita su cuestionamiento. Demás está decir que este instrumento, que es mundial, cumple con éxito su tarea. Este tipo de elecciones es consustancial al capitalismo, y por supuesto, está negada la participación en ellas de representantes genuinos del socialismo.
El madurismo ha logrado que sus elecciones sean todo lo contrario, con sus medidas de selección de candidatos, sus persecuciones, sus mentiras, liquidó la sensación de cambio, mató la alternabilidad. Y, a pesar de la censura y la actividad de su poderoso sistema de manipulación publicitaria, no consigue que la masa se entusiasme con el evento electoral, con las pujas de mentiritas que se quedan sólo arriba en las cúpulas políticas de madurismo y oposición gringa, el resto de la sociedad intenta sobrevivir a la brutal crisis creada por el madurato.
Fracasadas las elecciones en sus objetivos centrales, las consecuencias sobre la sociedad son desastrosas. Al separarse el estamento político del sentir de la masa, se produce un vacío de dirección, se pierde la esperanza en un cambio de este absurdo gobierno que lo ha destruido todo, hasta el futuro. Entonces, la sociedad se deprime. De allí el éxodo, la gente desesperada busca la esperanza, las razones para vivir, en la huida a destinos inciertos que casi siempre no son mejores.
Con el fracaso de las elecciones, y esto deberían percibirlo los dirigentes políticos honestos, entramos en un periodo de emergencia social. Ya nada es normal, se necesitan medidas de emergencia. El gobierno madurista se prepara para este periodo, de allí la “ley fascista contra el fascismo”, que busca disuadir a las protestas, profundiza su talante dictatorial, de pranato, de allí, la activación del problema del Esequibo, forzarlo hasta los límites de una confrontación que justifique suspender las elecciones.
En este cuadro, seguir con la expectativa en el campo electoral es una necedad, la masa necesita una referencia que le devuelva la esperanza, y esa referencia debe, sólo, puede construirse al margen de la legalidad madurista, esto está comprobado, el madurismo no aceptará su salida en sana paz, y su salida es necesaria para restaurar el alma social, crear condiciones que justifiquen quedarse en la Patria, quererla, luchar por ella. Este es el reto de las fuerzas revolucionarias, del chavismo originario, de los patriotas.
Si esta referencia no la construyen los revolucionarios, los patriotas, los chavistas, entonces la construirá una feroz dictadura que aprovechando el desencanto popular imponga una represión brutal, una economía salvaje, entregue a los capitalistas todo lo que pueda ser entregado de la riqueza y la vida social, imponga a sangre y fuego un paquete bestial.
No es momento de quedarse al margen esperando que las cosas se arreglen con el tiempo, que del cielo caiga la solución, esa actitud conduce al infierno. Es momento de actuar, la Patria llama a los mejores, y como el Quijote le dijo a Sancho: “que no es un hombre más que otro si no hace más que otro”... Es momento de hacer.
¡CHÁVEZ, HACER!